Hielo
Desde mucho antes de comienzos de la Historia el hombre – bueno, aquel que vivía en tierras frías – aprendió a aprovechar las ventajas del hielo. Tanto por su carácter medicinal (de alivio de las inflamaciones) como por su importante aporte en la conservación de los alimentos. En épocas glaciares el Permafrost (es decir, el suelo que permanecía congelado de manera permanente) ya era usado para conservar la carne, y aunque el retroceso de los hielos retiró esta posibilidad a muchas regiones, en las sierras nevadas y las regiones polares siguió siendo una alternativa viable.
Pero quienes vivían en las tierras bajas – lo suficientemente cerca para ver los nevados – generalmente buscaban también los beneficios del hielo. Podían traerlo de las cumbres, claro, pero esto solía ser costoso y difícil. Lamentablemente no existían muchas alternativas.
¿O sí existían? Resulta que ya en el año 500 a.C. los antiguos persas (hoy iraníes) habían desarrollado complejas estructuras arquitectónicas capaces de crear hielo.
Yakhchal
Literalmente “foso de hielo” (“Yach” significa hielo, “chal” foso), los Yakhchal eran estructuras en formas de cono que servían para aprovechar el hielo invernal durante todo el año. No era que congelaran el agua, claro, al menos no por sus propios medios, sino que lograban mantener el hielo obtenido en invierno helado durante todo el año.
La estructura consiste en una especie de “domo” con escalas que se ubica junto a un tanque de almacenamiento que debe mantenerse a temperaturas bajo 0°C todo el año. La ingeniería involucrada en el proceso implicaba un sistema de aislamiento basado en gruesas paredes de barro que hacía que el aire caliente se concentrara en la parte superior del cono (saliendo por un agujero en la punta) y el aire frío permaneciera cerca del suelo. En casos dramáticos de días con muy poco sol, el cono solía destaparse en las noches para que irradiara el calor y estuviese más frío la mañana siguiente.
Para evitar pérdidas innecesarias de hielo, los Yakhchal involucraban el uso de capas de paja entre distintos bloques de hielo en el almacén. Así podía sacarse hielo de la superficie sin dañar (o calentar) el que había más abajo. Un Yakhchal bien organizado podía tener reservas de hielo por todo el año sin que jamás hiciera falta.
Esta tecnología puede parecer simple, pero involucraba un uso magnífico de las herramientas a disposición de las personas en aquel entorno. Durante siglos los domos de hielo adornaron el paisaje iraní hasta que los refrigeradores modernos (que producían hielo a demanda, y además sin restos de polvo o paja) los sustituyeron del todo. Sin embargo, en la actualidad aún quedan algunos pocos para ilustrarnos la gran inventiva de los hombres y mujeres de tiempos antiguos.
Imágenes: 1: selenitaconsciente.com, 2: anfrix.com