Curvas peligrosas – 1ª Parte
En poco más de un siglo y tras la aparición de los primeros vehículos motorizados, la orografía de nuestro planeta ha cambiado considerablemente ante la necesidad de adecuar y de construir vías de comunicación por las que poder circular cómodamente con dichos vehículos. Se ha excavado, perforado, demolido, aplanado… se han construido puentes y viaductos, se han perforado montañas de dura roca. En fin, todo lo necesario para moldear el planeta a nuestras necesidades.
Pero esto no siempre se ha hecho del modo más seguro e idóneo y, en muchas ocasiones, las carreteras construidas se convierten en verdaderas trampas mortales para todos aquellos que circulan por ellas.
Aquí os dejo una pequeña recopilación de las más conocidas. Probablemente existan muchas carreteras más peligrosas que estas, pero por encontrarse en lugares y países lejanos y poco comunicados no existen datos sobre ellas.
Abrocharos los cinturones ¡Arrancamos!
Primero daremos un paseo por la mítica «Carretera de los huesos» de Siberia:
Cuando la Unión Soviética estaba en pleno apogeo, Stalin mandó construir una carretera en la inhóspita y lejana Siberia. La carretera, de unos 2000 kilómetros, uniría las ciudades de Magadan y Yakutsk y facilitaría el control comunista en todo este vasto territorio. De este modo, Stalin también tuvo ocupados y alejados a miles de disidentes al régimen, que fueron los que de sol a sol trabajaron a pico y pala en la construcción de esta carretera. El trayecto transcurre a lo largo del Círculo Polar Ártico y en él se encuentran algunas de las ciudades más frías del planeta, como Verkhoyansk.
Como peculiaridad, decir que los trabajadores que morían se enterraban sistemáticamente bajo el mismo asfalto de la carretera y que todavía hoy en día, los cadáveres afloran de vez en cuando. En la época de lluvias, esta carretera se convierte en un auténtico barrizal, haciendo de su circulación un deporte de riesgo bastante elevado. (Más info)
Dejamos el barro y pasamos al hielo, a las autopistas heladas de Alaska y Canada (James Dalton Highway):
Estas autopistas que transcurren sobre el mar helado se construyen todos los años para dar servicio a las minas del noreste de Canadá. A la propia peligrosidad de conducir sobre el hielo, se une la del manejo de camiones de gran tonelaje que ya de por sí son todo un peligro. Todos los años el hielo se traga literalmente a alguno de estos camiones, pero los grandes sueldos que cobran estos intrépidos conductores convierten el peligro en un tema secundario.
La James Dalton transcurre a lo largo de 414 millas atravesando la tundra ártica, una carretera en su mayor parte de grava suelta que se convierte, bajo las ruedas de los camiones que la transitan a toda velocidad, en un verdadero campo de tiro cuando las piedras salen disparadas en todas direcciones. La Dalton Highway fue construida para poder llegar a los campos petrolíferos de las bahías del norte, en todo su recorrido apenas existe ningún lugar habitado y una avería del vehículo en pleno invierno puede llegar a ser mortal. Como curiosidad, decir que las empresas de alquiler de vehículos prohíben a sus clientes conducir por esta ruta.
James Dalton Highway
Dejamos Alaska y viajamos hasta la carretera del túnel de Guoliang, en China.
Esta carretera transcurre por las montañas Taihan, en la provincia China de Hunan y fue construida por los pobladores locales. Para terminar el túnel de 1200 metros de longitud, 5 metros de alto y 4 metros de ancho se necesitaron más de cinco años de trabajo. Durante su construcción ya murieron algunos de los aldeanos y está considerada como una de las más peligrosas en esa región de China.
Seguimos con las curvas, aunque esta vez bastante más peligrosas, la carretera Yungas:
La Carretera de Yungas está considerada por muchos como la más peligrosa del planeta y está ubicada en los andes bolivianos, a 70 km de La Paz hacia Coroico. Tiene una altitud de 3.600 metros y está rodeada de profundos barrancos que en algunos casos alcanzan los 800 metros de profundidad. Por su estrecha calzada transcurre un tráfico más que intenso y en las zonas más angostas se suelen montar verdaderos atascos cuando se juntan unos cuantos camiones y autobuses de gran volumen. Se dice que todos los años, entre cien y doscientas personas mueren despeñadas por estos barrancos.
Dejamos las carreteras sinuosas y pasamos a otro tipo de rutas mortales, las interminables rectas de los desiertos. Una de las más representativas es la que transcurre por el desierto de Atacama, en Chile, desde Arica a Iquique. En este caso, el peligro no está en las curvas ni en las estrecheces. La elevada mortandad de estas carreteras está en la monotonía y en el cansancio, que provocan que la gente se duerma o preste poca atención con consecuencias más que terribles. En esta carretera en concreto, uno puede encontrar en las cunetas decenas y decenas de «Animitas», que son los pequeños mausoleos que los familiares montan en el lugar del accidente para honrar y recordar a sus familiares fallecidos.
Fotos
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Volvemos de nuevo a China, entre las grandes dunas del Taklimakan, la autopista de Tarim no es solo la mayor autopista jamás construida a través de un desierto, sino un auténtico logro de la ingeniería china. Sus 522 kilómetros de trazado atraviesan una de las regiones más extremas del planeta, un área de 270.000 km² cuyo nombre, en lengua uigur significa «si entras no podrás salir». Para los chinos, desde los tiempos de Marco Polo, el lugar también es conocido como el “Mar de la Muerte”. Durante años el avance de las dunas cubriendo la carretera ha sido un quebradero de cabeza para las autoridades, hasta que al final dieron con la solución más sencilla. Plantar en todo su recorrido una pequeña franja de vegetación para contener al inquieto desierto.
En Madeira nos encontramos también con una carretera bastante peculiar y peligrosa. Se trata de la vieja carretera a Porto Moniz, actualmente poco transitada porque una vía más moderna y con menos peligros se construyó hace unos años. Esta carretera transcurre junto al océano, sobre cortados y acantilados y atrevesando diversos túneles a través de la roca. La peculiaridad de esta carretera, a parte de su estrechez, está en que a lo largo de la carretera, en la época de lluvias, algunas cataratas caen sobre la carretera convirtiéndola en pistas acuáticas, a parte, en días de temporal, las olas llegan hasta algunos puntos de la carretera, llevándose por delante a todo aquel que circule por allí en esos momentos.
Imágenes de pparajon
Imagen Marianeva
Saltamos de nuevo y viajamos hasta Italia, a la carretera Stelvio Pass Road Trollstigen, la montaña más alta pavimentada de los Alpes orientales. La carretera conecta el Paso del Stelvio Valtellina con el valle del Adigio y Merano. No hace falta decir que esta carretera no es apta para aquellos que sufren de mareos ni para aquellos otros que piensan que revisar el estado de los frenos del automóvil es cosa de nenazas.
Via
Via
Continuamos en el Norte Italiano. En Pasubio (Vicenza), nos encontramos con un serpenteante camino que le cortaría la respiración a más de uno. Pese a que el sendero es usado prácticamente en exclusividad por los ciclistas de montaña, de vez en cuando se puede ver algún que otro vehículo pequeño subiendo hasta la casa de huéspedes que se encuentra al final del camino.
Y que decir de aquellas que transcurren cerca de los pastos. Si una vaca en la carretera ya es un peligro, imaginen una vaca con niebla.
Carretera en Caillou de Soques. Pirineos franceses.
Imagen de SantiMB
Imagen de Quique
VER LA SEGUNDA PARTE
Fuentes:
1 – 2 –
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