En el ámbito de la Literatura Universal, se conoce con el nombre de Othello: el moro de Venecia (The Tragedy of Othello, the Moor of Venice, por su título en inglés) a una de las más importantes tragedias modernas, nacida de la pluma del célebre escritor inglés William Shakespeare, la cual se cree fue escrita en 1603, siendo entonces posterior a Hamlet, pero anterior a otras dos importantes obras de este autor: El rey Lear (1605) y Macbeth (1606).
Sobre el Othello de Shakespeare
En cuanto a su fecha de montaje, puesto que esta tragedia es una obra teatral, las diversas fuentes históricas indican que esta fue estrenada finalmente el 1 de noviembre de 1604, teniendo al palacio de Whitehall, ubicado en Londres, como escenario. Así mismo, la Crítica en general reconoce al Othello de Shakespeare como la tragedia emblemática sobre el tema de la ira, los celos y la intriga.
Así mismo, esta obra marca un hito en la historia de la Literatura, puesto que muestra a un personaje moro de forma piadosa y humana, hecho que puede ser considerado como un verdadero fenómeno en la literatura inglesa, en donde por el contrario en este momento casi siempre los personajes malvados eran encarnados en moros, o de piel oscura. En términos de Retórica es tenida también como una obra de referencia.
Resumen de Othello de Shakespeare
Cónsono con el género, Othello es presentado como una obra teatral trágica, compuesta por cinco actos, cada uno de los cuales deberá revisarse brevemente, con el fin de establecer un resumen mucho más preciso de esta obra de William Shakespeare. A continuación, entonces, un breve recuento de lo que sucede en cada acto de esta tragedia:
Primer acto
Este acto comienza con una conversación entre Yago y Rodrigo. De esta manera, Rodrigo le confiesa a Yago que está perdidamente enamorado de Desdémona, hija de Brabancio, y a la que no ha podido acercarse, puesto que los consejos dados por el –es decir, por Yago- han resultado del todo inútiles. Por su parte, Yago declara también estar profundamente herido y molesto con Othello, ya que este ha nombrado a Casio como su lugarteniente, pese a que él considera tener muchos más méritos.
La razón por la que Desdémona no corresponde a Rodrigo, rápidamente queda develada, cuando esta mujer huye con Othello, situación que enfurece al enamorado rechazado, quien rápidamente va a donde Brabancio a contarle cómo Othello se ha llevado a su hija. Queriendo sembrar intrigas, Yago opta por contarle a Othello cómo ha estado a punto de matar a Brabancio, cuando este ha hablado mal de él, es decir, de Othello.
Hacia el final de este acto, Casio acude donde Othello, para comunicarle que el Senado lo requiere para que asuma la dirección de una expedición rumbo a Chipre, tierra en donde deberá combatir a los turcos. Aprovechando la ocasión pública, Brabancio acusa a Othello delante de todos de seducir a su hija Desdémona, por lo que Othello opta por hacer llamar a su mujer, para que declare ante todos cómo ha seguido a Othello por su propia voluntad.
Por su parte, Rodrigo no pierde esperanzas, y escucha el consejo de Yago, quien le dice que es mejor que reúna su riquezas y vaya tras de Desdémona y Othello, pues más temprano que tarde esta relación, a la que considera un capricho por parte de Desdémona, llegará a su fin.
Segundo acto
Durante este acto, Yago comenzará a tejer una verdadera red de intrigas, que poco a poco lo acercarán a su objetivo: vengarse de Othello por haber escogido a Casio como su Lugarteniente. De esta manera, el acto comienza contando cómo la naturaleza en forma de tormenta acabó con la flota turca, hecho que por su puesto benefició a los venecianos, quienes no tuvieron que combatir.
Es así como los combatientes, entre ellos Othello, líder de la expedición regresan a tierra, para disfrutar de las fiesta a la que se entrega Chipre feliz de haber ganado la batalla sin siquiera combatirla. Aprovechando la ocasión, Yago logra convencer a Rodrigo de que Desdémona no ama a Othello, sino que en realidad está enamorada de Casio, por lo que invita a Rodrigo a provocarlo y llevarlo al enfrentamiento, para que así Othello lo despida. Por otro lado, Yago traza también un plan para hacer beber a Casio.
Por último, el plan de Yago da resultado, y Casio se enfrenta con Rodrigo. El escándalo hace que Othello se acerque para averiguar cuál es el desorden, encontrando entonces la escena que lo hace despedir de inmediato a Casio. Queriendo hacer todavía más daño, Yago se acerca a Casio para convencerlo de que quizás la única forma de tocar la piedad de Othello sea usando a Desdémona como intermediaria, por lo que le aconseja que la busque, y hable con ella.
