Sonidos en el vacío
Un rezo popular afirma que “en el espacio, nadie puede escucharte decir que no”. Proveniente de la tradición norteamericana, este adagio se basa en la concepción de que el espacio no tiene materia y, por lo tanto, una onda como el sonido no tendría medio para transmitirse. Sin embargo, en septiembre del año 2013 científicos de la NASA declararon que la sonda Voyager 1 había grabado los sonidos espaciales. ¿A qué se referían?
De acuerdo con las explicaciones del físico espacial Don Gurnett el sonido se da porque la sonda se encontraba abandonando la “heliósfera”, una gigantesca esfera que rodea los planetas y el sol. Producida por el campo magnético solar, está bajo el constante bombardeo de las tormentas solares y se caracteriza por una alta presencia de iones de helio. Por fuera de la heliósfera la densidad de los gases es mayor, lo que llevó a la máquina a detectar un sonido agudo cuando transitó entre los dos lugares.
Pero, ¿cuál es la naturaleza de este sonido? De acuerdo con los científicos, no es algo fácil de explicar: “estrictamente hablando, el dispositivo de plasma no detecta sonido. En lugar de ello, detecta las ondas de electrones en el gas ionizado o plasma a través de las cuales pasa la sonda. A pesar de ello, dichas ondas ocurren a frecuencias auditivas que, aunque inaudibles para las personas, pueden reproducirse después en una máquina.
Las ondas de los rayos solares
La NASA tardó casi un año en darse cuenta de que la nave había abandonado la heliósfera, pues las ondas de radio tardan este tiempo en llegar a la tierra a tan grande distancia. De acuerdo con Gurnett, los tonos pasaron de estar en torno a los 300Hz en la heliósfera a entre 2 y 3 Khz fuera de ella, lo que denotó el súbito salto. Antes de ello, ya había habido dos sonidos transmitidos por la sonda, ambos desencadenados por tormentas solares que alteraron el plasma en que esta se movía. Aquí pueden escuchar lo detectado por la NASA.
A medida que el Voyager se aleje más y más de la tierra, será cada vez más difícil detectar estos abruptos sonidos. Lo cual es una lástima, porque alguno de ellos podría estar dirigido específicamente hacia nosotros. ¿No creen?
Fuente de imagen: jpl.nasa.gov.