Imagen satelital que muestra la gravedad de la desecación
El problema de la sequía
Para nadie es un secreto que los seres humanos hemos sido particularmente duros con el planeta Tierra… en particular, en los últimos siglos. A estas alturas, preservar el ambiente ya no es un asunto de moral, sino de supervivencia: sin darnos cuenta podemos estar destruyendo las estructuras que, en primera instancia, hacen posible nuestra sociedad.
Uno de los ejemplos más dicientes al respecto es el de la sequía. Aunque las sequías siempre han existido, en las últimas décadas sus efectos se han ido haciendo más serios conforme muchos de los “colchones” naturales, que normalmente las hacen menos serias, han sido afectados por los seres humanos. De la mano con esto, los fenómenos climáticos que normalmente llevarían a sequías en algunas regiones (como el fenómeno del Niño) se han hecho más fuertes a causa del cambio climático.
A causa de esto en Bolivia acaba de secarse el segundo lago más grande del país. Se trata del lago Poopó, otrora importante lugar de arribo de varias especies de aves migratorias, fuente de pesca para los habitantes y hogar de muchas especies autóctonas.
La desecación del Poopó
El Lago Poopó era el segundo lago más importante de Bolivia luego del Titicaca, que aquel país comparte con Perú. Además de las especies de aves migratorias habitaban allí especies endémicas de aves y peces cuyas poblaciones (que aún pueden sobrevivir en partes del Titicaca) podrían no recuperarse.
Su sequía se veía venir, aunque la causa directa fue el Fenómeno del Niño que por estas fechas asola grandes regiones de América Latina. Durante los últimos años la disminución en los cauces de agua y la contaminación proveniente de uno de sus afluentes comenzó a reducir poco a poco su tamaño, disminuyendo aún en mayor medida la pesca que allí se obtenía y que alcanzó los máximos niveles en 1989-90 durante un periodo de inundaciones.
Así mismo, las autoridades ambientales de Bolivia comenzaron a detectar la presencia de metales pesados en las aguas de los afluentes y, más serio aún, en las personas que habitan la región. Esto, que provendría de actividades de minería ilegal, no hizo más que empeorar la situación del Poopó.
El pasado 16 de diciembre de 2015, el lago oficialmente dejó de existir. En las condiciones actuales podría tardar años en llenarse de nuevo o sencillamente no hacerlo del todo.
Es una víctima más que nos recuerda lo cerca que estamos de terminar con nuestra única casa.
Fuente de imágenes: t13.cl