En alguna ocasión, Metinides se encontraba tomando fotografías de un choque para su colección personal cuando llegó el fotógrafo Antonio Velázquez del periódico La Prensa, quien al notar el gran potencial del niño, lo invitó a las oficinas del periódico para ver sus fotos. Velázquez no dudó del talento ni la capacidad de Enrique,   llevándolo consigo a prisiones, a las procuradurías y a las calles donde seguirían retratando los nuevos y trágicos eventos de la ciudad. Metinides publicó su primer trabajo «profesional» a los 12 años: sus compañeros de cámara lo apodaron El Niño.

Durante muchos años, Metinides se hizo famoso por sus impactantes imágenes de la vida cotidiana en México. Sus fotografías eran únicas, con un estilo muy personal y un sentido de la narración visual muy fuerte. Sus fotos estaban llenas de drama y estaban llenas de detalles que contaban una historia más profunda. En los últimos años, el trabajo de Metinides ha ganado una enorme atención internacional. Sus fotografías se han exhibido en importantes galerías y museos de todo el mundo, y su trabajo ha sido reconocido por expertos y colegas por igual. A pesar de ser uno de los fotógrafos más famosos de México, Metinides siempre ha tratado de mantenerse al margen de la fama. Él siempre ha insistido en que su trabajo es una forma de documentar la realidad de la vida cotidiana en México, y siempre ha tratado de dejar que sus fotografías hablen por sí mismas. Sus fotografías, llenas de drama, muestran la extrema crueldad de la vida diaria de la Ciudad de México, pero también dan testimonio de la resiliencia de la gente. Metinides ha publicado varios libros y exhibiciones con sus fotografías. Estas contribuciones han hecho que su trabajo sea reconocido a nivel nacional e internacional, contribuyendo a una mejor comprensión del caos y el desastre al que se enfrentan los mexicanos todos los días. Su trabajo también ha inspirado a muchos otros fotógrafos a abordar temas similares.

A casi un año de su muerte, recordamos algunas de sus fotos más reconocidas y que llevaron la nota roja al siguiente nivel.

“Adela Legarreta Rivas, atropellada por un Datsun”, 1979.

Esa mañana de 1979, la periodista mexicana Adela Legarreta, se dirigía a casa de su hermana, pues iba a presentar su último libro. El choque entre dos autos en avenida Chapultepec, en la ciudad de México, provocó que uno de ellos saliera despedido hasta donde caminaba la periodista, quien acabó empotrada contra un poste de luz.

En su cuenta de Instagram, el fotógrafo escribió: “En mi vida profesional vi muchísima gente lamentablemente ya muerta, pero esta señora es la única que tenía sus ojos abiertos. Llegué en la ambulancia de la Cruz Roja y a los 3 segundos de tomar mis fotos, llegó el paramédico, le cerró los ojos y la tapó con una manta.”