Es relativamente fácil hallar mentiras sobre los Rothschild. Es prácticamente imposible hallar la verdad
Familias y conspiraciones
Seré sincero con ustedes: nunca me han convencido del todo las teorías de la conspiración. En general se me antojan demasiado fantasiosas, armando castillos de naipes sobre la marcha y tomando sólo la información que les conviene.
Veamos, por ejemplo, el caso de la Familia Rockefeller (de la que hablamos hace poco tiempo en este artículo). Pese a tener la mayor riqueza que hombre alguno ha acumulado en los últimos siglos, Rockefeller fue incapaz de heredar su increíble poder a sus hijos y el apellido parece haber perdido toda la fuerza que alguna vez tuvo.
Pues bien, todas estas nociones se vinieron abajo cuando comencé a investigar sobre la Familia Rothschild. Herederos de un único magnate original allá por mediados del siglo XVI pronto se convirtieron en uno de los apellidos más influyentes de Europa y para el siglo XIX tenían la fortuna combinada más grande del mundo.
Pero lo que es más interesante aún: pese a la importancia del apellido, la mayor parte de ellos son personajes poco conocidos. La historia recuerda a John D. Rockefeller, a su único hijo o a su nieto que fue vicepresidente. Son personajes de primera plana.
Los Rothschild no. Están más cómodos en el asiento de atrás. ¿Será que simplemente les gusta estirar las piernas, o manejarán desde allí los hilos de las marionetas sentadas enfrente?
Los remotos orígenes del apellido Rothschild
Rothschild viene del alemán medieval zum rothen Schild, que significa “con el signo rojo”. Aunque de entrada puede leerse un profundo significado en el apellido, al parecer se refería a que la familia vivía en una casa roja. De acuerdo con las fuentes históricas (al menos las que tenemos a disposición) el primer personaje importante en llevar el apellido Rothschild fue un hombre llamado Izaak Elchanan Rothschild y nacido en 1577 en Alemania.
Durante casi dos siglos no se sabe mucho de la familia. De orígenes judíos, se dedicaban seguramente al manejo de finanzas (los judíos eran los principales prestamistas en la Edad Moderna, es decir, el periodo entre 1500 y 1800 aproximadamente), o al menos eso indica la vida de Amschel Moses Rothschild (nacido en torno a 1710), un exitoso banquero (si bien pequeño) que había hecho algunos negocios con el Príncipe de Hesse.
Mayer Amscher Rothschild, quien llevó a la familia a un nuevo nivel de riqueza
Los orígenes de la familia
El verdadero origen de la familia Rothschild ocurrió con el nacimiento de Mayer Amschel Rothschild, quien llevaría el apellido a cumbres nunca antes vistas. Nacido en 1744 (hijo de Moses), el joven banquero tendría un talento inusitado para los negocios y estaría ubicado en un momento ideal para los negocios: el surgimiento de la Revolución Industrial.
Para garantizar su fortuna y ampliar sus negocios, Mayer Rothschild tuvo la brillante idea de enviar a cada uno de sus 5 hijos a las principales urbes europeas (Londres, París, Frankfurt, Viena y Nápoles) desde donde comenzaron a extender los negocios familiares por todo el continente. Esto también fue una brillante idea destinada a evitar que turbas iracundas atacaran la casa y robaran la fortuna… y creo que aquí es pertinente una pequeña explicación:
El antijudaísmo medieval
En tiempos medievales y durante gran parte de la Edad Moderna los judíos eran culpados por, bueno, por básicamente todo. Si había hambruna, habían acumulado grano y no lo entregaban (lo cual podía ser cierto) o sus actitudes inmorales habían arruinado el clima (lo cual, seguramente, no era tan cierto). Si había epidemias, ellos habían envenenado los manantiales. Si no había trabajo, era su avaricia la que merecía el castigo.
Para ser justos, parte de la fama estaba bien merecida, parte se debía a la envidia. Si bien es cierto que los judíos siempre fueron una comunidad más próspera que las demás, también lo es que esto se debía a su obstinada renuencia a integrarse, la importancia que daban al estudio y, sobre todo, a que su religión no prohibía el préstamo a usura (al menos no a personas de otro credo) como sí lo hacía el cristianismo (y, aunque no viene al caso, también el Islam). Así, los judíos pronto se caracterizaron por el lucrativo negocio del préstamo, lo que los convertía en sujetos odiados por la mayor parte de las personas, pero también en actores fundamentales para los reyes y príncipes (que requerían de su dinero) por lo que eran protegidos por los poderosos.
En muchas ocasiones, los guetos judíos eran invadidos por turbas iracundas, sus habitantes apaleados o linchados (a veces a muerte) y sus fortunas robadas por quienes las consideraban ilegítimas. La jugada de Mayer era una brillante manera de evitar esto que garantizaba que la fortuna familiar pudiese guardarse en la ciudad más segura (y de paso ampliaba mucho el área de influencia de los Rothschild).
En esta imagen del escudo se ven con mucha más claridad los símbolos
De vuelta a los Rothschild
En la actualidad, el Escudo familiar de los Rothschild tiene un puño cerrado sobre 5 flechas, representando los 5 hijos de Mayer y honrando el Salmo 127: “como flechas en las manos del guerrero, así son los hijos de la juventud propia”.
Con el paso del tiempo, estas 5 flechas se convertirían en innumerables tentáculos que se apropiarían de las finanzas europeas en una manera jamás vista por los monarcas. Las audaces acciones de Mayer y la lealtad de sus hijos llevaron más allá la riqueza de la familia, dejándola no solo fuera del alcance de las masas iracundas, sino de los mismos monarcas europeos.
Pero ya nos hemos extendido demasiado. En un próximo artículo hablaremos de la consolidación de la fortuna (y el poder) familiar.
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