En él ámbito de la Literatura universal se conoce con el nombre de El rey Lear (King Lear, por su título en inglés) a una de las más importantes y reconocidas tragedias del escritor inglés William Shakespeare, la cual se cree que fue escrita durante 1605, año que la identificaría entonces como una obra correspondiente al segundo período de este autor.
Sobre El rey Lear
De acuerdo a lo que ha señalado la Crítica, Shakespeare se habría inspirado para componer su Rey Lear en una obra anterior, de igual título, la cual fue estrenada durante 1594, y que junto a la versión moderna tendrían que agradecer su origen a la Historia Regum Britanniae, nacida a su vez de la pluma del escritor Godofredo de Monmouth, quien la escribió durante 1135, recreando una historia esencialmente céltica.
En la actualidad, la Crítica señala que la edición moderna asume que existen dos versiones: Q (1608) y F (1623) las cuales en algún momento de la historia literaria fueron combinadas, produciendo una versión bastante larga de la tragedia de Shakespeare. Sin embargo, a partir de 1960, y pese al consejo que en 1931 ya había advertido Madeleine Doran, se comenzó a tomar como la única versión original Q (in quarto) la cual según especialistas como Michael Warren y Gery Taylor era escrita verdaderamente por Shakespeare, mientras que F debía ser considerada como una versión, que aun cuando pudo ser escrita por Shakespeare, o incluso algún otro autor, en realidad no es la obra original, sino un resumen para ser representada teatralmente.
Resumen de El rey Lear
En cuanto a su contenido, este básicamente se puede resumir como la tragedia familiar que vivirán el rey Lear y sus tres hijas, cuando este soberano, sintiéndose viejo decide entregar su poder a sus hijas, no sin antes poner a prueba su amor, hecho que desata una serie de sufrimientos, destierros, venganzas y dolores, hasta que la Locura y el destino alcanza a cada uno de los miembros de esta trágica historia, para poner fin a sus vidas.
De esta manera, esta tragedia de William Shakespeare, contada en cinco actos, comienza contando como el rey de Bretaña, el viejo rey Lear, sintiéndose ya sin fuerzas para seguir reinando decide repartir su reino entre Gonerilda, Regania y Cordelia. Sin embargo, para saber cuánto poder debe dar a cada una, Lear decide preguntarles cuánto lo aman.
No obstante, Cordelia, la hija que más amor siente por su padre, afirma que ella no podría expresar en palabras el amor que siente, declaración que es mal interpretada por el rey Lear, quien creyendo que su hija no lo ama, decide desheredarla, pues siendo también la más amada por él, su respuesta lo ha dejado desbastado.
La nueva situación de Cordelia no sólo abarca la relación con su padre, sino que ocasiona que algunos de sus pretendientes, como por ejemplo, el duque de Borgoña abandone la idea de tomarla como esposa. Empero, el rey de Francia no sigue a los otros, y por el contrario decide casarse con ella, aun cuando no tenga dote, situación esta que es tomada por el poder también como una afrenta, y que le vale a este rey su destierro.
Repartido el poder solamente entre Gonerilda y Regania, el rey Lear decide conservar para él el título de rey, así como cien hombres, que estarán a su servicio, mientras que opta por vivir en casa de sus hijas, turnándose una vez al mes cada domicilio. No obstante, sus hijas y sus respectivos maridos no ven con buenos ojos tal decisión. Es así entonces como el rey Lear comienza su primera estadía en casa de su hija Gonerilda, quien tiene como marido al duque de Albania, noble que se opone al maltrato de su esposa al rey, pero que no se atreve realmente a enfrentarla.
Sintiéndose mal por el trato que le ha dado Gonerilda, quien ha dado órdenes expresas a sus sirvientes para que no lo atiendan, mientras que ella misma lo ha manejado como un viejo desmemoriado, el rey Lear parte rumbo a la casa de Regina, su otra hija, quien está casada con l duque de Cornualles, quien comparte con su esposa la intención de maltratar al rey Lear, a quien incluso llegan a obligar a vagar sin rumbo, en medio de una tormenta.
Sintiendo que la locura comienza a rondarlo, debido al inmenso dolor de haber perdido lo que más apreciaba: el amor de sus tres hijas, el pobre y viejo rey Lear busca refugio en una choza que parece estar abandonada con su bufón. Es en esta morada en donde descubrirá que su sirviente realmente es el duque de Kent, quien ha tomado esta identidad después del destierro al que había sido sometido.
Dentro de la casa se encuentra también un vagabundo, cuya identidad también toma por sorpresa al rey, puesto que se trata de Edgar, hijo del conde de Gloster, dueño de la casa en donde se hospedan Regania y su marido, y quien se encuentra huyendo de su hermano Edmundo, quien lo ha mandado a matar para heredar solo las riquezas del padre de ambos.
