Con el título de Doña Rosita, la soltera se conoce una de las obras de teatro de mayor difusión y renombre del Dramaturgo y escritor español Federico García Lorca, la cual fue estrenada el 13 de diciembre de 1935, en Barcelona, de mano de la Compañía teatral de Margarita Xirgu, convirtiéndose así también en la última obra de teatro de Lorca estrenaría en vida, antes de ser fusilado en Granada, el 18 de agosto de 1936, por las fuerzas franquistas.
Argumento de Doña Rosita, la soltera
Esta obra, conocida también como El lenguaje de las flores, inaugura dentro de la escritura lorquiana un nuevo ciclo dramático, que lleva a su verbo a alejarse un poco de las tragedias familiares, que se manifiestan a través de algunos de sus historias como Yerma y la propia Bodas de Sangre. De esta forma, junto a Mi prima Aurelia y Las monjas de Granada (las cuales no logró ver montadas), Doña Rosita la soltera conforma una trilogía dramática, en donde aun cuando expone tramas mucho más sencillas, se sigue tocando con gran maestría los distintos aspectos de la condición humana, a través de historias que reflejan lo universal que en sí guardan el amor, el odio, la traición, la venganza, entro otras emociones.
Así mismo, algunos críticos han señalado que Doña Rosita, la soltera es una de las obras más sencillas de la pluma lorquiana, caracterizándose además por falta de estructura dramática, desarrollándose más que todo a través de los diálogos. Igualmente, la Crítica ha señalado que sus personajes carecen también de profundidad y dimensión psicológica. No obstante, Lorca logra utilizar esa sencillez para exponer una obra de carácter dramático, en donde se coloca en escena emociones como el amor, la soledad, la tristeza, el engaño, la decepción, el apego, la humillación, entre otros sentimientos que convierten a esta obra en una de las más dramáticas, así como de las que más ha gustado al público.
Resumen de Doña Rosita, la Soltera
Con respecto al contenido de Doña Rosita, la soltera o El lenguaje de las flores, esta presenta una estructura clásica de tres actos, en donde se expone el drama de su protagonista, sin que éste encuentre solución o desenlace. La historia comienza presentando a Doña Rosita, una joven bella y en edad de matrimonio, quien vive con su tío y tía. La familia vive en una hermosa mansión, llena de flores, las cuales fascinan a Rosita.
En este momento de la obra, también aparece fugazmente un primo de Rosita, quien se ha enamorado de ella, siendo un amor correspondido. Sin embargo, el primo no es español, sino argentino, oriundo de Tucumán, ciudad a donde debe regresar, no sin antes sellar una promesa de amor eterna con Rosita, quien también promete que lo esperará y que lo amará por siempre. De esta forma los novios se prometen matrimonio, antes de separarse.
La obra transcurre a través de la espera y la llegada de cartas de amor, desde Argentina, en donde su primo reitera su amor. Incluso, en algún momento, llega a proponerle por carta que se casen finalmente. No obstante, la propuesta matrimonial implica el hacerlo a través de un poder, pues él no estará el día de la boda. Rosita acepta encantada, pero la carta en donde él explicaría los pasos y enviaría los papales necesarios no llegan nunca. Por el contrario, el primo de Rosita parece mostrar cada vez menos interés en las cartas de ella. Un buen día, de hecho, le envía una última carta, en donde le confiesa que se ha casado con otra mujer en la Argentina. Rosita se decepciona y sufre mucho, no obstante no le cuenta a nadie que su prometido se ha casado con otra, sino que decide seguir esperando, sin darle la oportunidad a ningún otro pretendiente, pues no logra olvidar a su prometido.
Así pasan diez largos años, en los cuales Rosita pierde el encanto de su juventud, convirtiéndose de una muchacha casadera a una mujer soltera, situación que en esa época era mal vista, al punto de que Rosita comienza a sufrir de sentir cómo los hombres se burlan de ella en la calle, sabiendo que no se ha casado. Sumado a esto, Rosita debe enfrentar también el fallecimiento de su tío, así como la miseria que se les viene encima, puesto que su tío había hipotecado la casa para comprar el ajuar de su sobrina, perdiendo la propiedad a su muerte.
En medio de la mudanza que deben organizar a una casa mucho más sencilla y humilde, Rosita no puede más y rompe el silencio, gritándole a su tía y demás personas presentes toda la verdad. Es decir, que Rosita confiesa finalmente que durante estos diez años de espera ella ha sabido siempre que su prometido se fue para nunca más regresar, y que no volverá nunca, puesto que al poco tiempo de separados, le envió una carta confesándole que se había casado con otra mujer en la Argentina. Así mismo, Rosita señala que sabe que se ha quedado soltera y que eso será motivo de burla ahora, y más adelante.
La obra finaliza con el desmayo que sufre Rosita en plena mudanza, demostrando así cuánto le afecta esta situación. De esta forma termina esta obra, que pone en escena el drama femenino del siglo XIX y XX, bajo la presión social del matrimonio, y la amargura de creer en quien no cumple con su promesa y palabra. Un drama simple pero universal, que al día de hoy sigue completamente vigente por lo humano de su condición.
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