Reconstrucción de la criatura
El vasto océano
Decir que sabemos más de la superficie de la Luna que del fondo de los océanos se ha convertido casi en una frase de cajón, pero sirve para ilustrar nuestro gran desconocimiento sobre este gigantesco (y temible) vecino. Salvo por un puñado de sociedades (en particular los Polinesios, acostumbrados a leer las olas y las aguas como los mercaderes del desierto leen las dunas) la mayor parte de la humanidad ha respetado el océano y si lo ha visitado ha sido de manera esporádica. Y aún así, fueron miles los marineros que encontraron en el océano su tumba.
Hasta bien entrado el siglo XX los océanos fueron vastos escenarios casi completamente desconocidos. No fue hasta la invención de los submarinos y de cámaras capaces de soportar altas presiones que pudimos, por fin, visitar los animales de las profundidades y comprender un poco más las especies que habitan en los mares.
Pero a lo largo de siglos ya nos habían llegado relatos de criaturas monstruosas que habitaban los mares. Algunas (como los cachalotes y otras especies de cetáceos) fueron conocido por siglos, otros (como el kraken de las profundidades) se demostraron ciertos apenas bien entrado el siglo XX. Y otros, como Trunko, siguen en medio del misterio.
Trunko
Esta criatura – de existir – sólo ha sido avistada una vez: en las costas de Margate (Sudáfrica) en 1924. Su aparición fue reseñada en el periódico Daily Mail de Londres el 27 de diciembre de aquel mismo año, seguramente informado por algún periódico local del cual no tenemos registro. El título de la crónica, para irnos haciendo a una idea de la criatura que apareicó, fue “Un pez como un oso polar”.
De acuerdo con la crónica, la criatura fue vista cerca de las costas de esta ciudad sudafricana en descomunal batalla con un grupo de orcas. La escena fue presenciada desde la costa por un número importante de testigos que describían a la criatura como una especie de “pez blanco” que saltaba del agua y se batía furiosamente con los depredadores. Luego de unas 3 horas la batalla cesó… y aparentemente las orcas fueron las ganadoras.
La carcasa de la criatura apareció entonces en las costas, donde probó ser aún más extraña de lo que se pensaba. Medía unos 14 metros de longitud, 3 de ancho y 1.5 de alto y tenía una protuberancia semejante a la de un elefante con la punta descrita como la nariz de un cerdo. Su cola, de acuerdo con los registros, era como la de una langosta, y no tenía cabeza visible.
Y para terminar estaba completamente cubierto de un pelaje blanco con una longitud de unos 20 centímetros. Pelaje que, pese a la batalla que acababa de suceder, no tenía una sola mancha de sangre.
Única fotografía que nos quedó de la extraña criatura
¿Qué era Trunko?
La peculiar criatura, bautizada como “Trunko”, se convirtió pronto en un misterio que al día de hoy sigue sin ser resuelto.
La primera teoría le apunta a la carcasa de una ballena ordinaria transformada por acción del agua y los microorganismos. Aunque es cierto que esto puede dejar irreconocible un cadáver, es difícil pensar en características tan específicas como el pelo y la trompa de elefante en una carcasa amorfa.
La segunda teoría afirma que se trataría de una especie nueva, quizás más vinculada con las focas o los sirenios que con las mismas ballenas. Esta especie sería desconocida y habitaría seguramente las aguas del atlántico o el índico sur, relativamente poco conocidas. Sus características morfológicas, sin embargo, hacen complejo determinar a qué grupo animal pertenece e incluso hace dudar que pueda existir un animal así.
¿Se trataba entonces de una mutación particular? Es posible. Lo triste es que pese a haber permanecido casi 10 días en la costa la carcasa no fue revisada con rigor por ningún científico, lo que nos privó de una descripción más detallada que quizás hubiese permitido responder estas cuestiones.
Así que, hasta que aparezca otro “trunko” difícilmente sabremos de qué se trataba.
Imágenes: 1: cryptidz.wikia.com, 2: wikipedia.org