La cola vestigial, o cola humana verdadera, es una extravagancia fenotípica o un atavismo de la que apenas se conocen unos cien casos en el mundo. Aunque las causas no se conocen, todo hace suponer que se trata de “un fallo”, en el sistema celular que hace se activen los genes que en tiempos pretéritos dotaron de cola a nuestros ancestros.
Esos genes, que evolutivamente quedaron inactivos hace decenas de miles de años, parece ser que todavía están en algún lugar y que en contados casos, aparecen para orgullo de los Darwinistas.
Estas colas crecen en la zona final de sacro, a la altura del cóccix y suele estar compuesta de tejido conectivo, músculos, vasos sanguíneos, nervios y piel en la mayoría de ocasiones y, en otras pocas también tiene vértebras y cartílago. Se suelen extirpar a los pocos días del nacimiento, pues no tiene ninguna funcionalidad.