Por otra parte, las acciones de Regania y su marido contra el rey Lear hacen que el conde Gloster cambie su apreciación sobre sus invitados, pues no está para nada de acuerdo con la actitud de estos. En consecuencia, le confiesa a su hijo Edmundo -al que para este momento considera su único vástago, debido a que este lo ha convencido de la supuesta traición de su hijo Edgar- que él está decidido a ayudar a este soberano. Así mismo, le comenta a Edmundo, que el rey de Francia –esposo de Cordelia- ha vuelto de su destierro, con la intención de socorrer al podre rey Lear.
Confiado en su hijo Edmundo, el conde Gloster parte en búsqueda del viejo rey, para así hacer posible que este se reúna finalmente con el rey de Francia. Convencido de que es su oportunidad perfecta para hacerse definitivamente con las posesiones de su padre, Edmundo le cuenta a Regania y Cornualles los planes del conde.
De esta manera, cuando el conde Gloster regresa a su hogar es interpelado agresivamente por sus huéspedes Regania y Cornualles. En medio de la ira, Regania le arranca un ojo a Gloster, situación que hace que uno de los caballeros de Gloster hiera de muerte a Cornualles. Por su parte, Gloster es abandonado a su suerte. No obstante, aunque ha perdido un ojo, la verdad sobre Edmundo le ha sido revelada, y en su corazón sabe que lo de la supuesta traición de Edgar es mentira.
Viéndose viuda, Regania despliega entonces sus encantos para conquistar a Edmundo, quien ha asumido como el nuevo conde de Gloster. Por su lado, Cordelia vuelve a aparecer en la historia, esta vez se encuentra en Dover, junto a su esposo, Edgar y Gloster, a quien comienza a curar. Mientras esto sucede, Edgar mata a Osvaldo, un sirviente de Ragania, y así impide que este cumpla la orden que le ha dado su ama: matar a Gloster, para impedir que este hombre colocara al pueblo en su contra.
Sin embargo, la muerte de este sirviente trae muchas más sorpresa, puesto que Edgar logra encontrar entre las pertenencias de este una carta, escrita por Gonerilda para su hermano Edmundo, en donde esta mujer le pide al nuevo conde de Gloster que mate a su esposo, el duque de Albania, para que la haga su esposa. Conociendo los sentimientos que tanto Regania como Gonerilda tienen hacia su hermano Edmundo, así como lo mal de sus acciones, Edgar decide entonces jugar un poco con ellas.
Por otro lado, termina por estallar la inevitable batalla, entre el ejército francés, liderado por Cordelia y el rey Lear, y por el otro lado Edmundo y el duque de Albania, quienes tratan de defender Bretaña del ejército invasor. Para la mala suerte del viejo rey, tanto él como su hija Cordelia son puestos bajo arresto por las fuerzas de Edmundo, quien sin un ánimo de piedad ordena que los lleven de inmediato a un calabozo y los ejecuten.
En medio de esta grave situación, el duque Albania ha leído la carta que le ha dado Edgar –quien aún no ha revelado su identidad- y por medio de la que se entera de los planes que su mujer Gonerilda tenía para él, queriendo que Edmundo lo matara. Acusando a su mujer y hasta ese momento su aliado, interroga a todo el que puede para que le confirmen o nieguen la traición. En ese momento, Edgar hace su entrada para retar a Edmundo a un duelo, el cual este último pierde. Edgar, vencedor del duelo, decide contarle a los presentes toda la traición de la que él y su padre han sido víctimas por parte de Edmundo.
Empero, su declaración es interrumpida con la visita de un soldado que llega a dar la noticia sobre cómo –quizás debido a las tensiones por el amor hacia Edmundo- Gonerilda ha envenenado a su hermana Regania, para después cometer suicidio, clavando un puñal en su corazón. Conmovido por semejante tragedia, Edmundo, aun en su lecho de muerte, decide perdonar la vida a Cordelia y al rey Lear.
Sin embargo, el indulto dado por Edmundo llega tarde, puesto que Cordelia ha sido estrangulada por el verdugo, pese a que Lear ha logrado defender a su hija, matándolo. Así mismo, Edmundo muere.
Por último, Lear lleva ante todos el cadáver de la única hija que en verdad lo amaba: Cordelia, en un triste lamento, también muere. Ante tal tragedia, el conde Albania decreta luto en el reino, y no habiendo más herederos para la corona de Bretaña, decide legársela a Edgar, nuevo conde de Gloster y al rey de Francia.
Imagen: retrato de William Shakespeare, autor de El rey Lear / Fuente: flickr.com