Pese a parecer un tema de lo más escabroso, el museo me pareció genial. Posee una gran cantidad de aparatos de tortura medievales, algunos de ellos réplicas, otros originales.

Y se me pusieron los pelos de punta en algunos casos, pensando en el sufrimiento que pudieron infringir con ellos los inquisidores. Estos angelotes de la iglesia que tanto dolor causó a gentes inocentes por allá por el medievo.

Ver todos los aparatos y máquinas de tortura de la historia

Si tenéis la suerte de pasar por allí alguna vez, no dejéis de visitarlo. Seguro que no os deja indiferentes.

El de abajo, por si tenéis alguna duda, es un toro de bronce. Ponían dentro al tipo en cuestión y prendían fuego abajo. Cuando aullaba de dolor, sonaba por unos orificios en los morros del toro como si fuera este el que bramara. Este era de origen griego.

Bueno, no pongo más fotos para dejar algo de sorpresa en vuestra visita.

Los aparatos no están a la venta…por si alguno está pensando en su suegra.