Descripción del cuento El Hombre
El relato El Hombre constituye uno de los cuentos escritos por el narrador mexicano Juan Rulfo, y que se encuentra incluido en su libro El llano en Llamas, publicado por primera vez en 1953, y que junto a Pedro Páramo conforman los dos únicos libros de este autor, que sin embargo no necesitó una línea de más para convertirse según la Crítica Literaria en uno de los más importantes exponentes del realismo mágico en Latinoamérica.
En este cuento, Rulfo aborda uno de los temas recurrentes en sus relatos de El llano en Llamas: la venganza, que para muchos se erige como un legado más al pueblo mexicano por parte de la Revolución de mediados de siglo. En las líneas del Hombre, los personajes se encuentran igualmente desdibujados, es decir, no tienen cara, nombre ni señas particulares, son más bien emociones agobiantes y desesperadas, moviéndose en un ambiente hostil, que para muchos sigue siendo Cómala, lugar donde futuramente se desarrollará “el diálogo de muertos” que ocurre en Pedro Páramo, como el mismo Rulfo llegó a denominarlo.
Así pues, el Hombre narra la historia de cómo un hombre se erige perseguidor de otro, de quien ansía vengarse, llegando hasta su casa y matando su familia, sin que precisamente su objetivo esté entre los asesinados. Posterior a eso, el perseguido se vuelve perseguidor del que en primer momento lo perseguía, y se da a la tarea de rastrearlo por las montañas hasta conseguirlo sentado en el río, para matarlo, y a la vez tomar venganza por la venganza del otro.
Este argumento lleva al autor a emplear varias voces y tiempos confusos que refieren a historias que se yuxtaponen, y que no le dan al relato un tiempo lineal, sino confuso, donde a veces no se entiende si se está en pasado, presente o futuro, sin tomar en cuenta que en ocasiones quien narra se refiere a un porvenir que ya ha pasado. Sin embargo, este ritmo logra transmitirle al lector la sensación de desasosiego y turbulencia que puede estar sintiendo el hombre, en su intención de huir de quien ahora lo persigue fríamente para vengar la muerte de su familia, sabiendo además quién es el que lo perseguía, faltándole simplemente saber dónde está.
Resumen del cuento El Hombre
Este cuento comienza con la voz del narrador omnisciente, el cual describe cómo un hombre –del cual no sabremos nombre, historia ni cara, salvo que le falta un dedo en el pie izquierdo- sube precipitadamente por una escarpada montaña. En seguida, una segunda voz interviene, es el perseguidor que va tras la huella de este hombre que huye de lo que ha hecho. Rulfo marca un contraste entre el desasosiego del que huye, y la seguridad y frialdad de quien ahora lo persigue, habiendo sido en algún momento objetivo de su actual perseguido.
Regresa el narrador omnisciente para continuar describiendo el paisaje escarpado por donde se desplaza el ahora perseguido, aunque los tiempos son confusos y tal vez el narrador haga más bien referencia a los caminos que el actual perseguido transitó cuando era perseguidor de quien ahora lo persigue.
Se sigue describiendo el camino, siendo los pies los protagonistas de recorrer la topografía. La voz del narrador nos llevan nuevamente al momento en que el perseguido era perseguidor, y recorría el camino ansioso por llegar a cumplir su venganza, deslizándose entre las espinas del camino, y asustándose con el eco de las escarpadas montañas.
De repente, la narración regresa al presente en la voz del perseguidor, que sigue tras la pista de su perseguido. Nuevamente retoma el relato el narrador omnisciente para contar en tiempo futuro aquello que le pasó al perseguidor inicial, conviertiéndolo en perseguido. De esta forma va cortando ramas ansiosamente, como lo hará cuando huya, hecho que le señalará su camino al perseguidor actual, quien ha retomado la narración para contar cómo planea seguir el rastro de su enemigo y cobrar la vida de su familia, así cuando éste le pida perdón.
Regresa entonces, nuevamente el narrador omnisciente para contar cómo el perseguidor inicial llegó al frente de la casa, donde debía estar su perseguido. Así mismo se cuenta cómo abrió la puerta sin que nadie lo notara. Seguidamente el ahora perseguidor se ubica frente a la matanza hecha a su familia por parte del hombre a quien ahora se dedicará a perseguir, totalmente consciente de quién es, pues su crimen delata su identidad.
Finalmente, el relato continúa entonces contando cómo el hombre, desesperado baja hasta al río, lamentándose de haberlos matado a todos, excusándose en la falta de luz, que no le permitía descubrir su objetivo. Sin embargo, aunque el hombre no lo sabe, éste no está dentro de los muertos, sino que se ha convertido en su perseguidor, yendo tras de su víctima, mientras éste espera en el río sin saber que el otro se acerca a él.
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