En el ámbito de la novela estadounidense, se conoce con el nombre de El día de la langosta (The Day of the Locust, por su título en inglés) a una de las más célebres novelas del escritor Nathanael West, la cual fue publicada por primera vez en el año 1939, gracias al trabajo de la editorial Random House.
Sobre la obra
De acuerdo a la Crítica, esta novela de Nathanael West puede ser considerada como uno de los retratos más precisos de la sociedad estadounidense que vivió la gran depresión, y que pese a la desesperanza que se adueñó de las calles norteamericanas, no logró librarse del mítico sueño americano, que día a día impulsa a los ciudadanos a creer en que el éxito está a la vuelta de la esquina.
Igualmente, El día de la langosta surge igualmente como un retrato crudo de la realidad Hollywoodense, la cual presenta no con el brillo y los oropeles que la industria cinematográfica está acostumbrada a mostrar, sino desde la realidad que se vive en sus calles, en donde cientos de personas día a día luchan por tener la oportunidad que logran unos pocos: ser reconocidos por su talento, cuando en realidad lo que los ha llevado a la gloria es la suerte.
Sin embargo, más allá de estos hechos puntuales, la novela El día de la langosta, de Nathanael West, puede ser entendida también como una historia que tiene como protagonista al deseo, pero no el deseo sano que hace que el individuo construya una vía hasta alcanzarlo, sino un deseo desmedido, que en ocasiones ajeno a la realidad que dicta la vida, prefiere destruir a quien lo siente, solo por el hecho de seguir siendo, sin importar su realización o no. Es ahí en donde la novela de West trasciende las fronteras estadounidenses, para convertirse en una obra universal: cómo pueden destruir al humano sus deseos.
Resumen de El día de la langosta
En cuanto al tema particular de esta novela, la historia comienza cuando Tod Hackett, un dibujante mediocre, pero con grandes sueños de convertirse en un artista, recibe un telegrama, en donde se le indica que debe ir hasta Hollywood para asumir un puesto de trabajo, el cual no está del todo claro. No obstante, a Hackett no le interesa tampoco mucho averiguar la naturaleza del trabajo, pues a esta altura de su vida, en realidad, todo le aburre.
Es así como toma sus cosas, y llega a Hollywood, en donde descubrirá que el nuevo rol que debe cumplir en el estudio que le ha contratado es el de escenógrafo. Hackett acepta resignado, pero sin abandonar su sueño de dibujar un cuadro a la altura del arte de Goya, con el cual seguro saldrá del anonimato, y podrá catapultar su carrera como artista.
Mientras, Hackett vive su nueva etapa, conoce a Faye Greener, una linda y ambiciosa chica, quien también tiene su propio sueño: lograr ser una gran actriz de Hollywood. Decidida a esto, pese a que los años van pasando, solo consigue papeles mediocres, y en realidad es muy mala actriz, Faye pasa sus días sintiéndose una diva, y cada día más cerca de que su sueño se cumpla. Obviamente, Hackett se sentirá atraído por Faye, y terminará enamorándose de ellas.
No obstante, no es el único hombre que experimenta sentimientos hacia Faye, pues junto a él, se encuentran también Hommer Simpson, un corpulento hombre, que ha sido despedido de la empresa en donde trabajaba como contador, y que ha decidido irse a Hollywood, aunque él mismo no entiende muy bien el propósito de esta acción. Así mismo, se ha enamorado de Faye, Earle Shoop, un joven vaquero, que pasa sus días criando gallos de pelea, y sirviendo de extra en las películas vaqueras que se filman en los estudios Hollywoodenses.
De esta forma, Nathanael West crea un elenco de seres marginados, que pese a sus ambiciones y deseos no logran alcanzar ni un poco del brillo que Hollywood promete para todos. Incluso, dentro de su propia relación se vivirá también un deseo truncado, puesto que ni Hackett, ni Simpson ni Shoop lograrán conquistar por fin el corazón de Faye, quien jamás tomaría en serio a ninguno de estos chicos, pues tiene muy claro que quien la ayudaría a cumplir su sueño de ser actriz sería un rico productor o empresario.
Empero, conocer esta forma de pensar por parte de Faye no hace que ninguno de los tres pretendientes cedan en sus deseos de conquistar el corazón de la mujer deseada. Es por esto que cada quien en su estilo, y en la medida de sus posibilidades, la corteja y la asedia, logrando que en su restringido y marginado universo, Faye se eleve como la propia venus.
Así mismo, cada uno de los intentos de conquista, y la competencia entre estos tres sujetos, dan paso a divertidas y particulares vivencias, incluso el propio alboroto con el que cierra la novela, y que sirve para mostrar la histeria de los fans de Hollywood, dándolo oportunidad a sus protagonistas de vivir una emocionante experiencia, dentro de sus planas y aburridas vidas, a las que solo sostiene el deseo, pues este es lo único que tienen.
Imagen: portada de la novela El día de la langosta de la editorial Debolsillo, año 2010