Quizás lo mejor, previo a iniciar una exposición sobre la naturaleza de los Sustantivos ambiguos, así como los distintos ejemplos que pueden darse en torno a ellos, sea revisar de forma breve algunas definiciones, que de seguro permitirán entender este tipo de palabras, dentro de su contexto morfológico preciso.
Definiciones fundamentales
De esta forma, tal vez también sea pertinente delimitar esta revisión teórica a tres conceptos específicos: el primero de ellos, la propia noción de Morfología, pues esto permitirá entender la naturaleza de la disciplina en medio de la que ha nacido el concepto de Sustantivos ambiguos. Por igual, será necesario lanzar luces sobre las definiciones de Palabra y Sustantivos. A continuación, cada una de estas nociones:
La Morfología
Por consiguiente, puede comenzarse por decir que la Morfología ha sido explicada de forma general como una de las principales disciplinas de la Lingüística. Así mismo, ya desde un punto de vista un poco más específico, la Morfología ha sido señalada como la materia de estudio que se enfoca en ver las palabras desde su estructura, es decir, desde las distintas partículas que la conforman.
La Palabra
En segunda instancia, también será necesario señalar que la Palabra ha sido explicada como una de las principales partículas lingüísticas. No obstante, puede que una forma de tener una visión integral sobre esta partícula sea revisar de forma breve cada una de las perspectivas que tienen sobre ella las principales disciplinas lingüísticas.
De esta manera, se dirá por ejemplo que la Morfología considera la Palabra como una combinación coherente de unidades lingüísticas mucho más pequeñas, como lo son el Lexema (unidad lingüística con significado propio) y los Morfemas (unidades lingüísticas que se unen al lexema, con el fin de agregarle información léxica o gramatical).
Por otro lado, la Semántica –materia que pretende el estudio de las Palabras desde su significado- opta por ver la Palabra como una partícula lingüística, con sentido propio, la cual hace vida entre dos silencios, que ocurren en un texto. En este punto, será igualmente pertinente recordar que siempre que en la Lingüística se hable de texto, se hará en referencia al Texto oral, y nunca sobre el Texto escrito, puesto que para esta disciplina en verdad la Escritura es apenas un registro secundario de la realidad del Lenguaje, el cual reside en la Lengua, pero se materializa en el Habla.
Así mismo, al momento de revisar qué dice la Sintaxis sobre la Palabra, se encontrará que esta disciplina ve a esta partícula lingüística como el núcleo mismo de la oración, así como cada una de las partículas que conforman esta estructura superior de significado. En consecuencia, yendo de lo micro a lo macro, una combinación de lexemas y morfemas produce palabras, mientras que una disposición ordenada de palabras genera oraciones, y finalmente un orden coherente y cohesionado de oraciones da como resultado un texto.
Sustantivos
En último lugar, será también de importancia traer a capítulo el concepto de Sustantivos, los cuales han sido explicados en primer lugar como uno de los principales tipos de palabras. Por otro lado, será también necesario revisar qué dice cada una de las disciplinas lingüísticas respecto a los Sustantivos.
De esta forma, se tendrá que para la Semántica, los Sustantivos son aquellas palabras que se encargan de nombrar o señalar ciertas entidades, bien si estas se encuentran constituidas por personas, objetos, lugares o conceptos. Por consiguiente, los Sustantivos son nombres. Así mismo, la Morfología prefiere verlos como palabras variables, pues los Sustantivos están propensos a cambiar en ellos su estructura morfológica con tal de concordar en género y número con las entidades que nombrar. Finalmente, la Sintaxis ve los Sustantivos como el núcleo del Sujeto, pero también del Sintagma nominal y del Sintagma preposicional.
Sustantivos ambiguos
Una vez se ha pasado revista sobre cada una de estas definiciones, puede que ciertamente sea mucho más sencillo comprender el concepto que la Lingüística ha promulgado respecto a los Sustantivos ambiguos, partículas a las cuales analiza desde la óptica de la Morfología, entendiéndolos entonces como aquellas palabras que nombran conceptos, que pueden ser tanto del género masculino como del género femenino, según lo disponga el Hablante o el contexto. Esto sustantivos pueden presentar alteraciones en su morfología, o simplemente cambiar de género según el determinante que los acompaña.
Ejemplos de Sustantivos ambiguos
No obstante, puede que la manera más eficiente de completar una explicación sobre los Sustantivos ambiguos sea exponer de forma breve algunos ejemplos, que permitan ver de forma concreta algunas palabras del Español que pueden ser clasificadas dentro de este tipo de Sustantivos. A continuación, algunos de ellos:
- El calor / La calor: en algunos contextos o comunidades lingüísticas del Español de América se usa el sustantivo “calor”, el cual por lo general es usado como Sustantivo masculino, como un Sustantivo femenino. En este caso, el sustantivo no presenta cambios morfológico en su estructura, sino que su género viene señalado por el determinante que lo acompaña.
- El mar / La mar: así también, en el Español, el sustantivo “mar” es un Sustantivo masculino por excelencia. Empero, en algunas comunidades lingüísticas, sobre todo a nivel de las costas, se puede registrar su uso como Sustantivo femenino, lo cual ha sido explicado en ocasiones como un cambio de los hablantes, basado en sus intenciones de acercar emocionalmente el objeto señalado.
- El pijama / la pijama: por otro lado, también en el Español de América, se puede observar cómo algunas regiones identifican el sustantivo “pijama” como un nombre masculino, mientras que otras prefieren concebirlo como un nombre o sustantivo femenino.
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