No, no es un personaje mítico ni una antigua leyenda europea. El Barón Sanguinario fue un noble ruso que por azares de la vida terminó viviendo en Mongolia.
Y allí nació una extraña historia de amor entre un hombre olvidado, quizás perdido en la historia de su país, y una tierra árida, con una historia dura y cruenta, quizás más que ninguna otra. Bajo la estela de Genghis Khan, el gran conquistador mongol (y seguramente el más exitoso de la Historia) buscó restaurar la gloria mongola y para ello usó métodos un tanto… espantosos, por decir lo menos.
Pero antes de hablar del último Gran Guerrero Mongol hablemos del Barón, antes de que se volviera sanguinario:
Nacimiento y crianza
Sternberg nació en la ciudad de Graz, en Austria, a finales de 1885 o comienzos de 1886. Tuvo una infancia tan normal como puede tenerla cualquier persona nacida en estos tiempos, pero desde joven comenzó a mostrar algún tipo de… tendencias, por así decirlo, hacia la violencia y la crueldad desenfrenadas.
Su familia se mudó a Estonia cuando tenía 2 o 3 años de edad, país que entonces hacía parte del Imperio Ruso. De niño era conocido por ser un pequeño peligroso al punto que otros padres habían prohibido a sus hijos que jugaran con él por temor a que les sucediera algo.
Así mismo, era famoso por el placer que obtenía al matar animales, y a sus 12 años intentó estrangular el buho de un primo simplemente porque podía hacerlo. Afortunadamente fue descubierto y el ave se salvó.
Convencido de que la sangre noble representaba todo lo que debía ser en una sociedad y de que los movimientos que hablaban de igualdad entre los siervos y campesinos y la nobleza solo habían traído tragedias a Europa, Sternberg soñaba con la restauración de las monarquías y aspiraba a aliarse con los jinetes de las estepas para así lograrlo.
Su educación no fue mala, pero pasó su vida siendo un alumno mediocre… hasta que entró a la escuela de cadetes. Allí, por fin, parece haber encontrado algo que le hiciese considerar que valía la pena esforzarse y comenzó a ascender en el escalafón. Hijo de una familia noble, no le fue difícil encontrar los contactos para poder convertirse en Oficial.
Y una vez graduado, en 1906, decidió que buscaría a los hombres de las estepas. Pidió, por ello, ser trasladado a Siberia y trabajar con los Cosacos de las Llanuras. Y su petición le fue concedida.
La Revolución de Octubre
Por años Sternberg permaneció en Siberia hasta que la Primera Guerra Mundial lo forzó a moverse al frente y combatir al ejército alemán en Austria. Allí sirvió con honor hasta que en 1916, borracho, se metió en una pelea con un oficial y lo golpeó, haciéndose acreedor a 2 meses en prisión.
Cuando salió de prisión fue trasladado al cáucaso, donde combatió las tropas imperiales del Imperio Otomano. Se encontraba allí cuando estalló la Revolución de Octubre que dio al traste con la Monarquía Romanov y puso en peligro todo lo que él creía justo y verdadero. Y por ello, pronto comenzó a organizar una milicia para combatir a los bolcheviques.
Fue allí donde encontró a Grigory Semyonov, Capitán de los Cosacos y ferviente anticomunista. Los dos militares decidieron unir fuerzas y se unieron al ejército del Comandante Aleksandr Kolchak, general del Ejército Blanco que combatió por varios años a las fuerzas comunistas del Ejército Rojo.
Sin embargo, tanto Semyonov como Sternberg tenían ideas diferentes respecto al Ejército Blanco y pronto comenzaron a desobedecer las órdenes de Kolchak. En lugar de ello recibieron el apoyo de los japoneses y con ellos fueron capaces de avanzar profundo en las estepas y bosques siberianos.
Su ejército era uno de Asirios, cristianos perseguidos por el Imperio Otomano que estaban felices de tener un futuro, así este fuera en las gélidas tierras rusas. El éxito de esta iniciativa motivó a Sternberg a proponer la creación de una división de Buryats: duros habitantes de Siberia que creía podrían detener el avance de los bolcheviques y defender el derecho al trono del Zar Nicolás II.
La Fortaleza de Dauria
Y fue allí cuando comenzó a probar su verdadera valía en el campo de batalla.
Marchó al Oriente, a la frontera con Mongolia, y allí construyó un poderoso fuerte de muy difícil conquista en Dauria. Desde allí dirigió incontables operaciones que convirtieron la logística del Ejército Rojo en una pesadilla y le ganaron gran fama ante los comandantes del Ejército Blanco.
Pero también allí surgió, una vez más, ese niño cruel que llevaba dentro, que gustaba de torturar animales y lastimar personas. Todo hombre o mujer acusado de ser comunista o criminal era capturado, torturado y asesinado en la fortaleza, y pronto esta comenzó a llenarse con docenas de huesos de las víctimas de Sternberg. Se convirtió en un símbolo de poder y de terror y le garantizó al militar el control de las áreas aledañas.
Pero pronto Sternberg se dio cuenta de que la situación era crítica para el Ejército Blanco y que si se quedaba en Dauria eventualmente sería derrotado. Y allí comenzó a urdir un plan, mucho más profundo y complejo, que pasaba por el apoyo de la República China en la restauración definitiva de la gloriosa dinastía Romanov.
