Pedro Pablo Atusparia fue un gran líder revolucionario de los movimientos indígenas suramericanos. Nació en Perú, en un lugar llamado Huaraz, en el departamento de Ancash, en el año 1840. Según se presume, fue el hijo de una empleada de la casa comercial de Juan José Sender Taboada.
Falleció en unas condiciones muy extrañas, luego de haber vivido una existencia bastante difícil, pues varias veces fue prisionero y tuvo que lidiar con cruentas batallas que la iglesia emprendía contra sus hermanos indígenas caceristas.
En la navidad de 1884, los vecinos de Huaraz lo eligieron como Acalde Ordinario del primer distrito de la ciudad de la Independencia. En el atrio de la iglesia del pueblo se llevó a cabo la ceremonia de posesión y tiempo más tarde, el párroco le regaló en otra ceremonia simbólica, una capa negra con un cetro o vara de chonta, para representar su autoridad.
Los españoles lo querían matar a toda costa y hasta en algunas ocasiones, en cenas y banquetes ofrecidos por ellos, lo intentaron envenenar. Pero tal parece que no murió envenenado, sino de tifo en el año 1887, el 25 de agosto.
El líder principal de la revolución de los nativos de Huaraz en el Perú, fue este hombre que es homenajeado con un monumento en la plaza mayor de Huaraz y considerado un héroe del pueblo, aunque por las artimañas de los españoles, algunos de sus colegas líderes indígenas, llegaron a pensar que los había traicionado en cierto momento.
Pedro Cochachin fue uno de sus aliados más relevantes. Liderando con él la revuelta indígena en 1885, en largas batallas campales, armados con piedras, picas y machetes.
Su liderazgo duró hasta el instante en que fue puesto preso y además herido. Los intentos de envenenarlo no sólo fueron por parte de los españoles sino también por los mismos alcaldes indígenas como él, pues se sintieron traicionados.
Peleaban, entre otras cosas, por impuestos aprovechados como el denominado “contribución personal”, aprobado por el gobierno de Piérola en 1879. De todas maneras, la guerra hacía muy complicado cobrar cabalmente ese impuesto.
Cuando estaba encarcelado, subió como Presidente Andrés Avelino Cáceres, quien lo liberó inmediatamente ocupó el cargo. Las circunstancias de ambas partes, tanto las del indígena Pedro Pablo, como las del presidente Cáceres, los llevaron a ceder de parte y parte y reconocer los errores cometidos.
Todos los acontecimientos presentados en esa zona del Perú, ha sido foco de atención para muchos historiadores del mundo. Pero las versiones están divididas y mientras unos aseveran que esa revolución de Huaraz se trató de un movimiento anti-fiscal, similares a las otras revueltas indígenas del Perú.
Por ejemplo, Franklin Pease, otro loable historiador, cree que tuvo mucho que ver la guerra civil entre los seguidores del político de apellido Iglesias, candidato a la Presidencia, contra los fanáticos de Cáceres, el otro candidato.
Manuel Reina Loli, un famoso estudioso de la Historia, asegura que Atusparia no murió envenenado como aseguran las fuentes oficiales, sino a causa de una grave enfermedad epidemiológica que invadió a las regiones cercanas de Marián y Unchus.