Tercer acto
Por su parte, en este acto, Yago logra sembrar intriga y celos en el corazón de Othello contra Desdémona. De esta manera, en principio Yago coloca en contacto a Casio con Emilia, para que esta le diga cómo entrevistarse con Desdémona, encuentro que en efecto se da. Sin embargo, justo cuando Casio se marcha, después de que ha solicitado a Desdémona que interceda por él, Othello lo ve salir, al entrar, Desdémona de inmediato le plantea la idea de disculpar a Casio, asunto que Othello declara querer pensar más tarde con mayor claridad. Desdémona parte con Othello, sin darse cuenta de que al salir deja caer un pañuelo que este le ha regalado.
La prenda es recogida por Emilia, quien finalmente logra complacer a Yago, quien le ha pedido el pañuelo insistentemente. Con total premeditación y maldad, Yago va hasta el cuarto de Casio y bota en el suelo el pañuelo. Por otro lado, sabiendo que el gusanillo de los celos ha picado a Othello, Yago comienza a alimentar ese sentimiento, diciéndole que su desconfianza no es infundada, y que tarde o temprano conseguirá pruebas de aquello que afirma.
Aconsejado por Yago, quien ha tendido una trampa a Desdémona con el pañuelo, diciéndole a Othello que la prenda que él le ha regalado, ella a su vez se lo ha entregado a Casio, Othello prueba a su mujer pidiéndole el pañuelo, petición que esta no puede cumplir, pues no lo tiene. Othello considera esto prueba suficiente y parte enfurecido. Desdémona termina contándole a Casio que su mediación resulta realmente inútil.
Cuarto acto
Sabiendo Yago a Othello totalmente preso de los celos, sigue fomentando este sentimiento. De esta manera le promete más pruebas e insta a que se esconda para que escuche la conversación que tendrá con Casio.
Por su parte, Casio hace entrada y Yago comienza a hablar de su amor por blanca, pero manipulando la conversación para que Othello crea que se refiere a Desdémona. Incluso durante la conversación entra también Blanca –amante de Casio y a quien en realidad se referían durante la conversación. Esta mujer le da el pañuelo de Desdémona a Casio, lo cual hace que Othello no tenga ninguna duda sobre que Desdémona lo engaña con este hombre.
Aprovechando la ira de Othello, Yago le aconseja que en nombre de su honor propio estrangule con sus propias manos a Desdémona. Así mismo, en escena aparece Ludovico, primo de esta mujer, y quien trae noticias para Othello, quien es llamado a Venecia, con orden que deje a Casio en control de las armas. Antes de marcharse, y sin explicación aparente para nadie, Othello abofetea a Desdémona, por lo que las personas empiezan a creer que Othello ha enloquecido, idea que Yago no descarta, sino que por el contrario ayuda a fomentar.
De igual manera, Rodrigo llega para reprochar a Yago no cumplir aún con su promesa sobre el encuentro arreglado con Desdémona, que este le ha prometido. Yago le dice que tenga paciencia, mientras que le pide a cambio joyas y dinero. Sin embargo, le insiste a Rodrigo sobre la importancia de matar a Casio, puesto que así Othello no podría atender al llamado de Venecia, por lo que no viajará llevándose a Desdémona. Por su parte, esta mujer, en compañía de Emilia, lamenta lo que vive con Othello.
Quinto acto
Por último, en este acto, llega la tragedia a su desenlace. Yago ha decidido llevar a cabo su plan para hacer que Rodrigo mate a Casio, por lo que hiere a Rodrigo por la espalda, para hacerle creer que es Casio quien lo ha hecho. Finalmente, Yago mata a Rodrigo para que no lo descubra, mientras que Casio sale bastante herido, y es llevado a su casa por Blanca.
Al ver a Casio en ese estado, Othello cree que Yago lo ha hecho por solidaridad. En un ataque de ira, este hombre se acerca entonces al cuarto de Desdémona, y la ahorca. Pero para su sorpresa, Emilia termina revelándole cómo todo ha sido un plan de intrigas y mentiras por parte de Yago. Ante la terrible verdad a la que debe enfrentarse, sabiendo que su esposa ha muerto asesinada por él mismo, debido a las intrigas y la venganza tejidas por Yago, Othello no soporta el horror, y termina por suicidarse, sellando trágicamente su destino.
Imagen: retrato de William Shakespeare, autor de Othello / Fuente: pixabay.com