Edward Jenner (Berkeley, Inglaterra, 17 de mayo de 1749 – ibídem, 26 de enero de 1823). Médico y científico de origen británico, quien descubrió la vacuna de la Viruela, al tiempo que sentó las bases científicas de la vacunación. Su descubrimiento lo hizo salvar millones de vidas alrededor del mundo, al volver a la población inmune frente a uno de los grandes flagelos, que desde épocas antiguas había diezmado poblaciones o dejado marcados de por vida a los sobrevivientes, razón por la cual Edward Jenner es considerado uno de los médicos más importantes e influyentes de la Historia.
Vida Temprana
Edward Jenner nació el 17 de mayo de 1749, en la localidad de Berkeley, en el condado de Gloucestershire, Inglaterra. Fue el cuarto hijo del vicario, reverendo Jenner. Sin embargo, cuando contaba apenas con cinco años, perdió a su padre, quedando bajo la protección de su hermano mayor, quien también era clérigo. A los trece años comenzó como aprendiz del cirujano Daniel Lodlow. En 1770, con catorce años, comenzó sus estudios de Medicina en el Hospital San Jorge, ubicado en Londres, donde tuvo la oportunidad de estudiar bajo la tutela del afamado cirujano John Hunter, quien se convertiría en su mentor y su amigo de por vida.
Paralelo a sus estudios de Medicina, Edward Jenner estudió de forma independiente Geología y Zoología, razón que le generó en 1773 la oportunidad de zarpar como naturalista en la segunda expedición del capitán Cook por el Pacífico, la cual rechazó para poder trasladarse a su ciudad natal, donde deseaba ejercer como Médico. Desde su llegada a Berkeley fue respetado y admirado por sus habitantes, debido a su atención dedicada hacia los pacientes. En 1778 contrajo matrimonio con Catalina Kingscoke, con quien tendría tres hijos, y se convertiría en una de sus más grandes colaboradoras.
Vacuna contra la viruela
En esa época, la Viruela constituía una enfermedad altamente contagiosa, causante de miles de muerte a lo largo de Europa y Asia. Su nombre provenía del latín “varius” (variopinto) llamada así por las numerosas pústulas que salían en la piel del enfermo, las cuales causaban cicatrices, que desfiguraba a los sobrevivientes de por vida. Fue descrita por primera vez por el antiguo persa, Razés (865-925) y se cree que era conocida en oriente desde hace milenios. Solamente en Europa, la Viruela había sido la responsable de la muerte de al menos diez por ciento de la población, durante el siglo XVIII.
Decidido a acabar con este flagelo, Edward Jenner se dio a la tarea de estudiar el comportamiento de esta enfermedad, descubriendo que existía una creencia que afirmaba que las mujeres lecheras, que habían sufrido con anterioridad de viruela vacuna no desarrollaban la Viruela. Este tipo de viruela parecía ser un tipo de viruela más suave que afectaba a las vacas, provocándole pústulas en las ubres, la cual en ocasiones era contagiadas a las mujeres, cuyo oficio era el ordeño, produciéndole las mismas erupciones en las manos y algunos malestares. Edward Jenner decidió recoger sistemáticamente la información médica de todas las personas que hubiesen sido contagiadas con esta especie de viruela vacuna, descubriendo que ninguna había sido posteriormente contagiada con la terrible enfermedad de la viruela: se habían vuelto inmunes.
Con la finalidad de probar su teoría, el 14 de mayo de 1796, Jenner realizó un experimento por medio del cual tomó una muestra de una de las pústulas de viruela vacuna de la mano de una lechera llamada Sarah Nelmes y la introdujo en el cuerpo de un niño de ocho años, de nombre James Phippes, a través de dos incisiones cutáneas. A los siete días el niño manifestó fuerte dolor en la región axilar, acompañado al noveno día con fuerte fiebre y dolor de cabeza. No obstante al décimo día se había recuperado totalmente. Posteriormente, Edward Jenner introdujo en el cuerpo de James Phippes, una muestra de una pústula infectada de Viruela, a través de varias punciones cutáneas, realizadas en ambos brazos. El niño no desarrolló la enfermedad.
En 1797, Janner envió un informe con sus estudios y resultados a la Royal Society, la cual no aceptó su hallazgo, bajo el argumento de necesitar más pruebas. Hecho que no desanimó para nada a Janner, quien experimentó el próximo año con muchos más niños, incluso con su propio hijo de once meses. En 1798 finalmente los resultados de sus estudios fueron publicados por la Royal Society, bajo el título de Investigación acerca de las causas y efectos de la viruela vacuna, acuñando desde entonces el término vacuna para referirse a su método de inoculación.
Años finales
El tratamiento de Jenner tuvo muchos detractores, entre los que se encontraban la Asociación Médica de Londres y la Iglesia, argumentando que era terrible el hecho de infectar un humano con la enfermedad de un animal. No obstante, la vacunación se impuso gracias a la reducción considerable de la enfermedad y la protección de los pacientes ante ella. Jenner dedicó el resto de su vida a asesorar y promover la difusión de la vacunación. En 1792 un doctorado en la Universidad de St. Andrews, y en 1821 fue nombrado médico extraordinario del rey Jorge IV. Finalmente, luego de años de dedicación a la Medicina, falleció el 26 de enero de 1823, a la edad de setenta y tres años. En 1979, la Organización Mundial de la Salud declaró la extinción de la Viruela, lo cual hubiese sido imposible sin el valioso aporte de este científico, quien es considerado también la persona que más vidas ha salvado en el transcurso de la humanidad.
Fuente de imagen: biografiasyvidas.com