La Conspiración de los Diamantes
Hace ya algún tiempo publicamos en este portal el artículo La Conspiración de los Diamantes. En él, mencionamos cómo el mercado de diamantes fue dominado por prácticamente una única compañía por casi un siglo, y cómo una piedra que no es particularmente escasa se convirtió en el símbolo mismo de opulencia.
Esta conspiración ya se había venido debilitando hacia finales del siglo XX, cuando el surgimiento de nuevas empresas y el hallazgo de nuevas minas (así como el fortalecimiento de varios gobiernos africanos, principalmente Botswana), llevó a la ruptura del monopolio de la compañía De Beers, inundando el mercado de diamantes y disminuyendo el precio de los mismos.
Y como si no fuera suficiente con ello, en este momento también comenzó a mejorar la tecnología de fabricación de diamantes artificiales. Todo indicaba que la industria se dirigía hacia un inevitable colapso.
Pero hoy, menos de dos décadas después, soplan vientos de una escasez de diamantes, y los países africanos que dependen de esta industria miran una vez más el futuro con esperanza.
Escasez
El tema se debe a tres factores: primero, desde el año 2006 la producción mundial de diamantes ha ido bajando, y los países productores han sido incapaces de conseguir nuevas minas para reemplazar las que se van agotando. Esto ha significado disminuciones anuales en la oferta mundial de manera consistente, y nada indica que la tendencia vaya a cambiar.
Segundo, el crecimiento en varias economías emergentes (en particular India) y la mejora de la situación económica en la mayor parte del mundo en desarrollo (en particular sectores importantes de África) ha incrementado la demanda de estas piedras preciosas, consideradas por muchos una muestra de riqueza y de buen gusto. India, en particular, es el segundo país más poblado del mundo, va camino a ser el primero, y es conocida por su amor por la joyería.
La producción ha ido bajando desde 2006, y aunque ha aumentado recientemente, se aproxima el cierre de varias minas que podría volver a bajar los niveles
Y tercero, y quizás aún más importante, la industria ha conseguido convencer a sus clientes de que un diamante “natural”, con imperfecciones asociadas a su procedencia, es superior a uno “artificial”, perfectamente transparente y puro. La Industria puede fabricar diamantes, pero no puede darles estas imperfecciones, que solo se generan en cuevas a lo largo de miles de años.
Todo esto ha llevado a varios analistas a proponer que la demanda superará la oferta en menos de dos años, y que tan pronto como en el 2020 podríamos comenzar a ver un rebote en los precios de diamantes, por décadas deprimidos en medio de una superabundancia de estas piedras preciosas.
Esto representa una buena noticia para muchos países, en particular Botswana: el país más desarrollado del África Subsahariana, que ha conseguido prosperidad para su población gracias a las minas de diamantes. Sin embargo, también podría impulsar nuevas guerras y conflictos en África Central, donde los gobiernos son más corruptos e ineficientes y, al contrario que Botswana (y otros ejemplos positivos como Namibia) no invierten en su población, sino que todo el dinero queda en manos de políticos corruptos y “Señores de la Guerra”, que mantienen sus trabajadores en condición de casi esclavitud.
La caída en los precios de los diamantes ha hecho que sea demasiado costoso para estos colectivos criminales mantener sus estructuras, pero si los precios vuelven a subir, podríamos estar de nuevo ante la aparición en los mercados de los llamados “Diamantes de Sangre”. Y esta no es una buena noticia para la gente que vive en estas zonas mineras.
Fuentes:
- https://www.bloomberg.com/news/articles/2019-03-27/the-great-diamond-shortage-that-never-was-is-likely-coming-soon
Imágenes: 1: wallstreetdaily.com, 2: bloomberg.com