Un «gadget» original
Diseñado por el inventor sueco Fredrik Colting, “Tikker” es un reloj semejante a cualquier otro. Sin embargo, tiene una diferencia que lo ha convertido en polémica incluso antes de salir al mercado: en lugar de mostrar la hora local, tiene un contador que calcula tu tiempo restante de vida.
Apodado por los medios como “el reloj de la muerte”, el aparato se basa en el estilo de vida de una persona, sus hábitos y su comportamiento cotidiano para determinar cuánto tiempo de vida le queda, el cual muestra en una pantalla en la que, segundo a segundo, el individuo puede ver cómo su tiempo se reduce. De acuerdo con sus creadores, el objetivo del reloj es poner a pensar a las personas sobre sus decisiones de vida y enseñarles que su tiempo es un bien efímero y que harían mejor en aprovecharlo. Miles de personas han aportado un total de 98 mil dólares para el desarrollo del proyecto, que ya tiene a la venta – vía Amazon – algunos relojes de prueba.
¿Angustia o esperanza?
El gadget ha sido muy criticado por la angustia que podría generar en algunas personas y por la posibilidad de que desencadene ataques de algún tipo. Sin embargo, hasta el momento no se han denunciado este tipo de casos y los compradores del reloj parecen estar satisfechos con su nueva adquisición. Si bien algunas personas seguramente se verían afectadas por este dispositivo, seguramente quienes lo adquirieron necesitaban recordar, de alguna manera, que la vida termina y hay que tomar las decisiones correctas o, al menos, aquellas que brinden un mayor bienestar.
El gran fallo de Tikker es su imprecisión. Si bien el dispositivo va asociado con un historial médico, psicológico y de hábitos de vida (tanto de la persona como de su familia), hay infinidad de variables (accidentes o genética, por ejemplo) que podrían modificar el contador. Por ahora, sin embargo, parece ser que la precisión del mismo no cambiará en los próximos años.
Y a ti, ¿te gustaría tener un Tikker? ¿O enloquecerías viendo como, segundo a segundo, tu tiempo se acaba?
Fuente de imagen: odditycentral.com.