La Antártida española
Decía Platón que más allá de las Columnas de Hércules se encontraba la famosa Atlántida, donde los hombres tenían una inteligencia superior, una organización social favorable y una economía prospera. Muchas veces los investigadores confundieron la civilización de Tartessos con la fabulosa Atlántida que se comió el Océano.
Tartessos (o Tartesios) nació aproximadamente en el año 1200 a. C en los territorios de Cádiz, cerca a la desembocadura del rio Guadalquivir en Doñana. La verdad es que pocos establecimientos se han encontrado de esta civilización, por el contrario miles de incógnitas han nacido sobre ellos. Muchos de ellos tienen que ver con su origen, los lugares donde estaba establecido, las ciudades más importantes y también su final.
El desconocimiento de todos los aspectos de los tartessos ha sido contrastado con los últimos descubrimientos, donde se da cuenta de una perspectiva cultural sorprendente, muchas de los objetos encontrados generan más sorpresa debido al gran desarrollo tecnológico que tuvieron en una época tan antigua.
Las actividades tartésicas
Gracias a los textos fenicios, principalmente, conocemos que los habitantes de Tartessos se ocupaban de la minería y la orfebrería. La elaboración de objetos en bronce, oro y plata, así como el buen manejo del estaño hizo muy conocida en todo el Mediterráneo las armas, las joyas y vasijas de este pueblo ibérico.
Lo confirma el historiador griego Herodoto cuando hace referencia al rey Argantonio, el cual hizo tratos comerciales con los griegos. Se confirma la utilización de barcos rápidos (posiblemente los primeros trirremes), así como armas con puntas de un precario acero. La verdad es que fue conocido por todos, la bravura y el ingenio de este pueblo, por ese motivo nació el mito de Hércules entre los griegos, donde el héroe tenía que robar unos rebaños del rey de Tarsis. Así se confirma la fiereza de esta civilización, a pesar de no dedicarse exclusivamente a la guerra.
El áureo tesoro de Carambolo
Aunque usualmente este tesoro encontrado a mediados del siglo XX, se le atribuye a los fenicios, se sabe que fue encontrado cerca a Sevilla, tierras que fueron tartessias en otra época. Las piezas de orfebrería que componen este ajuar son de oro trabajado en las minas que los tartessos tenían a las orillas del Atlántico. Compuesto por 21 piezas de oro de 24 quilates, junto a otros utensilios con decorados florales y colores vivos que cuentan historias, dignan la civilización española con un tesoro posiblemente de un rey, del rey Argantonio.
Con el encuentro de dicho tesoro se logró conocer diversos enlaces comerciales que se tenían con las nacientes civilizaciones de Oriente Próximo, incluso se atribuye la llegada de la gallina a las tierras españolas, junto con el cultivo extensivo de la oliva y posiblemente de la vid. Fuera de esto, las telas fenicias, conocidas por su color púrpura fueron el medio de cambio que más aceptaban, pues a pesar de no ser descubierto un poblado gigantesco hasta ahora, se ve en los pequeños establecimientos tartessios estos tipos de telas junto con otros objetos de gran valor.
Actividades religiosas
Se presume que los tartessos basaban su religión en la adoración de dioses que venían de Oriente. En la Isla Muir se descubrió figuras del dios sirio- cananeo Melqart, que es el mismo Reshef egipcio. Este dios era el protector marítimo de los barcos fenicios, pero al mismo tiempo era el dios guerrero que se utilizaba como insignia en las guerras de oriente.
Muchos objetos de adoración del siglo VII a. C dan la idea de su adoración a los dioses del Mediterráneo, los cuales ayudaban a los marinos, aunque no se ha encontrado que los artesanos y mineros, así como los herreros tuvieran una proximidad con la religión de manera fuerte. Por esto creemos que tenían un conocimiento superior.
Su misterioso fin
Las avanzadas de Cartago fueron vistas como el ocasionante del fin tartessio, aunque esto se cree más por los mitos de los intelectuales romanos que querían descalificar al Imperio africano. La verdad es que nadie sabe sobre su desaparición, en los sitios arqueológicos explorados se encontraron muchas quemas de la ciudad pero no se ven armas, como si luego de un incendio hubiesen escapado sus pobladores hacia el mar.
Se presume que muchos de los habitantes de esta gran civilización llegaron a América y dieron inicio a muchas de las civilizaciones, ya que conocemos el artilugio mesoamericano caracterizado por trabajar el oro y la plata de manera sublime, es por ello que consideramos que ellos no desaparecieron sino migraron a estos territorios americanos, que permanecían inhóspitos hace dos milenios.
Los textos no se equivocan cuando consideran la precisión de las armas fabricadas por los herreros tartessios, Homero al igual que otros escritores griegos, muestran la preferencia de las armas ensambladas en Iberia, incluso se ha creído que la constitución de armas de bronce fue iniciada por estos personajes.
Secretos de los herreros tartessios
La fundición del cobre, junto con el estaño en grandes hornos que han sido encontrados en Huelva, un sitio arqueológico recientemente explorado, da cuenta de las peripecias de los tartessios para sacar un material tan fuerte que podía fácilmente partir las armas babilónicas. La extracción y el trabajo con el oro son más misteriosos aún, debido a que su fundición como ya vimos, daba objetos con 24 quilates. Se cree que posiblemente utilizaban azogue para perfeccionar la calidad del oro. Hoy en día permanece en profundo misterio esta gran civilización, cuyos secretos se los llevaron donde es muy difícil escarbar.
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