Agatha Mary Clarissa Miller (Torquay, Inglaterra, 15 de septiembre de 1890 – Wallingford, Inglaterra, 12 de enero de 1976). Mejor conocida como Agatha Christie, esta mujer británica fue una de las más reconocidas escritoras y dramaturgas del género policial, ámbito en donde llegó a cosecha 66 novelas, además de otras 20 historias (14 relatos cortos y 6 novelas rosas- que prefirió publicar con su seudónimo Mary Westmacott.
Trascendencia de Agatha Christie
Además de su prolífica obra, Christie resalta por su estilo y la maestría con la que tejió sus historias policíacas, las cuales han alcanzado gran números de lectores alrededor del mundo, desde sus respectivas publicaciones, no en vano la mayoría de su creación literaria ha sido traducida a más de cien diferentes idiomas, lo que hace que esta autora británica sea considerada también como uno de los escritores más traducidos de la historia moderna occidental.
Igualmente, la gran demanda de sus textos, ha hecho que Agatha Christie sea reconocida por el Libro Récord de Guinness como la novelista más vendida de la Historia, encontrándose apenas después de William Shakespeare, e incluso de la propia Biblia, la cual sigue siendo el libro más vendido de todos los tiempos. Otro de los méritos alcanzados por su obra llegó en el año 2013 de la mano de la Asociación de Escritores de Crimen, la cual casi unánimemente declararon ese año que la obra El asesinato de Roger Ackroy de Agatha Cristhie era sin lugar a dudas la mejor novela policíaca de todos los tiempos.
Primeros años
De acuerdo a sus biógrafos, Agatha Christie nació el 15 de septiembre de 1890, en Toquay, pueblo de la costa sur de Inglaterra, convirtiéndose así en la hija menor del matrimonio entre Frederick Alvah Miller y su esposa Clara Boehmer. De acuerdo a sus propias memorias y declaraciones, los primeros años de la infancia de Agatha pueden considerarse como un tiempo feliz, durante el cual esta futura escritora creció rodeada del amor de su familia, así como de largas horas de lectura, las cuales fueron despertando su gran pasión por la Literatura, y que pronto terminarían conduciéndola al deseo de escribir. De hecho, algunas fuentes biográficas señalan que la pequeña Agatha aprendió a leer a los cuatro años.
Entre sus autores preferidos, desde los primeros años destacan Edward Lear y Lewis Carroll, así también como la señora Molesworth. Con respecto a sus primeros estudios, las diferentes biografías indican igualmente que sus padres decidieron que Agatha recibiera una educación en casa, siendo entonces su hogar el lugar en donde adquiriría sus primeras letras y conocimientos matemáticos, así como las lecciones de piano.
Fin de la infancia
Empero, esta época idílica llegó a su fin en 1901, cuando el padre de Agatha Cristhie, Frederick Alvah Miller falleció de un ataque al corazón, dejando a su familia sumida en el dolor, y sobre todo en la incertidumbre económica. De hecho este momento fue referido por la propia autora británica, en alguna de sus entrevistas, como el “fin de su infancia”. Posteriormente, cada uno de sus hermanos mayores decidió su propio rumbo: su hermana Madge se casó y se mudó de ciudad, mientras que su hermano prefirió alistarse en el ejército. Por su parte, Agatha permaneció junto a su madre en Torquay. Al año siguiente, Agatha Cristhie comenzó su formación en escuelas formales de su ciudad natal, sin embargo tuvo problemas a la hora de adaptarse al régimen disciplinario de esta institución, por lo que luego de cuatro años de intentos, su madre decidió que lo mejor era enviarla a París, en donde completó sus estudios.
Primeros pasos como escritora
A pesar de que en un principio, Agatha nunca se propuso la escritura como un camino profesional, desde muy temprana edad dio sus primeros pasos en este camino. Incluso para la segunda década del siglo XX, Agatha ya colaboraba en la producción de algunas obras teatrales, mientras que unos pocos de sus primeros relatos lograron ser publicados. No obstante, su primer relato de importancia, reconocido por la crítica, es The House of Beauty, historia que sin embargo no logró enamorar a ningún editor, haciendo que su autora considerara en sí mismo no continuar con este oficio, situación que se repitió con su primera novela Snow Upon the Desert, la cual apenas logró una recomendación para que escribiera una segunda novela.