Matrimonio
Viajó de Dauria a Manchuria (al norte de China), en donde contrajo matrimonio con Ji, princesa de Manchuria y pariente del General Zhang Zhuolin. En esta región, de donde era originaria la monarquía china (de la Dinastía Qing), encontró el apoyo de muchos que pensaban como él y pudo abastecer y movilizar sus tropas con facilidad. Esto ocurrió entre febrero y agosto de 1919.
Poco después Alexandr Kolchak sería derrotado definitivamente por el Ejército Rojo y Semyonov, el antiguo aliado y comandante de Sternberg, se vio obligado a retirarse a Manchuria desde Siberia.
Su ejército marchó al Occidente, a Mongolia. Y sería allí donde pasaría a la Historia.
La toma de Urga
Un par de años atrás la República China había tomado la polémica decisión de ocupar Mongolia, algo que violaba un tratado firmado en 1915 entre Mongolia y Rusia. Los mongoles, como es de esperarse, no estaban muy contentos con el asunto, y esta sería la oportunidad perfecta para Sternberg.
En octubre de 1920 su ejército, significativamente más pequeño que el de los defensores chinos, asedió la ciudad de Urga, capital de Mongolia (hoy Ulanbaatar). Bogd Khan, un importante líder secular y espiritual mongol, estaba apoyándolo e indicándole las debilidades de la defensa enemiga, sin embargo, sus tropas fueron repelidas y tuvieron que replegarse a las afueras de la ciudad.
Desde allí ejecuto de manera brillante una técnica clásica del mismo Genghis Khan: ordenó a uno de sus destacamentos que llenasen de hogueras una montaña cercana a la ciudad. Los defensores, creyéndose superados en número, pierden así la moral y son derrotados en tres batallas consecutivas que le dan a Sternberg el control sobre Urga.
El hombre dirigió personalmente el ataque sobre otras ciudades importantes del país, incluyendo Choir y Choiryn Ungern, y obligó al ejército chino a abandonar el país.
Roman von Ungen-Sternberg, Khan de Mongolia
En febrero 21, 1921, Bogd Khan, aliado de Sternberg y soberano de Mongolia, fue restituido en el trono del país. Como agradecimiento al extranjero que le había devuelto su trono le otorgó el título de Khan (esto es, de Señor) y la categoría nobiliaria darkhan khoshoi chin wang, equivalente a algo así como un Barón. De ahí su apodo.
Y el homenajeado hizo honor a su título. Con mano férrea garantizó el orden en la capital mongola, persiguiendo de manera obsesiva a cualquiera que tuviese el más mínimo asomo de comunista. Incluyendo, claro, a los judíos, que por alguna razón se consideraban comunistas en este periodo: Sternberg ordenó la ejecución de cualquier judío que viviese en Urga a menos que él, personalmente, ordenase su perdón.
Fascinado por la cultura mongola, pronto aprendió sus ritos y adoptó sus vestimentas, que consideraba más dignas de guerreros que las insulsas y refinadas ropas occidentales. Fue un súbdito obediente de Bogd Khan (a fin de cuentas era un monarquista, y creía que los reyes tenían derecho divino a gobernar) y no se inmiscuyó en asuntos del gobierno mongol, a menos que se lo solicitaran, pero sí se encargó con rudeza de los colonos rusos en el país. Creó una policía secreta dirigida por su lugarteniente, Leonid Sipal, que se encargó de mantener el terror y asegurarse que no hubiese apoyo a los bolcheviques en la región. Muchos inocentes perecieron bajo sus órdenes: se calcula que entre 3% y 8% de la población extranjera del país murió a causa de Sternberg. Se sabe de 846 muertes confirmadas, pero se desconoce si podrían haber sido más.
El final del Reino
Por supuesto, Mongolia es un país pequeño mientras que Rusia es un gigante. Sternberg lo sabía y por ello buscaría obtener el apoyo de los cosacos contra los bolcheviques en Siberia. Si entraban a Mongolia, el país estaría perdido.
Pero el noble subestimó el temor que generaba y desestimó la importancia de la Nueva Política Económica (NEP) de Lenin, que daba derechos a los cosacos y campesinos. Cuando el Ejército Rojo se puso en marcha hacia Mongolia Sternberg salió a encontrarlos en Siberia, pero recibió muy poco apoyo de los cosacos (de quienes esperaba un respaldo absoluto) y subestimó la capacidad y el tamaño del ejército bolchevique. Fue derrotado en varias ocasiones, pero logró retirarse con pocas bajas y avanzar hacia el territorio ruso. Y fue allí que se dio cuenta que su posición era desesperada.
Su retirada, que buscaba llegar al Tíbet desde Mongolia, fue cortada por fuerzas de guerrilla comunistas que lo capturaron y entregaron al Ejército Rojo. Su peor pesadilla se había cumplido: Rusia había caído, Mongolia había caído, sus tropas lo habían abandonado y ahora era prisionero del enemigo.
Fue ejecutado el 15 de septiembre de 1921 por fusilamiento. Al oír noticias del suceso, Bogd Khan ordenó la realización de rituales en todos los templos de Mongolia.
Fuentes:
- https://en.wikipedia.org/wiki/Roman_von_Ungern-Sternberg#cite_ref-FOOTNOTEPalmer200887_37-0
Imágenes: 1: economist.com, 2 y 3: wikipedia.org, 4: minecreek.info