Seres microscópicos del pasado
Hace algunas semanas hablamos en este portal de cómo un grupo de científicos había revivido un virus congelado hace más de 30 mil años. En su momento sonó como una noticia impresionante (que nos alertaba, además, de los peligros de potenciales enfermedades mortíferas ocultas en permafrost que hoy se está descongelando), pero sin lugar a dudas parece un juego de niños con respecto a la hazaña de un grupo de investigadores de los Estados Unidos que habrían encontrado esporas vivas en yacimientos de hace 250 millones de años.
La historia, en verdad, parece más un trozo del guion de Jurassic Park que un titular de la BBC, pero parece ser que no hay duda alguna al respecto. El hallazgo fue publicado en la revista Nature hace ya bastante tiempo: las esporas se encontraron en el año 2000 lo que hace que esto, más que una novedad, sea ya Historia.
Pero ciertamente se trata de un descubrimiento revolucionario que podría cambiar la manera en que comprendemos la evolución de la vida y la aparición misma de los primeros seres biológicos en nuestro planeta.
El descubrimiento de la bacteria
Las esporas se encontraron en un agujero cavado por los científicos en Nuevo México a unos 600 metros de profundidad. Estaba incrustada en una formación salina, lo que parece haber garantizado su supervivencia ya que la cubierta formada por la bacteria se deshidrató entre las sales impidiendo su contacto con el oxígeno o cualquier tipo de enzimas.
Los científicos fueron extremadamente cuidadosos en su manipulación del material, garantizando, en sus propias palabras, menos de una probabilidad en mil millones de que se tratara de contaminación. De las esporas que encontraron en los cristales de sal algunas reaccionaron ante el tratamiento y se convirtieron en nuevas bacterias.
Las características de esta bacteria ancestral
El descubrimiento pronto llevó al análisis de las nuevas criaturas, con la esperanza de que nos brindaran información sobre las características de los microorganismos en el Pérmico. Sin embargo, los resultados de los análisis fueron bastante… confusos: pese a tener una forma diferente a todo aquello que conocemos y no poder ser identificada, la bacteria parece tener un ADN similar al de sus parientes modernas.
En su momento muchos tomaron esto como la prueba de que se había tratado de un caso de contaminación. Sin embargo, los análisis probaron que la bacteria estaba incrustada en un cristal antiguo… no podía haber llegado allí antes de la formación del cristal. Al final no se pudo concluir mucho y lamentablemente el descubrimiento no fue tan revolucionario como se esperaba para el análisis evolutivo de los microorganismos.
En la actualidad parece ser que la evolución de las bacterias no ha sido mucha a lo largo de los últimos 500 millones de años (su forma, al menos, prácticamente no ha cambiado), pues ya son tan eficientes como pueden serlo en términos energéticos.
¿Pudo la vida venir de otro planeta?
La Panspermia o la teoría de que la vida se originó en el espacio ha sido muy debatida entre los científicos. Aunque en teoría viable, dicha teoría tenía el inconveniente de que nadie sabía cómo una criatura podría sobrevivir un viaje tan largo sometido a presiones cercanas a 0, radiación letal y, sobre todo, las inmensas distancias espaciales.
Este descubrimiento dejó claro que los cristales de sal (que también se han encontrado en meteoritos) pueden crear un ambiente que permita a una bacteria sobrevivir hasta 250 millones de años. Esto hace mucho más probable que la vida en la tierra – o en cualquier otro lugar – pueda transportarse a través del espacio.
Fuente de imágenes: 1: cbsnews2.cbsistatic.com, 2: checktheevidence.com