Cuando nos retratamos con nuestros mejores amigos.
Que nadie lo dude, los animalitos también forman parte de la familia, tal vez más que ese odioso pariente que todos tenemos (bueno, yo sí),y como tal, también les toca sufrir y salir en las fotos. Porque una familia con mascota es una familia feliz. Y puestos a inmortalizar la felicidad, aquí no se libra ni el periquito.
Feliz, lo que se dice feliz, la niña del vestido azulón no lo parece. Ella prefería un roscón de reyes pero en su lugar le regalaron una cobaya. El cojín le queda un poco grande ¿ improvisación para la foto o tal vez esperaba una mascota más contundente?. ¿O un bocadillo de jamón?.
¡Ay, esas fotos familiares junto a la chimenea!. Posar con tu mascota es un buen truco para aquellos a los que no nos gusta salir en las fotos, por eso de que te roban el alma. Así engañaron a la chica del jersey amarillo para salir con su ¿perrito, hurón? creo que es un perrito, mientras su padre posa junto al bonito gato y su madre con la culebrilla. Lo que lleva el hermano sí que no sé lo que es, un hamster o un helado de nata. El labrador que posa sin mascota es bonito. Me da que el perro está a punto de salir corriendo.
Seguro que esta familia hubiera preferido un San Bernardo con su barrilito de licor al cuello, pero cuando fueron a comprar un perro, ya estaban borrachos. La cara del animalito lo dice todo. Por cierto, ¿nos encontramos ante la familia de Frodo Bolsón? con esas orejas el niño parece un hobbit. Y sí, el padre está de pie.
Estas hermanas lo comparten todo, su afición por las camisas a cuadros, la alegría de posar para una foto, su amor a los animales… ¿Alguien le dijo a la chica del medio que un tallo de bambú no pertenece al reino animal, sino vegetal?, ¿no quedaban gatos?, ¿o tal vez ella quiere mucho a su planta y quiso salir con ella?. Espero que esta sea la respuesta correcta y las hermanas no metan a los gatos en una maceta.
De esta foto se pueden decir muchas cosas, pero me quedo con los zapatos de la señora de rosa. Me gusta la improvisación con la que posan, el único que presta atención al fotógrafo es el señor de la camisa verde, porque el de la roja lo mira a medias ¿se estaba peinando una ceja?.
¿No dicen por ahí que las mascotas se parecen a sus amos o las personas a sus mascotas?. Lo que está claro es que estos dos comparten peluquería canina. Por cierto, ¿de donde sacan los fondos y atrezzos los estudios de fotografía?.
Tener un caballito de mascota no es tan raro, visto lo visto, pero dentro de una casa… ¿no arañará el parqué con las herraduras?.
Qué pena, en esta familia no quedaba suficiente champú antipiojos para todos ellos, que son muchos, y el pobre perrito del tejado se iba a quedar fuera de la foto, pero él quería salir, y salió, pulgoso, pero salió.
Si eres pija super pija no sufras, también puedes posar con tu super perrita, seguro que hasta encuentras una modista que os vista iguales. Y la misma peluquera.
Otro ejemplo de parecidos razonables, las personas y los animales que viven juntos no sólo se parecen físicamente, sino que también suelen tener el mismo carácter. Esta niña y el gato tienen la misma mirada, ¿a quién piensan matar?. Huy, ese gato se parece mucho al que tenía mi abuela cuando yo era pequeña. Y qué curioso, mi madre me cortaba el flequillo igual, estilo tijeras de podar.
¿Qué pasa?, el periquito también tiene derecho a salir en la foto y a que lo saquen de paseo a la calle. Y el abuelo también, aunque se ponga esas gafas.
Hay personas a las que había que pegarles la ropa al cuerpo con cola de contacto, por esa fea manía de quedarse en bolas a la mínima, como ejemplo, mirad la cara de cabreo que tienen los pobres y orondos gatitos. En esta familia no se pasa hambre, eso sí.
Otro que tal baila. ¿A este señor no le explicaron bien lo que es poner las bolas al árbol?. ¿No rasca ese atuendo de ramas?. ¿No le darán un calambre las lucecitas del pino?. Al margen del tío feo dentro del abeto, esta foto me trae recuerdos de cuando mi gatito Arturo era más joven y trepaba por el árbol de navidad, un poco menos mofletudo pero los dos son clavaditos, los gatos.
Estos sí que son como dos gotas de agua, no me digáis que no están para comérselos. No es una foto de familia pero ¡es tan bonita!.
El pobre Micifuz estiró la pata por última vez, y a su querido dueño no se le ocurre otra cosa que desollarle, quitarle la carne y blanquearle los huesos. Y para colmo posa con él. Atentos a la cara de la chica… ¿la muerte de Micifuz fue natural…?, ¿el estofado era de conejo…?. Hay ocasiones en las que los animalitos son más listos que tú, y no les gusta tu pareja. Pobre Micifuz, la vio venir, pero no con el cuchillo.
Como veréis la costumbre de hacerse fotos con las mascotas no es cosa de ahora, las dos tías solteronas de la abuela posan con su querido Chuchi. Qué perro más simpático, ¿verdad?.
Los animales son listos, no me cansaré de decirlo, más que sus compañeros de casa humanos. Mirad como salen de felices los ilusos en la foto sin prestar atención al primo de Texas que se ha traído su hacha. Pero el perrito se ha dado cuenta, ¿en qué dirección correrá?
Mirad esta foto fíjamente y decidme si de verdad hemos evolucionado.
Siempre he sentido cierta debilidad por los dóberman esas tiernas criaturas, pero esos niños… ¿no se parecen a los de la Profecía?.
Mira qué majos, se van a esquiar con sus cocker y les ponen un jersecito para que no tengan frío. No son las únicas mascotas en la foto, los abrigos antes tuvieron vida.
Un cuadro dentro de otro cuadro. Originalidad no se les puede negar, me gustan.
A estas niñas alguien debería decirles que de los cuatro gatos sólo uno está vivo. ¿Adivináis cuál?.
Querer inmortalizarte con tu lindo gatito está muy bien, pero por favor, cuida el montaje, porque un college gatuno hecho con corta y pega queda un poquito cutre. Aunque para mi gusto, lo que desmerece el cuadro es la pareja del centro. Bonito el gatito.
El que dijo que el dinero no daba la felicidad, no tenía que comprar pienso para cincuenta perros. Sí que da la felicidad, pero no el buen gusto.
Parece recién salido de Alcatraz y si te lo encuentras en un callejón oscuro corres, pero las apariencias engañan, mirad con qué ternura mira este señor raro a su patito.
Hay que reconocer que últimamente hacen las comidas de los gatos con un aspecto muy apetitoso, que si filetitos de ternera a las finas hierbas, cóctel de mariscos con langosta… pero por favor, compra phoskitos al niño para la merienda. Aunque tal vez la comida del gato sea más sana.
Disimula, disimula, que mamá no se va a dar cuenta de que el mapache no es un perro. Total, donde comen tres comen cuatro.
Y para terminar, mi foto favorita. No hay nada como una madre precavida dispuesta a proteger a su retoño y a su lindo perrito de raza rara. Aunque sea con un AK de Hello Kitty y dentro de la bañera. Tampoco las sábanas son antibalas y bien que nos acurrucamos en ellas cuando tenemos miedo.
Espero que os guste mi nueva recopilación de retratos de familia, la página web que uso de fuente no tiene desperdicio. Vale, prometo que no haré una tercera parte… ¿O sí?…
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Tejido por Angelika.
Fuente:
AwkwardFamilyPhotos.com.