Desde tiempos milenarios, tanto en las religiones y escuelas espirituales de oriente y occidente, se ha hablado de la existencia de los demonios. Dentro de la demonología medieval cristiana, por ejemplo, al igual que en otras, se menciona que hay 7 demonios capitales. Uno de ellos es Asmodeus, el demonio de la lujuria:
Presente en diversas culturas
También se le nombra en las tradiciones Abrahmicas y se le define como un espíritu de la impureza, mismo que es capaz de poseer en un segundo a una persona, incluso de maneras muy sutiles que ni la víctima se da cuenta. Le controla la mente a través de pensamientos aberrados y sensuales de toda especie y le hace desear experimentarlos en carne propia para obtener esos placeres.
De acuerdo con las nociones básicas de la magia griega y romana, así como la demonología judeocristiana, estas entidades demoniacas pueden ser conjuradas dentro y fuera de un individuo. Aseguran que estos demonios son los ángeles caídos que menciona la Biblia y otras escrituras sagradas.
Siguiendo esta línea, Asmodeus es uno de los más peligrosos y poderosos. Representa el ardor erótico desenfrenado por todo y todos. Causa las más terribles degeneraciones e impurezas en un ser humano. Los monjes de la antigüedad, decían que cada uno de los 7 demonios principales, tienen a su mando a miles de otros demonios, que están por doquier en el ambiente de todo el planeta, succionando el alma o psique de las personas.
En la Biblia se le asocia a la serpiente tentadora, que condujo a Eva a desear violar la Ley y comer aquel simbólico fruto prohibido, que viene a representar el orgasmo y la fornicación. La terrible entidad de la lujuria que también, según varios escritos judaicos, se mancomunó con Lilith, la presunta primera esposa de Adán, para procrear a miles de demonios, que se expandieron por la Tierra.
En el libro de Tobías, en el capítulo 3, versículo 8, se nombra otra vez a Asmodeus, como el demnio que impedía a Sara vivir feliz en matrimonio, ya que le quitaba la vida a cada uno de sus maridos, antes de consumar sus nupcias.
Entonces, al auxilio de la mujer acudió el ángel Rafael, quien utilizó corazones e hígados de pescados secos como incienso y con ese humo limpió la habitación de la pareja, en este caso ahora se trataba de Tobías. Asmodeus no resistió aquel incienso y conjuraciones del ángel Rafael y salió huyendo despavorido, pero el inefable ángel lo alcanzó y lo capturó. Al final, la feliz pareja pudo vivir feliz el resto de sus abundantes años.
Igualmente, el demonio lujurioso fue mencionado en el Talmud y en los tratados demonólogos de los mazdianos, una corriente zoroastriana de la cultura persa. Tiempo después, con el cambio de régimen, estos conocimientos pasaron a manos de los judíos y posteriormente, a la religión cristiana.
Varios nombres ha recibido, según las épocas y culturas. Algunos de ellos son: Chamadai, Osmodai, o Sidonai. A su mando, se encuentran 72 hordas de demonios que provocan toda clase de deseos lujuriosos y cuadros lasciviosos en las mentes de hombres y mujeres.
En la mitología hindú se le llama “el demonio Tarakasura”, quien causa gran desorden y caos en el universo exterior e interior, arriba y abajo, en lo grande y en lo pequeño. Sólo el señor Shiva puede eliminarlo.
Controla las personas con pensamientos y deseos lujuriosos
Algunos practicantes de estas doctrinas, se disciplinan para auto observar la mente de momento en momento, instante en instante, para eliminar todo pensamiento o deseo lujurioso, ya que saben bien que están siendo poseídos y succionados energéticamente por esto demonios a cargo de Asmodeus o Tarakasura, en la India y corrientes yóguicas.
Es importante resaltar la diferencia entre el erotismo sano y el erotismo enfermizo, mismo que es generado por los ataques hipnóticos y telepáticos de estas entidades infernales. Para todas las culturas y tradiciones espirituales que han contemplado la existencia del demonio de la lujuria, siempre ha prevalecido esta marcada diferencia.
Por ejemplo, en el caso de Shiva, esta deidad suprema dentro del hombre o la mujer, activa la flama erótica natural para la procreación y el tantra, en marido y mujer. Pero Asmodeus y sus demonios comienzan a tentarlos a ambos a caer en adulterios, degeneraciones, aberraciones y fornicaciones, que se salen de las leyes de la pureza del alma y del tantrismo.
Jorge Adoum, reconocido filósofo y pensador del siglo XX, expuso en varias de sus obras escritas, que con el tiempo las religiones y doctrinas primarias se fueron deformando, al punto en que hoy ya no se sabe qué es el celibato, la castidad, las diferencias entre éstos y cuál es la finalidad, sino que se tiene un concepto desviado.
De la misma manera, Jorge Adoum enseña que cada ser humano que quiera liberarse del sufrimiento, las enfermedades, el envejecimiento prematuro, las desgracias, la oscuridad y muerte del alma y cuerpo, debía luchar contra los placenteros demonios de la lujuria.
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