Los celos y la reacción dolorosa a una infidelidad, podrían llevar a una mujer a cometer un acto brutal. Así como la historia que veremos en seguida, de la mujer que le cortó el pene a su esposo dos veces y luego, lo arrojó por la ventana del hospital.
El marido se la jugaba doble con una mujer de 21
Cierto día, en el año 2015, en China, Feng Lung quien contaba con 30 años en esa época, soprendió a su cónyuge chateando con una joven 21 años, enviándose mutuamente mensajes ardientes y cargados de erotismo. Pero por si fuera poco, escudriñando todas las conversaciones del chat, descubrió además una serie de fotografías de alto contenido sexual entre la chica y su marido.
Llena de rabia y de intenso dolor, sólo podía pensar en vengarse de la peor manera. Así que aguardó pacientemente la hora de dormir, aparentando que nada sabía y que todo continuaba igual. Cuando se percató de que el hombre se había quedado profundamente dormido, cogió unas tijeras afiladas y le amputó el pene a su adúltero esposo.
De inmediato la sangre brotó a chorros y el escenario era dantesco. Aquel sujeto daba alaridos infernales, tanto por el dolor físico que le representaba, como por la impresión de ver su pene botado en el piso ensangrentado. Al poco tiempo llegó una ambulancia que lo trasladó al Hospital más cercano.
Al parecer, un perro o un gato se comieron el pene
El personal médico que lo recogió malherido en su casa, alcanzó a coger el trozo del miembro viril cortado, colocándolo en hielo y de ese modo, pudieron cocerlo nuevamente y adherirlo a su sitio, aunque le causó graves lesiones en el aparato reproductor.
Mientras él estaba sedado y recuperándose del letal ataque, Feng llegó sorpresivamente al hospital, ingresó en la habitación y sin más, llena de ira volvió a cortar el pene de su marido, pero esta vez se aseguró de que no se lo volverían a reconstruir, por lo que lo lanzó desde la ventana lo más lejos que pudo.
El individuo quedó totalmente eunuco, pues los servicios de emergencia no pudieron hallar el pedazo, a pesar de haberlo buscado por todo el recinto y sus alrededores. Dedujeron que lo más seguro, era que un perro o algún otro animal, se lo comería al poco tiempo de que la mujer embravecida lo arrojara.
Pero en esta segunda ocasión, el hombre se levantó de la cama y con las fuerzas que le quedaban comenzó a golpear a Feng Lung, hasta que salieron a la calle, en un espectáculo cual ninguno, pues aquel sujeto gritaba y lloraba desgarradoramente, pues tal vez le ocasionaron uno de los peores daños que se le pudiera hacer a un hombre.
El pleito estaba tocando más que fondo, por lo las autoridades llegaron al rato, en momentos en que Feng seguía recibiendo una fuerte paliza de su esposo en shock, por tan terrible ataque violento que sufrió. Luego de ser separados por los uniformados policiales, ambos quedaron internos en la institución hospitalaria, para ser debidamente tendidos por sus múltiples heridas. Empero, la mujer se recuperó de los golpes recibidos, pero su aleccionado esposo nunca más pudo volver a ser viril.
Obviamente, la mujer fue judicializada, por graves lesiones personales y condenada a varios años de prisión.
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