Curvas peligrosas – 2ª Parte
Tras el descanso para tomar un café, continuamos con la segunda parte de la entrada sobre carreteras peligrosas. Tomen su biodramina, continuamos el trayecto.
Seguimos nuestro trayecto de nuevo en China, en la carretera Sichuan-Tíbet, donde las avalanchas y los deslizamientos de tierra se llevan todos los años por delante a una buena cantidad de usuarios. La carretera, de 2412 kilómetros, comienza en Sichuan, en el este y termina en Lhasa (Tíbet) en el oeste. El trayecto atraviesa 14 montañas con una media de 5000 metros de altura, pasa sobre decenas de ríos famosos y cruza multitud de bosques primitivos.
Continuamos en el Tíbet, ciertamente, llegar a este mítico lugar por carretera es toda una aventura. En este caso transitamos por su vertiente India. La carretera Hindustan-Tíbet. Una vieja vía comercial que atraviesa las montañas entre cortados y precipicios imposibles. Para los que alguna vez la tengan que transitar en transporte público, decir que la media de edad de los autobuses que van por esta ruta es de unos veinticinco años…
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Esta es la que más me gusta, la carretera Transfagarasan de Rumanía. Construida como una ruta militar estratégica es la carretera pavimentada más alta de Rumanía. Transcurre de norte a sur a través de las montañas más altas de los Cárpatos, conectando los dos picos más altos, el Moldoveanu y el Negoiu. La carretera conecta también las regiones históricas de Transilvania y Valaquia. A las curvas y la altura, en este caso, hay que sumar los ataques vampíricos.
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De los Cárpatos volamos hasta Pakistán, a la carretera internacional asfaltada a más altura del mundo. La carretera Karakórum, (Karakoram) que atraviesa las montañas del mismo nombre a través del paso de Khunjerab a 4693 metros de altura. La carretera fue construida entre Pakistán y China para conectar las ciudades de Xinjiang con Gilgit-Baltistán. También conocida como la National Highway 35, durante su construcción, que duró más de 20 años, 810 paquistaníes y 82 trabajadores chinos perdieron la vida. Su trayecto discurre en lo que antiguamente fue la ruta de la seda y hoy en día está considerada como la novena maravilla del mundo.
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Pasamos ahora a Japón, a la Irohazaka Winding Road. Esta peculiar carretera asciende hasta el lago Chuzenji, en el parque nacional de Nikko, situado a los pies del volcán del monte sagrado Nantai. Esta carretera también era un camino sagrado hace tiempo y no todos tenían permitido transitar por ella. Tenía 48 curvas, cada una con una letra del antiguo alfabeto japonés y se descendía siempre por un trayecto diferente al de subida, para poder completar el camino sagrado.
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De nuevo en Pakistán, nos adentramos por la carretera Fairy Meadows. Este camino de grava suelta construido por los lugareños asciende hacia uno de los picos más altos del mundo, el Nanga Parbat. Durante 10 kilómetros uno se juega el pellejo rezando para que no fallen los frenos en ninguna de sus curvas. Sobra decir que el puesto de socorro, el taller o la gasolinera más próxima están a cientos de kilómetros de este lugar.
Dejamos los pedregales de Pakistan y nos vamos hasta Filipinas, donde la cosa no mejora demasiado. La carretera Halsema (aunque por allí la llaman autopista), también llamada Baguio Bontoc Road, atraviesa el valle de la Cordillera Central de la isla de Luzón, en Filipinas. Se tardan unas 10 horas en llegar desde la ciudad de Baguio a Sagada, contando que el día salga bien y no llueva demasiado. La carretera es famosa por sus derrumbes y deslizamientos de lodo y todos los meses los accidentes se cuentan por docenas.
Imágenes Greg Brennan
Nos trasladamos ahora hasta México, hasta la carretera 40 conocida como El espinazo del diablo. El trayecto de esta carretera transcurre desde Mazatlán hasta Durango, atravesando la Sierra Madre y cruzando decenas de profundas barrancas. Curvas cerradas con un asfalto bacheado que bordea cortados y peñascos a más de 2000 metros de altura que, en las últimas horas de la tarde, se suele cubrir de una niebla espesa que atrapa a los conductores menos precavidos, convirtiendo cada curva y cada estrechez del camino en una verdadera odisea.
Existen algunas versiones sobre el nombre tan particular que recibió esta zona. Una de ellas dice que las impresionantes barrancas que se despliegan a ambos lados del camino hacen ver al diablo. Otra afirma que el nombre le viene de lo peligroso de tantas quebradas que hay entre las conformaciones montañosas de la Sierra. Una más afirma que se debe a lo fuerte que sopla el viento y el ruido que provoca al filtrarse un sin número de corrientes de aire.
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Y para terminar, visitamos un par de carreteras en los países nórdicos europeos. En primer lugar ascendemos por la Trollstigen (La escalera de Troll), en Noruega. Esta carretera de curvas cerradas y empinadas está en el corazón del condado de Romsdal, en la región de Rauma, y asciende hasta la cima de los fiordos donde se puede contemplar una hermosa cascada, pese a que la nieve, el hielo y los frecuentes desprendimientos la conviertan en bastante peligrosa, miles de turistas suben por ella todos los años para contemplar la belleza de estos paisajes… algunos ya no bajan.
Y para terminar, la que personalmente me gusta más de todas, la carretera Lysebotn, también en Noruega. La Lysebotn asciende hasta lo más alto del fiordo Lyse, a través de túneles y de curvas en zigzag que no dan el más mínimo descanso al conductor aguerrido. Los últimos 30 kilómetros se podrían catalogar como una verdadera montaña rusa, para terminar con un túnel enroscado de 340º, por si alguien quedaba sin marearse, darle la última puntilla,jeje
Al llegar arriba, la recompensa es esta:
Bueno, espero que hayáis disfrutado del trayecto. En el tintero se me han quedado unas cuantas carreteras interesantes más y quizás algún día os vuelva a poner al volante, pero por el momento, creo que ya hemos hecho bastante gasto en Biodraminas.
Fuentes:
1 – 2 – 3 – 4 – 5 – 6
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VER LA PRIMERA PARTE
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