Quizás lo mejor, previo a abordar una explicación sobre el sufijo –ántropo, sea revisar de formar breve algunas definiciones, que permitirán entender este morfema, dentro de su contexto lingüístico preciso.
Definiciones fundamentales
Al respecto, puede que también resulte prudente enfocar dicha revisión teórica a dos nociones fundamentales: la primera de ella, la propia definición de Sufijo, pues esto permitirá entender cuál es la naturaleza de la secuencia lingüística –ántropo. Así también, será necesario revisar la definición de Sufijos según su procedencia, por ser el tipo de sufijo en donde se encuentra clasificado este morfema. A continuación, cada uno de ellos:
Los sufijos
De esta manera, se comenzará por decir que la Lingüística concibe los sufijos como uno de los cinco afijos que se distinguen en las Lenguas naturales, por lo que entonces comparten grupo con los prefijos, los infijos, los interfijos y los circunfijos.
Por otro lado, esta disciplina ha convenido en describir los sufijos como morfemas de tipo tónico, los cuales se caracterizan por unirse a la palabra o lexema de forma posterior, dando como origen nuevas formas lingüísticas. Así mismo, son reconocidos como los únicos afijos con la capacidad de cambiar la categoría gramatical de la palabra que le ha dado origen.
En cuanto a sus funciones morfológicas, la Lingüística también distingue dos tareas de gran importancia, las cuales se diferencian esencialmente por el tipo de palabras que forman, y siendo descritas de la siguiente forma:
- Funciones flexivas: explicada como el proceso por medio del cual un sufijo flexivo se une de forma posterior a una palabra, para crear algunas de las formas que esta debe asumir según los distintos accidentes gramaticales que sufre.
- Funciones derivativas: de igual forma, se encuentran los sufijos derivativos, los cuales son descritos como aquellos morfemas tónicos que se unen a una palabra, generando nuevas palabras, las cuales aun cuando guardan cierta relación de sentido con la forma que les ha servido de origen, en realidad pueden ser consideradas como palabras independientes a nivel gramatical y semántico.
Con respecto a esta última función o tarea morfológica, la Lingüística ha señalado también que puede ser considerada una de las responsables de la mayor productividad lingüística, ya que según los estudios realizados, al menos 70 % de las lenguas naturales en el mundo basan su producción de nuevas palabras en la Derivación por sufijación, de ahí que los sufijos derivativos, así como la Derivación misma sean tenidos como elementos y procesos morfológicos de gran importancia.
Sufijos según su procedencia
En otro orden de ideas, también será prudente revisar la definición que ha promulgado la Lingüística sobre los sufijos según su procedencia, los cuales han sido explicados como aquellos morfemas tónicos, de tipo derivativo, que además de unirse de forma posterior a las palabras, para crear nuevas palabras, pueden ser identificados como sufijos directamente provenientes de lenguas como el Griego y el Latín.
Así mismo, casi todos los sufijos que pueden ser clasificados dentro de esta categoría cuentan con su propio significado, es decir que son considerados también como sufijos con sentido o carga semántica, la cual comienza a formar parte de la nueva palabra, orientando su significado.
Sufijo –ántropo
Teniendo presente estas definiciones, quizás entonces sí sea mucho más sencillo realizar una aproximación al sufijo –ántropo, el cual es entendido por la Lingüística como un sufijo derivativo, que puede ser a su vez clasificado como un Sufijo según su procedencia, puesto que es identificado como un morfema que proviene directamente del griego anthropos.
Así mismo, como casi todos los sufijos según su procedencia, el morfema –ántropo se encuentra ligado a un significado, el cual ha sido señalado como “relativo al hombre” entendiendo “hombre” también como sinónimo de humano. De igual forma, resulta importante señalar que este sufijo comparte significado con el prefijo “antropo-”, el cual cuenta también con una forma casi idéntica a –ántropo, diferenciándose por su acentuación. Algunos ejemplos del uso de este sufijo en el Español serán los siguientes:
Filántropo (que ama al género humano)
Misántropo (que odia al género humano)
Licántropo (hombre lobo)
Imagen: pixabay.com