El Pensante

Resumen de Blancanieves y los siete enanitos

Literatura - agosto 28, 2016

Se conoce con el nombre de Blancanieves a un cuento de hadas, de fama mundial, el cual se cree perteneciente a la tradición oral, siendo el escritor francés, Charles Perrault (1628-1703) el primero en plasmar su contenido en un cuento escrito. Sin embargo, durante su evolución, la versión que más fama alcanzó fue la elaborada durante el siglo XIX por los hermano Grimm.

Imagen 1. Resumen de Blancanieves y los siete enanitos

Argumento de Blancanieves

De esta forma, esta historia clásica de los cuentos para niños, llevada magistralmente al Cine por Walt Disney en el año 1937, cuenta la historia de una pequeña niña, llamada Blancanieves, y quien es víctima del odio y envidia de su malvada madrastra, la cual impulsada por esos terribles sentimientos, buscará la forma de eliminarla. No obstante, Blancanieves contará con la suerte de encontrar grandes amigos, que la ayudarán y defenderán de la maldad de la madrastra. Sin embargo, aun con los cuidados, la madrastra herirá de muerte a Blancanieves, dejándola bajo un hechizo de donde sólo podrá salvarla el amor.

En este sentido, se podría señalar entonces que la trama de Blancanieves está hilada por la oposición constante entre el bien y el mal, la luz y la sombra, el amor  y el odio. Así mismo, hacia el final de la historia, es la madrastra malvada la que termina arrasada por su mismo odio. Por consiguiente, como en casi todo cuento dirigido a niños, el mensaje de Blancanieves estaría señalando la importancia de tener buenos sentimientos hacia los demás, puesto que la maldad sólo conduce a fines autodestructivos, mientras que sólo la bondad puede conducir al amor, y viceversa.

Resumen de Blancanieves

Según la versión que se revise, pueden encontrarse algunas variaciones en la historia. Sin embargo, si se toma como base la versión más popular del cuento Blancanieves, éste hace referencia a una pequeña princesa, que vivía en su castillo, con su padre y su malvada madrastra. Esta última era una mujer muy bella y vanidosa, que manejaba artes oscuras, entre las cuales tenía un espejo mágico, a quien todos los días le preguntaba quién era la mujer más bella del reino. Satisfactoriamente, para la oscura reina, el espejo le respondía obediente: “tú eres la más bella en todo el reino”.

Sin embargo, Blancanieves pronto dejó de ser una niña, para convertirse en una graciosa y hermosa joven, quien era querida por todas las personas del castillo, e incluso por todos los animales del bosque. Una mañana, cuando la reina se encontraba en su ritual ante el espejo mágico, le sorprendió la respuesta de éste, puesto que al preguntarle como todos los días, quién era la más hermosa del reino, el ser que habitaba el instrumento mágico le respondió, que si bien ella era hermosa, Blancanieves la superaba en belleza.

La respuesta del espejo enfureció a la reina, pues ésta no podía soportar que hubiese una mujer más bella que ella en todo el mundo. De esta forma, decidió llamar a un sirviente, a quien le encomendó a tomar a Blancanieves, llevarla al bosque, matarla y traerle como prueba su corazón. El hombre obedeció mansamente. Así condujo a Blancanieves al centro del bosque, pero cuando estaba a punto de cumplir con su misión, su corazón no se lo permitió. Decidió entonces contarle todo a Blancanieves, permitiéndole que huyera y aconsejándole que nunca más volviera al palacio. Por otra parte, el hombre mató un jabalí, extrayéndole el corazón, para poder llevárselo a la reina.

Blancanieves corrió y corrió a través del bosque, asustada y triste, pues no entendía cómo su madrastra pretendía matarla. En su camino, se encontró con una pequeña casa, a la que entró buscando alguien que la ayudara. En el interior de la vivienda, Blancanieves encontró una mesa de comedor con siete sillitas, un montón de platos sucios, la casa llena de polvo, en el segundo piso había un cuarto con siete camitas. Blancanieves concluyó que en la casa debían vivir siete niños muy desordenados, por lo que decidió limpiar, preparar la cena, y esperarlos a ver si podían ayudarla.

No obstante, Blancanieves estaba en un error, pues los habitantes de la casa no eran niños, sino siete hombres de baja talla –conocidos en el cuento original como enanitos- que se ganaban la vida trabajando en una mina cercana. Como todos los días, al terminar la jornada, lo siete hombrecitos marcharon hacia su casa, pero al llegar a ella, encontraron algo que los sorprendió mucho, pues en sus camas yacía una hermosa joven: era Blancanieves, quien después de hacer los oficios se había quedado dormida.

Por su parte, algunos enanitos estaban asombrados, otros curiosos, y el más amargado de todos estaba decidido a pedirle a Blancanieves que se fuera. Sin embargo, la joven se ganó rápidamente el cariño de cada uno de los hombrecitos, quienes accedieron a que Blancanieves permaneciera con ellos. Así, la joven comenzó a vivir con los enanitos, y a ocuparse de la casa, mientras estos trabajaban en la mina.

Mientras tanto en el palacio, la malvada madrastra todavía celebraba su triunfo, feliz de saberse la mujer más bella. Un día, para volver a alimentar su ego, usó su espejo, preguntándole como siempre quién era la mujer más hermosa, a lo que espejo contestó que tal como le había dicho en el pasado, Blancanieves seguía siendo la más hermosa. Fue así como la reina descubrió que había sido engañada, y que la joven vivía en el centro del bosque con los enanos.

Decidió entonces la reina acabar ella misma con Blancanieves, por lo que tomó un bebedizo que la transformó en una anciana decrépita, envenenó una manzana y caminó rumbo a la nueva casa de Blancanieves. Al llegar, la encontró sola, y hablando con ella, recibió un poco de agua y descanso, ofreciéndole la manzana envenenada a la joven, quien de inmediato la mordió, desvaneciéndose.

Los animales del bosque advirtieron pronto a los enanos, quienes al llegar lograron ver a lo lejos a la anciana, persiguiéndola hasta que esta cayó accidentalmente en un precipicio. Al volver, encontraron a Blancanieves muerta, sobre el suelo de la pequeña casita. Comenzaron a hacer los preparativos para el funeral, pero decidieron que la belleza de la joven era tal, que no podían enterrarla bajo tierra, por lo que prefirieron elaborarle una urna de cristal, y colocarla en un claro del bosque, para que los viajeros pudieran apreciar el hermoso y apacible rostro de la muchacha.

Pasado un tiempo, y mientras los enanitos se encontraban todavía llorando frente al ataúd de Blancanieves, llegó un apuesto príncipe, que se conmovió por la escena. Al acercarse un poco más, vio el rostro de la muchacha y no pudo controlar las ganas de darle un beso. Para sorpresa de todos, el beso del príncipe rompió el hechizo de la reina, devolviéndole la vida a la muchacha, quien se incorporó de inmediato. El bosque estalló de alegría. Blancanieves y el príncipe se casaron y marcharon a vivir en un hermoso palacio, en donde fueron felices para siempre.

Imagen: pixabay.com