Pablo Antonio Cuadra Cardenal (Managua, Nicaragua, 4 de noviembre de 1912 – ibídem, 2 de enero de 2002). Escritor, ensayista, poeta, dramaturgo, artista gráfico, intelectual e ideólogo de origen nicaragüense, quien es reconocido en su país y en Latinoamérica por su importante aporte al mundo de la Letras nicaragüenses, así como por su ardua lucha política, en defensa de la autonomía de su pueble.
Primeros años
Pablo Antonio Cuadra nació en la ciudad de Managua, Nicaragua, el 4 de noviembre de 1912, en el seno de una familia que llevaba generaciones vinculada al mundo de la política, la Diplomacia y las Artes. De esta forma, Pablo Antonio Cuadra se convirtió en hijo de Mercedes Cardenal Arguello y Carlos Cuadra Pasos, reconocido juristas, historiador y diplomático nicaragüense.
No obstante, Pablo Antonio Cuadra también era nieto de Vicente Cuadra, quien había tenido la responsabilidad de ser presidente de Nicaragua, durante el período comprendido entre 1871 y 1875. Así mismo, contó con el privilegio de ser primo, por lado materno, de otros reconocidos poetas, como lo son Joaquín Pasos Arguello, y el mismísimo Ernesto Cardenal, quien además de ser un importante poeta nicaragüense también asumió responsabilidades durante el gobierno sandinista, en donde se desarrolló como Ministro de Cultura.
Inicios académicos
Amante de las Letras desde su juventud, se tiene cuenta de que Pablo Antonio Cuadra fundó en 1931, con apenas 22 años de edad, y en compañía de Luis Alberto Cabrales y Manolo Cuadra, un movimiento literario, al cual bautizaron con el nombre de “Vanguardia”, el cual se caracterizaba por su espíritu revolucionario, buscando romper con la tradición literaria nicaragüense, para construir nuevos caminos expresivos.
Durante esta época, Cuadra ya ejercía también una activa vida de militancia, la cual se manifestaba en el rotundo apoyo y compromiso que estableció desde 1930 con Augusto César Sandino y la oposición del movimiento sandinista a la invasión del territorio nicaragüense por parte de Estados Unidos. Igualmente, este poeta e intelectual managüense se manifestó siempre en contra del régimen de los Somoza. Con respecto a su formación académica, Pablo Antonio Cuadra es reconocido como Abogado, título que obtuvo en la Universidad de Oriente y Mediodía de Granada, aun cuando no ejerció directamente, desarrollándose por el contrario más activamente como periodista, escritor e intelectual.
Academia Nicaragüense de la Lengua
Su gran actividad literaria, así como su discurso “Introducción del pensamiento vivo de Rubén Darío” le abrieron las puertas el 26 de junio de 1945 a la Academia Nicaragüense de la Lengua, la cual casualmente había sido fundada por el padre de Cuadra, durante 1928, cuando éste ostentaba el cargo de Canciller). Con el tiempo, Pablo Antonio Cuadra se convirtió en director de esta Academia, cargo que ejercería activamente hasta el final de sus días.
Viajes a España
Su primer viaje a España tiene lugar en el año 1939, cuando visita durante algunos meses varias ciudades de la nación europea. No obstante, uno de sus viajes más importantes a la patria ibérica tuvo lugar en el año 1946, cuando durante su estadía como miembro del XIX Congreso Mundial de Pax Romana, por parte de la delegación de Nicaragua, es uno de los miembros más entusiasta de la formación del Instituto Cultural Iberoamericano, el cual presidió desde el inicio. Con el tiempo esta institución se transformaría en el Instituto de Cultura Hispánica, y finalmente en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Se tiene noticia, de que este escritor nicaragüense viajó nuevamente a la nación española durante 1948.
Presidio y exilio
Ferviente simpatizante de la causa sandinista, con el tiempo también se comprometió con la lucha política en pro de la igualdad social y la atención a los desamparados, actividades que lo llevaron a caer preso de régimen de Somoza, en el año 1956. Después de unos meses de prisión y debido tal vez a sus nexos familiares y políticos, Pablo Antonio Cuadra logra la Libertad. No obstante, es una Libertad triste, pues la persecución política lo obliga a abandonar su Nicaragua natal, entregándose a un largo período de Exilio, el cual pasaría entre España, México y Costa Rica.
