Primeros años

De acuerdo a sus biógrafos, Vicente Barbieri nació el 31 de agosto de 1903, en una localidad campesina del territorio conocido actualmente como Gran Buenos Aires, especialmente en el Partido de Alberti. Perdió a su madre, Blanca Marino, cuando apenas cumplía los 13 días de nacido, razón por la que su padre se vio en la obligación de buscar alguien que se encargara de criar al futuro poeta. De esta forma, Vicente Barbieri pasó a estar bajo el cuidado de doña Francisca Clemente, una reconocida propietaria de la zona, duela de La Azotea, estanzuela de gran fama en la región, y lugar en donde Barbieri permanecería durante los próximos 16 años.

Partida a Buenos Aires

Llegada esta edad, y siendo el año 1919, se tiene noticia de que la familia Clemente decide vender La Azotea, situación que obliga a Vicente Barbieri a enfrentarse solo al mundo. En consonancia con lo que han señalado algunas fuentes biográficas, sus pasos lo llevaron a la capital argentina, Buenos Aires. Sin embargo, de lo sucedido en esos años no se tiene noticia clara. De hecho sus biógrafos le han perdido la pista desde esa época y hasta el año 1924, cuando con 21 años de edad, termina de prestar servicio militar, conscripción que rindió –al menos en sus últimos tiempos- en el Acantonamiento de Campo de Mayo.

Recorrido por Argentina

Así mismo, luego de terminar de servir como soldado, tan como el propio Vicente Barbieri declarara en su cuaderno de memorias El aldabón gris, luego de 1924, decidió emprender viaje por su patria, teniendo oportunidad entonces de recorrer gran parte de la provincia de Buenos Aires, así como de La Pampa. No obstante, como también apuntara en su obra, este viaje no lo realizó con grandes lujos, sino de forma bastante aventurera, mientras realizaba cualquier tipo de trabajo como obrero, para poder subsistir.

Carrera como periodista

De hecho, según el propio Barbieri, entre esa multiplicidad de oficios, ejercidos durante su vida errante, se encontró con el de periodista. Fue así como en 1930, sus biógrafos vuelven a ubicarlo en la ciudad de Buenos Aires, con la responsabilidad de dirigir el diario Nueva Era, uno de los medios que sirvió de trinchera de las ideas a la Revolución del 6 de septiembre, la cual estuvo comandad por el General José Félix Uriburo. No obstante, pese al heroísmo que pudiese emanar de su papel en esta publicación, más adelante Barbieri se quejaría, argumentando que la dirección de este impreso sólo le había traído dificultades, además de la persecución de la que fue víctima. Quizás por eso, en algún momento de 1933, abandona el diario Nueva Era, para emplearse como redacto de otro medio: La Razón.

Inicios como escritor

Durante este año, 1933, Vicente Barbieri da otro paso importante también en su carrera, y se atreve a enviar uno de sus cuentos, titulado Vagos, a un suplemento de crítica literaria. Su relato es publicado, y Barbieri recibe su primer pago como escritor. No obstante, lo importante de este evento es quiénes eran los críticos de esta publicación que aceptó el relato de este escritor bonaerense: nada más y nada menos que el propio Jorge Luis Borges y Ulyses Petit de Murat. Igualmente, 1934 marcaría su retorno permanente a la ciudad de Buenos Aires. No obstante, en la capital el trabajo era menos constante que en sus viajes, lo cual colocaba a Barbieri a veces en grandes aprietos económicos, lo cual –como el mismo señaló alguna vez en sus memorias- se reflejaba en su ropa harapienta. Empero, a medida que transcurría su carrera como escritor, cada vez sus trabajos literarios y sus colaboraciones con los distintos medios se volvían más estables.

Estadía en La Plata

Así las cosas, en el año 1936, a este poeta argentino se le cruza una oportunidad de oro, cuando Juan Carlos Cánapa, diputado por la provincia de la Plata le ofrece trabajar con él, como parte del equipo de la Oficina de Prensa e Información de su Gobernación. De esta forma, Barbieri consigue hacerse con algo de estabilidad económica, dejando atrás por un tiempo el vaivén al que lo tenía sometido el azar. Además, como el propio poeta relatara en sus memorias, estos dos años en la ciudad de la Plata, los tomó como una gran oportunidad para entregarse a la lectura, y al repaso exhaustivo de los clásicos.

Escritura y enfermedad

Luego de tres largos años de paz y lectura, en 1939, Vicente Barbieri entrega al mundo su primer poemario: Fábula del Corazón, el cual es recibido entusiastamente por la Crítica, marcando el inicio definitivo de su vida como Poeta. En 1942, contrae matromonio con Irma Ester Nóbile. No obstante, ese mismo año, tan solo unos pocos meses después es diagnosticado con una lesión tuberculosa en el pulmón izquierdo, lo cual lo obliga a mudarse a Córdoba con su compañera de vida, y a someterse a varias intervenciones. Pese a su estado de debilidad corporal y sus precarias condiciones materiales, el verbo de Vicente Barbieri permanece en continua actividad creadora, produciendo algunas de sus obras más importantes, tano en prosa como en verso. Fue así como en 1944 publica El río distante, reconocida por la Crítica como una de sus obras en prosa más importantes.

Últimos años

En 1945, junto a su esposa, deja Córdoba para regresar de nuevo a Buenos Aires, donde continúa su lucha contra su enfermedad pulmonar. Pese a su grave estado de salud, Vicente Barbieri sigue cultivando algunos de sus más importante logros en materia literaria, teniendo fuerzas para recibir importantes reconocimientos, como poder ver su obre El Río Distante ser distinguida como el Libro del Mes, siéndole impuesta la faja de Honor, concebida por la Sociedad Argentina de Escritores. En el año 1951, publica otra de sus grandes obras en prosa: Desenlace de Endimión, la cual recibe, igualmente de parte de la Sociedad Argentina de Escritores, el Premio Sarmiento, galardón otorgado por esta institución para la mejor obra en Prosa. Igualmente, dos años después, en 1953, vería la luz El Bailarín, célebre poemario de Vicente Barbieri, considerado como uno de los mejores libros de poesía de este autor, y el que le valiera en 1957, el Premio Nacional de Poesía, el cual fue otorgado de forma póstuma.

Sin embargo, antes de fallecer, tuvo Barbieri también la oportunidad de ser reconocido como Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, dirección que asumió el 29 de agosto de 1955, y que ejercería hasta su fallecimiento, el cual ocurriría casi un año después, el 10 de septiembre de 1956, cuando perdería finalmente la batalla contra la tuberculosis contra la cual luchó casi por más de diez años. Sus restos fueron inhumados en el cementerio de La Chacarita. Sin embargo, a los cinco años, son exhumados y trasladados a su pueblo natal, en donde reposan desde entonces en el Cementerio de Alberti.

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