I.A.
Las Inteligencias artificiales pueden ser tenebrosamente inteligentes… o particularmente tontas, dependiendo de por dónde se les vea.
Son capaces de realizar tareas impresionantes, encontrando patrones en millones de datos o analizando secuencias para llegar al punto que les interesa. Pero (y este es un gran pero) lo hacen de una manera sustancialmente diferente a la nuestra. Parecen incapaces de “salirse” de conceptos muy básicos y, por ello, pueden ser engañadas y aún están lejos de formar una entidad “pensante”.
O al menos, eso creemos.
Pero en el campo en el que son expertas (esto es, en el análisis de datos) su evolución ha sido impresionante. Y recientemente se reveló que una de ellas es capaz de aislar una voz en una multitud.
Sonido
El sonido, al comportarse como una onda, es difícil de aislar. Dos sonidos que ocurren al tiempo simplemente se añaden el uno sobre el otro. Nuestro cerebro es más o menos capaz de aislarlos, pero una máquina, bueno, no tanto.
Al menos, no por mucho tiempo.
Sin embargo, recientemente una I.A. parece haber superado esta limitación fundamental, conocida en el mundo de la ciencia como el efecto “fiesta de coctel”. Como suele pasar, Google es el gigante detrás de este desarrollo.
Fiesta de Coctel
El descubrimiento, como suele pasar en el campo de la tecnología, no fue tan glamoroso. Simplemente se generó un algoritmo que a través de constantes iteraciones fue capaz de detectar la voz de tres personas diferentes en un entorno concurrido. Esto, claro, sobre un audio grabado, lo que significa que era incapaz de detectar la procedencia del sonido (una de las habilidades que nos permite aislar una voz de las otras).
Si bien se anunció que esto permitirá mejorar, entre otras, los sistemas de reconocimiento de voz, lo cierto es que también favorecerá el uso de nuevas tecnologías que ahora podrán escucharnos. E ir aprendiendo.
¿Cuánto falta para que veamos surgir una verdadera Inteligencia Artificial?