Sin embargo, su simpatía y apoyo al movimiento liderado por Augusto César Sandino también tuvo sus momentos grises, pues cuando éste hubo conseguido el poder (1984-1990), este intelectual nicaragüense también sostuvo diferencias con el Frente Sandinista de Liberación Nacional, al cual criticó abiertamente, acusándolo de no permitir o en todo caso limitar la independencia cultural de su nación. Esta nueva enemistad con el régimen gobernante lo obligó a un nuevo exilio, el cual esta vez vivió en territorio estadounidense, en donde se radicó en Austin, Texas.
Actividad periodística
A pesar de estos exilios obligados, Pablo Antonio Cuadra nunca se desvinculó de su verdadera pasión: las Letras y el Periodismo. En este sentido, sus biógrafos reportan que para 1960, este intelectual nicaragüense funda la revista El pez y la serpiente, medio cultural centroamericano, del que fue directo por las cuatro décadas siguientes, ejerciendo una ardua labor en la tarea de exponer y analizar los sucesos de las artes centroamericanas.
Posteriormente, en el año 1964, este intelectual nicaragüense comenzó a publicar activamente en el diario La Prensa, en donde tuvo una sección llamada “Escritos a Máquina”, en donde trataba de hilar política y filosóficamente la historia nicaragüense. Es de resaltar que Pablo Antonio Cuadra fungía también como codirector de este diario desde una década atrás, junto a su primo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, víctima de la dictadura somocista, quien ejecutó su asesinato en 1978.
Años finales
Los últimos años de Pablo Antonio Cuadra se caracterizaron por su pluma creativa, así como por los reconocimientos merecidos por décadas de cultivo de las letras hispanoamericanas. De esta forma, en 1991, recibió por parte del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE) un Doctorado Honoris Causa. Un año después, en 1992, contó con el honor de ser nominado al Premio Nobel de Literatura, edición en donde resultó ganador el caribeño Derek Walcott .
Tres años después, en 1993, es designado también como Rector de la Universidad Católica. Así mismo, varias universidades le otorgan doctorados Honoris Causa: Universidad Francisco Marroquín (1995); Universidad Thomas More (1999) y Universidad Americana de Managua (2001), los cuales vinieron a sumarse a la gran cantidad de premios que obtuvo este escritor durante su vida: Premio de Guión Cinematográfico del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid por «La Cegua» (1950); Premio Centroamericano de Poesía Rubén Darío (1959); Premio Rubén Darío de Poesía Hispánica (1965); Premio Rimini de Italia (1986) y Premio Gabriela Mistral de la OEA (1991).
Finalmente, el 2 de enero de 2002, fallece en la ciudad de Managua, Nicaragua, Pablo Antonio Cuadra, como resultado de un paro respiratorio, que ponía punto final a un largo padecimiento respiratorio que este intelectual enfrentó durante los últimos días de su vida. No obstante, su cuerpo fue llevado y sepultado en la ciudad nicaragüense de Granada, donde este escritor vivió por muchos años.
Obra literaria
Así mismo, resalta el legado literario dejado por Pablo Antonio Cuadra a las Letras nicaragüenses e hispanoamericanas, las cuales son testimonio material de la gran pluma creativa de este intelectual, que se mantuvo creando desde las primeras décadas del siglo XX hasta casi los últimos días de su vida, en 2002.
De esta forma, sus críticos han resaltado que su obra completa está constituida por los siguientes títulos, los cuales comprenden sus géneros más cultivados, la poesía y el ensayo: Poemas Nicaragüenses (1934); Hacia La Cruz Del Sur (1936); Canto Temporal (1943); Promisión de México y otros ensayos ( 1945); Entre la cruz y la espada (1946); Poemas con un crepúsculo a cuestas (1949); La Tierra Prometida (1952); Por los caminos van los campesinos (1957); Torres de Dios (1958); El jaguar y la luna (1959); Poesía (selección. 1929-1962) publicado en 1964; Poesía escogida (1968); El Nicaragüense (1967); Tierra que habla (1974); Esos rostros que asoman en la multitud (1976); Otro rapto de Europa (1976); Cantos de cifar y del mar dulce (1979); Siete árboles contra el atardecer (1980); Viacrucis (1987); Aventura Literaria del mestizaje (1987); Obra Poética Completa (1983-1989); El hombre: un Dios en exilio (1991); Antología poética (2012); ABC de la Novela (2012).
Así mismo, destacan los libros de cuentos, que dan testimonio del gran talento narrativo de Pablo Antonio Cuadra: Agosto (1970); Vuelva, güegüense (1970); Cuentos Escogidos (1999). También cobra relevancia su obra dramatúrgica: La Cegua (1950); Por los caminos van los campesinos (1957) y El coro y la máscara (1991).
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