Según los especialistas, en un futuro no tan lejano, la radiación del sol y del espacio impactará la Tierra y a todo lo que en ella se encuentre. Pero eso no es nada comparado con todo lo que podría ocurrir si se invierte el Polo Norte y el Polo Sur, pues prácticamente la corteza terrestre volaría en mil pedazos y todos los continentes se re organizarían de forma caótica.

En seguida, todos los datos recientes que ha ofrecido la Ciencia al respecto:

Es un fenómeno cíclico porque todo indica que ya ha ocurrido otras veces en el planeta y es algo que parece coincidir con la órbita que nuestro Sistema Solar realiza en referencia con otros astros de gran relevancia, proceso que dura varios miles de años en repetirse. En pocas palabras, ya en la antigüedad han ocurrido graves cataclismos debido a ello.

Los análisis de la NASA, indican que, en los últimos 20 millones de años, el escudo electromagnético terrestre ha atravesado por periodos de inversión, en casi 100 oportunidades. Cada vez que sucedió, la atmósfera requirió casi mil años para retornar a la normalidad. La preocupación entre la comunidad científica aumenta porque las señales de que está ocurriendo de nuevo, son inminentes.

Nicolas Thouveny, miembro del equipo de investigadores del “Centro Europeo de Investigación y Enseñanza de Geociencias Ambientales”, afirma que es muy notorio el deceso del campo geomagnético en los últimos tres milenios. Añadió que si esto continúa así y acelerándose cada vez más, como ha venido ocurriendo, en muy poco tiempo estaríamos enfrentados a una situación más que crítica.

Los primeros daños se ven reflejados en el funcionamiento de los satélites y los radares. Los astronautas prevén que podría alterarse o cortarse por completo, las comunicaciones con las bases espaciales. Sólo eso conllevaría a que la sociedad en menos de un abrir y cerrar de ojos, se retroceda a la edad de piedra, más el peligro de la radiación en la salud humana.

El peligro del debilitamiento del campo magnético

Gracias a los hallazgos de minerales magnetizados dentro de los sedimentos que se hallan bajo el suelo marino, se tienen pruebas de remotas inversiones de los polos. También pudieron determinar que este fenómeno se ocasiona cuando la magnetosfera se ve debilitada en más de un 90%.

Entonces, cuando esto sucede, los rayos cósmicos provenientes de tremendas radiaciones como de Supernovas, etc, golpean la Tierra y a todos los seres vivos. Con las pruebas de carbono 14, pudieron calcular que hace cerca de 40 mil años, se presentó una disminución del campo magnético de gran consideración, como se ve que posiblemente ahora estamos de nuevo afrontando.

Los extraños fenómenos magnéticos del Atlántico Sur

Una impresionante anomalía magnética fue hallada en una zona del Océano Atlántico, entre la parte Sur de África y América. Allí los científicos descubrieron que el campo magnético está debilitado tres veces más que en los polos, donde debería ser más sutil. Se le ha denominado como “la Anomalía del Atlántico Sur”.

En este punto geográfico, extrañamente los satélites se enloquecen a causa del impacto de los rayos cósmicos, según explica el equipo investigativo de la Universidad Técnica de Dinamarca. Pero a la fecha actual, no se sabe mayor cosa sobre el por qué está ocurriendo esto. O bueno, por lo menos de manera oficial.

¿Se invertirán los polos?

Una de las conclusiones a las que han llegado los astrofísicos, es que muy probablemente exista una clase de anticiclón en el área inferior del núcleo del planeta, o que en realidad estemos ante una inminente inversión polar.

Si esto ocurre, los mares cambiarían de lecho y taparían las tierras actuales. Los fuertes terremotos por doquier, mismos que irían paulatina y gradualmente en aumento, alterarían para siempre la corteza terrestre y se formarían nuevos continentes, pero los actuales se hundirían. Se cree que esto mismo ocurrió con la Atlántida hace miles de años, así como con la mítica Lemuria, etc.

Es la hora en que muchos especialistas no se explican por qué razón, desde el año 1950, el Polo Norte se está desplazando desde Canadá hacia Siberia, a una velocidad de 55 kilómetros por año. En enero de 2019, la velocidad aumentó y ocasionó un gran vórtice polar que congeló gran parte de Estados Unidos a temperaturas extremadamente bajas.

Por ese motivo, la ciencia se ha visto obligada a reprogramar el “Modelo Magnético Mundial”.

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