Flora Sandes (Nerther Poppleton, Yorkshire, Inglaterra, 22 de enero de 1876 – Ipswich, Inglaterra, 24 de noviembre de 1956). Lideresa militar de origen inglés, conocida como la única mujer de origen británico, quien llegó a pelear en la primera línea de combate, durante la Primera Guerra Mundial.
Su valiente participación como soldado, la hizo merecedora de ser ascendida al grado de Sargento Mayor, recibiendo igualmente el grado de Capitán, una vez terminada la guerra. Así mismo, a los sesenta y cinco años, vistió nuevamente su uniforme y fue a la guerra para defender a Yugoslavia de la invasión nazi, durante la Segunda Guerra Mundial. Su comportamiento controversial –incluso para la época moderna- convirtió a Flora Sandes en una de las figuras contemporáneas más resaltantes de la historia británica, donde ha sido inspiradora de canciones, películas, libros.
Vida temprana
Flora Sandes nació el 22 de enero de 1876, en Nether Poppleton, Yorkshire, Inglaterra, siendo la menor de los ocho hijos de Samuel Dickson Sandes y su esposa, Sophia Julia. De origen irlandés, su padre había sido rector de Whitchurch, en el condado de Cork. Cuando Flora cumplió nueve años, se trasladó con su familia hacia Marlesford, Suffolk, donde creció. Su crianza no tuvo nada de particular, al igual que cualquier niña perteneciente a una clase media, fue educada por una institutriz, hasta que tuvo edad para asistir a una escuela. No obstante, desde pequeña, Flora Sandes manifestaba –al contrario de las niñas de su edad- que ella deseaba ser soldado e ir a la guerra. De carácter aventurero, la mayoría de su infancia la pasó galopando por el campo, mientras jugaba a que estaba en la guerra.
Durante su adolescencia sorprendió a sus vecinos, cuando aprendió a conducir, desplazándose por las carreteras de Suffolk en un antiguo coche francés de carreras. En algún momento partió hacia Londres, a fin de entrenarse como Taquígrafa. Igualmente, tomó un trabajo como secretaria, y en sus tiempos libres se capacitó como enfermera, en la Enfermería de Primeros Auxilios Yeomanry. Después de ahorrar algún tiempo, y usando una herencia que le dejó un tío, Flora partió a explorar el mundo. En este sentido, partió hacia El Cairo, donde trabajó también como secretaria. Sus viajes, la llevaron igualmente hacia la Columbia Británica en Canadá, así como a varios lugares de América.
Incursión en el Ejército
A su regreso a Inglaterra, se radicó en Londres, donde vivió con su padre y su sobrino de quince años, Dick. En 1914, Flora Sandes, de treinta y ocho años, recibió la noticia de la declaración de guerra de Gran Bretaña a Alemania. Inmediatamente, se unió como voluntaria al St. Jhon Ambulance. A los ocho días, partía hacia Serbia, en compañía de otras treinta y seis mujeres para ayudar con la crisis humanitaria. A su llegada, se unió a la Cruz Roja Serbia, donde tuvo oportunidad de trabajar en una ambulancia, para el Segundo Regimiento de Infantería del Ejército Serbio. Durante una operación de retirada, Flora fue separada de su unidad. A fin de sobrevivir, se alistó como soldado en un regimiento del Ejército Serbio, el cual era el único en aceptar mujeres, en esa época.
Primera Guerra Mundial
Dentro del Ejército, su actuación la hizo ser ascendida rápidamente al grado de Cabo. En 1916, mientras defendía valientemente su posición, en el combate cuerpo a cuerpo, Flora Sandes fue herida de gravedad por una granada, quedando atrapada además dentro del fuego del combate. Fue rescatada por un teniente, que arriesgó su vida para salvarla. Este episodio la hizo noticia en todo el mundo, al tiempo que fue merecedora de la condecoración Orden de la Estrella de Karadjordje, otorgado por el Ejército Serbio, donde fue ascendida a Sargento Mayor.
Dentro de la tropa, según lo señalado por algunos historiadores, Flora no se igualaba a los soldados hombres sólo por su valentía en el campo, sino que compartía con ellos diversiones como fumar, beber y los juegos de azar, siendo uno más de ellos, quienes la llamaban “hermano”. Una vez recuperada, Flora Sandes regresó al frente, ocupando un lugar en las trincheras, a fin de recuperar el país que habían perdido. Después de la guerra permaneció en el Ejército, lugar que –tal cual su testimonio- era el lugar que más había amado en la vida. En 1916, Flora Sandes publicó su primera autobiografía, titulada Una mujer inglesa, Sargento, en el Ejército Serbio.
En 1922 fue dada de baja, regresando a Londres, donde le costó reajustarse de nuevo a la cotidianidad de una mujer civil. En mayo de 1927 se casó con Yuri Yudenitch, un ex General del Ejército Blanco, quien había sido su compañero en la guerra. Después de vivir un tiempo en Francia, la pareja se trasladó a Serbia, que para ese momento ya pertenecía al Reino de Yugoslavia. Durante esa época, Flora se mantuvo manejando un taxi, en Belgrado, ciudad donde se radicó con su esposo. También en 1927 publicó su segunda autobiografía, al tiempo en que dictó varias conferencias -a las que asistía portando su uniforme militar- sobre su experiencia en la guerra en varios países de Oceanía, Europa, así como Estados Unidos.
Años finales
En abril de 1941, Alemania atacó Yugoslavia. Cuatro días después, Flora Sandes, de sesenta y cinco años, y su esposo, vistieron sus uniformes y marcharon a luchar por su país. Al poco tiempo fue herida. Once días después del primer ataque, Alemania derrotó al ejército y ocupó Yugoslavia. Flora y su esposo fueron detenidos un tiempo por la Gestapo. Una vez liberados, su esposo Yudenitch, enfermó gravemente, muriendo en el hospital de un paro cardíaco, en 1941. Sin casa y sin dinero, después de la guerra, se mudó con su sobrino, donde vivió un tiempo en Jerusalén y luego en Rhodesia (actual Zimbabwe). Después de un tiempo, regresó en Suffolk, donde unos años después, el 24 de noviembre de 1956, a la edad de ochenta años, murió de ictericia obstructiva. Días antes había renovado su pasaporte, pues tenía intensiones de seguir viajando y conociendo el mundo.
Fuente de imagen: sandesancestry.net