Imperio Shongai
El Imperio Shongai fue uno de los imperios más desarrollados y progresistas que jamás existió en territorio africano. Se desarrolló durante los siglos XV y XVI y organizó, entre otras, la próspera y exitosa Universidad de Timbuctú. Heredero del Imperio de Malí, se ubicaba en las regiones del actual Níger y basaba su economía en el comercio transahariano de oro, marfil y esclavos.
Lamentablemente para los Shongai, ocurrió una crisis lejos al norte que terminaría por afectarlos con gravedad. Portugal, reino cristiano, decidió invadir con fuerza el sultanato de Marruecos. Si bien Marruecos pudo vencer, y garantizar así su independencia, quedó debilitado y comenzó a buscar nuevas fuentes de recursos.
Y Songhai era un destino más que lógico.
El ataque del Sultán
El Sultán buscaba controlar los ricos campos auríferos de Songhai para pagar los costos que había tenido el conflicto. Su ejército, aunque pequeño, estaba bien entrenado y acababa de salir de un conflicto prolongado.
Songhai tenía muchos más soldados, pero carecía de arcabuceros y su rey Askia Ishaq II era consciente de la grave desventaja que esto implicaba. Sin embargo, en lugar de apuntarle a una emboscada, decidió planear algo más osado y, creyó él, más seguro.
Los dos ejércitos, de 4.500 y 24.000 hombres respectivamente, se encontraron en Tondibi el 13 de marzo de 1591. Ishaq II tenía todo preparado.
La carga de los rebaños
Acompañando el ejército Songhai iban más de mil reses, que se usaban tradicionalmente para alimentar las tropas.
Sin embargo, Ishaq II tenía otros planes. Convencido de que no podría vencer a menos que los 2.500 arcabuceros marroquíes rompieran formación, organizó cuidadosamente una carga de ganado hacia sus enemigos.
El objetivo era aterrorizar el ejército marroquí forzándolos a romper sus filas y entonces lanzar la carga de su caballería, armada con lanzas, que debería sellar el destino de la batalla. Pero las cosas salieron mal. Espantosamente mal.
Al ver la masa gigante que se movía en su dirección, los arcabuceros marroquíes pronto entraron en pánico. Sin embargo, en lugar de romper filas hicieron lo más lógico: disparar sus arcabuces.
Y el estruendo bastó para aterrorizar al ganado, que se lanzó en la dirección opuesta.
Así fue como la infantería Songhai fue aplastada por sus propios rebaños para luego ser rematada por el ejército marroquí. El Rey perdió la batalla y el Imperio Songhai dejó de existir.
Todo por un rebaño de ganado.
Imágenes: 1: alyssafaden.tumblr.com, 2: Quora.com