En sus líneas, Cervantes presenta una parodia hacia las novelas de caballería, género en decadencia y que había llegado a su clímax durante ese siglo. Así, a través de las peripecias de su protagonista Don Quijote y su fiel compañero Sancho Panza el autor propone un recorrido lleno de sucesos graciosos, que sin embargo plantean una gran crítica hacia la sociedad del momento, así como a temas cruciales para la condición humana, como el amor, la fe, la justicia, la realidad y sobre todo la vida.

Resumen corto de Don Quijote de la Mancha

Esta obra comienza con una frase que se ha convertido en un verdadero ícono de la Literatura:

“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivía un hidalgo”.

De esta manera, el narrador introduce el personaje de Alonso Quijano, un hidalgo (título que algunos autores señalan que significa “hijo de nadie” y que representaba a los miembros más pobres de la corte, que aun con título nobiliario, no poseían bienes) de aproximadamente cincuenta años de edad, quien había nacido en 1547, en la ciudad de Alcalá de Henares.

Igualmente, el narrador omnisciente comenta que este personaje tenía una tremenda afición por los libros de caballería, al punto en que un día decidió convertirse en un Caballero y partir al mundo en búsqueda de aventuras y hermosas damiselas a las cuales salvar. De tal forma Alonso Quijano decidió entonces que de ahora en adelante se llamaría Don Quijote, y que como todo caballero tendría una amada, para lo que escogió a una mucama vecina, a quien bautizó como Dulcinea del Toboso. Igualmente, tomó a su caballo, y lo bautizó como Rocinante, nombre que le parecía adecuado para lo que él consideraba que era todo un corcel.

Teniendo ya un nombre, un amor y un corcel, Don Quijote sale al mundo. Después de conseguir que lo nombraran Caballero en una venta, no tardó en meterse en problemas, cuando busca conflicto con unos mercaderes, y en medio de la pelea recibe un golpe que lo lanza al piso. Un vecino que pasaba por ahí, lo ayudó y lo llevó nuevamente a su casa.

Así mismo, el narrador cuenta cómo Don Quijote recibe a los días la visita de su amigo personal Sancho Panza, a quien convence de que parta con él, como su escudero, a fin de buscar aventuras y princesas hermosas a las cuales rescatar, como los caballeros andantes que pueden llegar a ser. No obstante, este encuentro marca el comienzo de numerosas penas que ambos personajes deberán pasar.

Igualmente, a través de sus hechos y alucinaciones (o ejercicios de la imaginación) Don Quijote comienza a experimentar una disociación de la realidad. Así es como en vez de molinos de viento, Don Quijote ve gigantes, a los cuales enfrenta valerosamente. Igualmente, ante un grupo de frailes que acompañan a una dama en su viaje, Don Quijote ve un grupo de secuestradores, a los cuales ataca para rescatar a la dama. Todo esto, presenciado por Sancho Panza quien no entiende el comportamiento de su amigo, el cual en vez de ovejas ve un ejército, entre muchas otras circunstancias.

Posteriormente, algunos amigos y vecinos de Don Quijote logran tramar un plan, que finalmente consigue meter a este personaje en una jaula y devolverle a su casa. Sin embargo, a los pocos días este caballero y su escudero estarían nuevamente en el mundo, buscando aventuras. Esta vez encaminan sus pasos hacia la población de Toboso, en búsqueda de Dulcinea, no obstante como esta también es una invención de Don Quijote no la consiguen.

En paralelo, un escritor de apellido Avellaneda comienza a escribir la segunda parte de Don Quijote. Así mismo, el bachiller Carrasco, amigo de Don Quijote, finge ser el Caballero del Bosque, intentando vencer a Don Quijote, para que según las reglas de la caballería éste regrese a su casa, y pueda ser curado de la aparente locura que lo envuelve. No obstante, para sorpresa de todos, Don Quijote vence en la pelea.

A continuación, Don Quijote y Sancho Panza continúan sus aventuras, pero comienzan a ser víctimas de crueles burlas, por parte de unos duques, que pretenden ridiculizarlos para poder reírse de ellos. Para esto, nombran a Sancho Panza como gobernante. Don Quijote le deja en su puesto de mando, y parte. Cansado de la humillación, e incluso de gobernar, al poco tiempo Sancho parte a encontrarse con su amo. Reunidos una vez más, esta vez su aventura los lleva hasta Saragoza, donde ambos se enteran y conocen parte del contenido de la segunda parte falsa de Don Quijote.

Sin embargo, el contenido enfada muchísimo a su protagonista, quien reniega de que Avellaneda afirme en su mentiroso libro que él no está realmente enamorado de Dulcinea del Toboso. Así mismo, esta parte del libro revela el resquemor que existía en esa época hacia los dialectos del Español, que sucedían en la España del siglo XVII, antes de la unificación del Castellano. De esta forma, además de sus mentiras, para Don Quijote otro rasgo terrible de este libro es que está escrito en aragonés.

Seguidamente, Don Quijote y su escudero parten hacia Barcelona, donde nuevamente el bachiller carrasco, más por venganza que por ayudar a su amigo, se hace pasar por el Caballero de la Blanca Luna, retándolo a un combate. A diferencia del primer encuentro, esta vez el bachiller Carrasco logra su cometido, vence a Don Quijote, y según las reglas de Caballería lo obliga a retirarse y regresar a su casa.

No obstante, a diferencia de lo que pensaban sus amigos, esto no significa la cura de Don Quijote, sino su final. Una vez de regreso, Don Quijote parece poco a poco recobrar la cordura, no obstante perderá la vida. En una aparente renegar de todo lo que ha vivido últimamente, Don Quijote habla en contra de los libros de caballería, y antes de fallecer incluso afirma que él ya no es Don Quijote, sino Alonso Quijano, muriendo después de esto.

Fuente de imagen: americaeconomia.com