Recientemente investigadores españoles del Instituto de Astrofísicas de Canarias (IAC) realizaron el último descubrimiento al respecto, en una estrella bautizada GJ536.

GJ 536b

El planeta fue bautizado GJ 536b y queda a unos 32 años luz de la Tierra. Es el único planeta detectado en la estrella enana GJ536, que pese a ser mucho más fría que el sol es lo suficientemente brillante como para que un planeta en sus cercanías tenga temperaturas semejantes a las terrestres.

Como suele suceder con los planetas que orbitan estrellas enanas, uno de los problemas es que la cercanía de las órbitas genera efectos de marea que hacen que siempre muestre la misma cara a la estrella. Esto evita que haya días y noches (como es el caso terrestre) y en cambio crea una zona de luz perpetua y una de oscuridad eterna. Sólo en el punto intermedio, donde la luz se toca con la oscuridad (que podríamos llamar la “zona de ocaso”) podría existir agua líquida… y vida.

En  el caso de este planeta particular, tiene una masa equivalente a 5,4 tierras (lo que lo convertiría en una “supertierra” y fue descubierto por el estudiante de doctorado del IAC Alejandro Suárez Mascareño y sus directores de tesis, Jonay Isaí González y Rafael Rebolo. Como dato curioso, usaron un método poco común: la técnica de velocidad radial. Normalmente se descubren por los eclipses “miniatura” que generan al pasar frente a su estrella.

La conclusión de este descubrimiento es clara. Llevamos apenas unos 3 años explorando el espacio con este detalle, hemos revisado únicamente el vecindario del sistema solar, y ya hemos descubierto más de 3.500 planetas rocosos de los cuales varias decenas están ubicados en la posición correcta para tener agua líquida. ¿Será en verdad posible que estemos solos?

Imagen: iac.es