Del Vudú y la Santería
No se sabe exactamente cuándo comenzó a aparecer el vudú en regiones de África Occidental, pero para el momento de la llegada de los europeos éste ya estaba bien arraigado en la población. Contrario a la creencia popular, el vudú nació con fines médicos y sólo se usaba como magia negra en tiempos de guerra en los que los “Bokor” (sacerdotes), según se cuenta, infligían graves pérdidas a sus enemigos.
Con la llegada de los europeos a este continente se les prohibió practicar el vudú a los africanos por considerarse un arte demoníaca. Por supuesto, los europeos se concentraron en condenar lo que consideraban una práctica pagana e ignoraron que el fundamento principal de este es el manejo mental, el equilibrio en el cuerpo y al igual que algunas prácticas orientales, la búsqueda de la paz interna.
Esto tuvo particular importancia en las regiones donde los africanos eran llevados como esclavos. Allí tuvieron que volver sus prácticas de manera clandestina, mezclando sus tradiciones con algunas creencias del cristianismo. Todos las grandes poblaciones de africanos que escapaban de su esclavización en América y organizaban palenques (ciudades rebeldes ocultas en la selva) adoraban a otros dioses (decían los católicos que al diablo) porque consideraban que Dios ayudaba a los blancos.
Ello los llevó a rechazar muchos de los valores cristianos y a recurrir a cosas que los blancos consideraban nefastas, entre ellas la misma muerte. El practicante de vudú veía con buenos ojos la muerte y la celebraba, haciendo temblar a cualquier practicante de la religión cristiana.
Fuertemente reprimidos, los africanos tuvieron que crear objetos para su arte y dejar de hablar de ello en público por mucho tiempo. Nunca olvidaron esta creencia, la cual se mantuvo oculta bajo las sombras por siglos y surgió con fuerza cuando el mundo se liberalizó.
A partir del siglo XX, las naciones con africanos que no habían olvidado sus costumbres, volvieron con fuerza a sus creencias del pasado con mucha fuerza: muchos objetos del pasado fueron rescatados para “despertar antiguas fuerzas mágicas”. Los habitantes de Togo, grandes aficionados a este arte, juntaron el vudú con el comercio, creando un lugar donde se puede encontrar todo lo que tenga que ver con ello.
Un sitio para el Vudú
En Lomé, Togo hay un mercado gigantesco que comprende unas mercancías para nada convencionales. La exhaustiva venta de productos para vudú en esta zona de África no tiene comparación con ningún lugar, productos con las más extrañas características son vendidos para personas que vienen de alrededor del mundo con todo tipo de objetivos. Entre los objetos, claro, se encuentran los clásicos muñecos que tienen como objetivo el dañar a terceras personas.
La variedad caracteriza el Mercado de Fetiches. Es bastante común encontrarse con cabezas reducidas de animales como cocodrilos, osos, tigres y otras criaturas, las cuales sirven para hacer talismanes que tienen poderes. Otros objetos, como cabezas reducidas de humanos y amuletos hechos con órganos de insectos y partes cuyos secretos jamás se revelan, tienen fines malévolos utilizados por los santeros para dañar a otras personas… según se rumora entre los círculos de estas personas.
La mayor parte de los visitantes vienen del Caribe o de África Central: muchos buscan productos para sus templos propios. Desde Haití, cuna del vudú en América, vienen chamanes para conseguir diferentes tipos de piedra que los antepasados utilizaban en las guerras del pasado, especialmente luego del terrible terremoto del 2010. De alguna manera consideran que volver a su pasado les ayudará a reconstruir su futuro.
Otras cosas encontradas en el mercado
En el Mercado de Togo se encuentran también pociones para el amor y muchas plantas que nacen en la selva africana: el vudú, según lo que allí dicen, tiene el fin de utilizar ciertos productos de la naturaleza para hacer que el bien y el mal puedan ser dominados por los hombres.
Akodessewa es el nombre que recibe este espeluznante lugar donde mesas enteras están repletas de estos extraños productos: se dice que no hay ley alguna que prohíba las ventas de vudú, y muchos consideran el lugar como una especie de terreno sin ley, ya que la policía no acostumbra a visitar estos terrenos.
A partir de 1960, cuando el continente se libera del yugo europeo y desciende progresivamente en el caos y la violencia, muchos líderes políticos y militares de la región visitarán el mercado con la esperanza de encontrar amuletos que los protegiesen de sus enemigos.
En Ruanda y Sierra Leona los líderes de los movimientos guerreristas trajeron del mercado de Togo muchos objetos que ayudaba a volver a los hombres más terroríficos. Por ello, niños que eran iniciados en el asesinato llevaban talismanes que despertaban sus lugares más oscuros (recordemos el caso de General Butt Naked). Esta información es bastante conocida en la región, gracias a que los vendedores rara vez mantienen en secreto la identidad de sus compradores y pueden indicar quiénes adquirieron qué producto… y con qué objetivo.
En pleno siglo XXI, el Mercado de Togo parece anclado en un mundo mágico, en el que las fuerzas ocultas pueden cooptarse y dominarse. Su importancia nos indica cuánto poder tienen estas creencias en gran parte de la población africana.
Fuente de imágenes: 1: taringa.net, 2: mexico.cnn.com, 3: escapandodelacaverna.com