En 1914, Agatha Christie contrajo matrimonio con quien sería su primer marido, el piloto Archibald Christie, quien partió casi de inmediato a combatir en la Primera Guerra Mundial. Durante los años que duró este conflicto, Agatha combinó su pasión con la escritura con la vocación de enfermera, sirviendo con gran entrega en la atención de los cientos de heridos, y llegando a trabajar en la propia Cruz Roja. Al terminar la guerra, la pareja volvió a reunirse, y empezó su vida de casados, la cual traería el nacimiento de su única hija Rosalind Margaret Hicks, quien llegó al mundo en 1919. Un año después, en 1920, Agatha Christie publica su obre El misterioso caso de Styles, dando inició a una productiva y exitosa carrera literaria.
Sin embargo, no sería sino en 1926, cuando Agatha Christie escribiera la novela que la catapultaría a la fama: El asesinato de Rogen Ackroyd, novela del género policíaco, que alcanzó las cinco mil copias vendidas, nada más en su primer tiraje, y que vino a proponer una revolución en el propio género de la novela policial, puesto que por primera vez el propio narrador es el asesino, escondiéndose magistralmente en la voz en primera persona para ocultar su culpa, e incluso en la figura de ayudante del detective Hércules Poirot, personaje emblemático de Agatha Christie, y que la acompañaría durante seis década de ficción policial.
Divorcio, depresión y nuevo matrimonio
En 1928, catorce años después de haber contraído matrimonio, su esposo Archibald Christie le confiesa estar enamorado de otra mujer, por lo que le solicita el divorcio. La situación causa un gran desequilibrio en la escritora, quien incluso desaparece durante once días, siendo encontrada por la policía en un hotel, en donde se había registrado con el nombre de la amante de su esposo. Agatha es encontrada con un cuadro de amnesia severo, por lo que fue sometida a tratamiento, en compañía de su familia. Ese mismo año, el divorcio se hace efectivo.
Agatha permaneció en compañía de su hija, dedicándose a su carrera como escritora. En 1930, Agatha contrae nuevamente matrimonio con el arqueólogo Max Mallowan, junto a quien tuvo la oportunidad de conocer de cerca tierras como Iraq, Siria y Egipto, cuyos paisajes y atmósfera se convertirían en el escenario de algunas de sus más reconocidas obras, como por ejemplo Asesinato en el Orient-Express, publicada en 1934, o Muerte en el Nilo, editada en 1936. Además de los éxitos profesionales, esta unión matrimonial también traería tranquilidad y una relación estable para la escritora.
Así mismo, durante los años de la Segunda Guerra Mundial, Agatha Christie aprovechó para continuar su investigación sobre la naturaleza y efectos de los venenos, trabajo que llevó a cabo en la Farmacia de la University College, ubicada en Londres, y que se vería totalmente reflejada en sus obras posteriores, en las cuales –tal como en sus primeras historias- las víctimas casi siempre morían por la exposición a venenos o sustancias tóxicas.
Últimos años
A partir de 1950, siendo ya una autora consagrada, Agatha Christie dedicó menos tiempo a la escritura, enfocándose mucho más a la producción teatral, ámbito en donde cosechó otro de sus grandes triunfos: la obra teatral La ratonera. Preocupada igualmente por el futuro de su patrimonio editorial, Agatha Christie decidió fundar el Agatha Christie Limited, institución que administraría sus derechos de autor, y cuya creación estuvo en su momento en el ojo del huracán de las críticas.
En el año 1956, recibió una de las grandes distinciones hechas por la corona británica, siendo nombrada como Comendadora de la Orden del Imperio Británico Así mismo, en 1961, la Universidad de Exeter le otorgó el doctorado honorario de la Universidad de Exeter. Diez años después, fue promovida por su Majestad, la reina Isabel II, al título de Dama Comendadora. Luego de unos años de convalecencia, el 12 de enero de 1976, Agatha Christie murió en su casa, debido a causas naturales, según reseñaron los informes de la época. Tenía 85 años, y dejaba un legado de 60 obras, que cambiaron para siempre el género de la novela policial. Su cuerpo fue llevado al cementerio de Santa María, ubicado en Cholsey, en donde reposa desde entonces.
Imagen: pixabay.com