Muerte
La muerte, tarde o temprano, nos ha de tocar a todos. No existe, por ahora, un medio que permita al hombre evitarla (o al menos, no en este plano de existencia). Como vimos en el artículo sobre Humai, la empresa que busca superar a la muerte, algunos le apuestan a que la transformación tecnológica permitirá que las mentes de las personas se trasladen a un contenedor no biológico garantizando así su supervivencia al cuerpo.
Humai no es la única que espera que la tecnología nos libere de la única cosa inevitable: muchos grupos de investigación se encuentran dedicados a esto y muchos otros aspiran a que sus descubrimientos también lo hagan. Algunos trabajan desde la tecnología digital, otros, desde la biotecnología y la genética, pero todos esperan conquistar a la muerte.
Pero ¿y qué pasa con aquellos que morirán demasiado pronto (o ya han muerto) y no podrán aprovechar estas tecnologías? Pues una empresa también ha pensado en ellos y les ofrece criogenización en el instante de la muerte para que eventualmente, si las condiciones lo permiten, vuelvan a la vida.
Alcor Life Extension Foundation
La empresa en cuestión se denomina “Fundación Alcor para la Extensión de la Vida” y es una entidad sin ánimo de lucro con sede en Arizona, Estados Unidos. Fundada en 1972, la empresa se dedica a investigar sobre la congelación de los cuerpos de los individuos luego de la muerte y, en particular, en el mantenimiento de sus condiciones cerebrales intactas.
En el año 2001, la empresa fue capaz de desarrollar nuevas tecnologías de neurovitrificación capaces de congelar el cuerpo en procesos libres de hielo, previniendo el daño celular vinculado a la congelación del agua de las células. En el 2005 este proceso se realizó en el primer cuerpo completo (normalmente se usaban únicamente cabezas) aunque se concentró únicamente en el cerebro.
En la actualidad, 69 pacientes se encuentran en estadio de criopreservación y más de 700 han realizado el papeleo para que, a su muerte, se les conserve bajo los estándares de la compañía. El hecho de que los pacientes estén muertos en el momento de congelarlos ha hecho que muchos consideren que es imposible resucitarlos, pero para muchos el riesgo vale la pena.
A fin de cuentas, estarán muertos. No hay mucho que puedan perder. ¿No?
Imagen: histscifi.com