Rusia
Luego de la caída de la Unión Soviética, Rusia, otrora una potencia que se disputaba con los Estados Unidos el título de mayor potencia mundial, entró en una terrible crisis económica y social. Las estructuras gubernamentales se derrumbaron, la economía colapsó y el país se convirtió en lugar de grandes mafias que habían sido mantenidas a raya por el gobierno comunista y que ahora podían actuar con cierta impunidad.
En este contexto aparecieron en el escenario público algunos personajes que saltaron a la fama por sus habilidades a la hora de ejecutar actos violentos. La Rusia de los 1990’s fue el lugar perfecto para estos personajes, y muchos de ellos se convirtieron casi en celebridades. Pero ninguno tuvo el poder, el alcance o el prestigio de Alexander Solonik.
Juventud y encarcelamiento
Alexander Solonik nació el 16 de octubre de 1960 en la ciudad de Kurgan en la entonces Unión Soviética. Desde niño mostró un gran interés por el uso de las armas y el entrenamiento militar y como tal fue eventualmente reclutado por el ejército soviético y posicionado en Alemania. Tras varios años de servicio fue trasladado a la policía de la que sería expulsado por constantes abusos a los prisioneros. Volvió a su tierra, se casó, se divorció y se volvió a casar y fue entonces, en 1987, cuando fue capturado y condenado por violación a ocho años de cárcel.
En la cárcel fue originalmente condenado a confinamiento solitario porque el hecho de haber servido en la policía lo convertía en un blanco fácil para los otros prisioneros. Sin embargo, pronto fue trasladado a prisión ordinaria y allí “condenado” a muerte, por así decirlo, por los otros prisioneros.
Y fue entonces cuando comenzó a gestarse la leyenda. Porque Solonik se enfrentó a paño limpio en repetidas ocasiones a los demás prisioneros, llegando en una ocasión a luchar con 12 de ellos de manera simultánea. Sus habilidades físicas y su voluntad de luchar le ganaron el respeto entre los demás prisioneros y, además, le salvaron la vida.
Tras dos años en prisión escaparía y comenzaría el largo camino que lo llevaría convertirse en el más temido y respetado sicario de la gran Rusia.
Sacha el Macedonio
Tras escapar de prisión regreso una vez más a su tierra, donde se vinculó como parte de una organización criminal. En 1990 recibió su primer encargo: asesinara a un líder de una mafia enemiga. Realizó el asesinato de manera rápida y decisiva y comenzó a ganar fama entre los círculos ilegales.
Dos años después el sicario viajaría a Moscú junto con algunos de sus compañeros a buscar trabajo en las grandes ligas de la mafia rusa. Allí recibió el encargo de asesinar al reconocido gángster Viktor Nikiforov, y posteriormente al mafioso Valeri Dlugatsj a quien le disparó en un club cuando estaba rodeado de sus guardaespaldas. Sus luchas con ciertos grupos se volvieron más y más importantes pronto que estaba amenazando a los más altos criminales de Rusia.
En este periodo recibió un sinnúmero de apodos, incluyendo Alejandro Magno, Superkiller, pero, más importante que todos, Sacha el Macedonio. Sería con este nombre con el que continuase su carrera y el que lo acompañaría hasta el día de su muerte.
La última fuga
Al contrario que muchos otros sicarios y mafiosos rusos, Solonik conocido porque además de su talento con las armas tenía grandes habilidades combate cuerpo a cuerpo. Fue capturado por la policía de Moscú y llevado a una comisaría, pero allí se las ingenió para doblegar dos oficiales y disparar, matando otros varios. Huyó corriendo, pero fue herido y eventualmente capturado y encarcelado.
En prisión se dedicó a estudiar lenguas extranjeras hasta que en 1995 escapó por última vez. Rusia ya no era segura: su cara y su identidad ya eran célebres en todo el país. Y por esta razón, Solonik optó por viajar al sur, a Grecia, donde organizó por última vez su grupo criminal.
Se trataba de un grupo de unas 50 personas. Se dedicaban, como siempre, al comercio de drogas. Habían comprado varias viviendas en los suburbios de Atenas y desde allí manejaban sus negocios en toda la zona de Europa oriental. Convirtieron algunos barrios de Atenas en prácticas fortalezas y desde allí se convirtieron en una poderosa mafia regional. Y, huelga decirlo, las autoridades Rusas no tenían ni idea de dónde se encontraba. Pero parece que algunos de sus antiguos enemigos sí lo sabían.
En 1997 apareció una persona muerta en Atenas. El cuerpo había sido estrangulado y no tenía documento alguno para identificarlo. Se trataba de un líder de la mafia rusa que fue identificado como Solonik: jamás se pudo saber quién lo asesinó o por qué motivo, ni cómo lograron aislarlo de su grupo. Pero en cualquier caso, Solonik murió bajo su propia ley luego de haber sido el hombre más buscado de Rusia y temido por los más grandes capos de la mafia de aquel país.
Fuentes:
- https://murderpedia.org/male.S/s/solonik-alexander.htm
- https://en.wikipedia.org/wiki/Alexander_Solonik#cite_note-7
- https://www.quora.com/Do-real-life-assassins-know-martial-arts-or-is-that-just-Hollywood-nonsense
Imágenes: 1: badassoftheweek.com, 2: dannislee.wordpress.com, 3: learning-history.com