En el ámbito de la Filosofía política, se conoce con el nombre de Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil (Leviathan or The Matter, Forme and Power of a Common Wealth Ecclesiasticall and Civil, por su título original en inglés) la obra más reconocida del filósofo ingles Thomas Hobbes, la cual fue publicada por primera vez en el año 1651, gracias al trabajo de la editorial Andrew Crooke.
¿Por qué Leviatán?
En relación con el título de esta obra, algunos autores han llamado la atención, puesto que Leviatán es el nombre de un animal nombrado en el Antiguo Testamento, el cual es descrito como un animal diabólico, creado por Dios, y que vive en las profundidades del mar, en donde yace dormido. La razón por la que Hobbes escoge precisamente la imagen de este monstruo marino para titular su obra sobre su descripción ideal de cómo debe ser el Estado es para algunos críticos una justificación inicial de la idea de Estado absoluto, y de cómo esta noción da paso a la necesidad de un contrato social, que siente las bases del derecho, la sociedad y la idea de gobierno modernos.
Resumen del Leviatán de Hobbes
Con respecto al contenido de esta obra de Thomas Hobbes, básicamente se puede decir que se encuentra conformada por cuatro libros, cada uno de los cuales sirve para que su autor exponga su idea sobre la naturaleza del hombre, el comportamiento de este en sociedad, la necesidad de un estado absoluto y de un contrato social por el cual se rijan las vidas de los hombre, en paz y armonía, en la medida de lo posible. Sin embargo, puede que resulte útil revisar de forma breve el contenido de cada uno de estas cuatro partes, tal como se verá a continuación:
Parte I: del hombre
Durante la primera parte del Leviatán, Hobbes se encargará de exponer su visión del hombre como ser social, así también como individuo de deseos, regido por la pasión y por el deseo de poder, situación que lleva a que los hombres –según este filósofo- convivan en un latente estado de guerra, puesto que como expresa este filósofo “el hombre es lobo del hombre”.
Así mismo, es durante esta parte de la obra, que este filósofo político expone sus 19 leyes de la naturaleza humana, cada una de las cuales influirán profundamente en la filosofía política occidental, al tiempo que justifican o dan pie al planteamiento de este filósofo sobre la necesidad de un contrato social.
Parte II: del Estado
Por su parte, luego de haber expuesto cómo el hombre es un ser de deseo, que al entrar en contacto con otros hombres, experimenta la rivalidad que conduce a la guerra, Hobbes plantea entonces la necesidad de un pacto o contrato social que venga a mediar y establecer los límites de la convivencia.
Así también indica la necesidad de un Estado, para que ejerza el poder, coloque los límites y guíe la sana convivencia. Sin embargo, el Estado pensado por Hobbes -el cual puede ser tanto una Monarquía, una Aristocracia o una Democracia- deberá ser un Estado absoluto, que no contemple la separación de poderes, y que asuma algunas restricciones en nombre del bien común del pueblo, aun cuando el hombre tenga muy poco margen de libre albedrío, lo cual igualmente está justificado si se piensa que esto conllevaría a un bienestar mayor y colectivo.
Parte III: del Estado cristiano
Durante la tercera parte del Leviatán, Thomas Hobbes aborda el cómo la interpretación de la palabra divina puede ser razón también para la guerra, pues si bien se asume que esta proviene directamente de Dios, ha llegado al hombre por medio del hombre, lo que puede traer diferencias y ruptura de la armonía. De esta manera, un estado organizado y en paz no podrá depender de la religión y su interpretación, de ahí que para este filósofo político el ideal es que la iglesia se encuentre sometida en todo momento al poder del Estado, y nunca al contrario.
Parte IV: sobre el reino de la oscuridad
Finalmente, Thomas Hobbes establece una fuerte crítica hacia la iglesia, así como sobre el peligro de caer en la ignorancia –que este filósofo compara con la oscuridad- debido a una mala interpretación de las escrituras, que más allá de hacer que el mensaje de la religión se entienda forma errónea, el hombre actúe equivocadamente, alejándose de la luz de la sabiduría y el saber, para hundirse en el reino de la oscuridad.
Este es un capítulo delicadamente escrito, puesto que aun cuando Hobbes logró exponer cómo la Iglesia y el fanatismo podían sumir al pueblo o al ciudadano en la ignorancia, se salvó de oponerse a la Iglesia, o ser acusado de herejía, argumentando magistralmente que el peligro mismo no era la fe o la Iglesia, sino la mala actuación de algunos representantes, que seguían tradiciones peligrosas, así también como la mala interpretación de las escrituras.
Imagen: Retrato de Thomas Hobbes, autor de Leviatán / Fuente: wikipedia.org