Dentro de las víctimas, que aparecen en la zona rural de los municipios de Tausa, Sutatausa, Ubaté, Suesca, Guatavita y Simijaca, pero a medida que las denuncias aumentan nuevas ciudades entran a la lista. Los animales aparecen muertos, desgarrados y con heridas en el estómago, el peco y el cuello principalmente, pero sin señales de garras afiladas que puedan indicar el ataque de un puma.

El patrón de los ataques es lo que resulta más peculiar: el ser que los ataca no parece consumirlos, sino que sencillamente los deja allí tirados y parte en busca de nuevas víctimas. El asunto es tan grave que se calcula que ya son más de 100 los animales muertos en una serie de ataques que llevan poco más de dos meses.

Chupacabras

Es inevitable, ante este escenario, recordar al chupacabras: la mítica  criatura conocida a lo largo y ancho de América (aunque principalmente en América del Norte) que se caracterizaba por atacar al ganado y “succionarlo”, dejando poco más que una carcasa vacía. Al igual que en el caso colombiano, se trataba de animales muertos con pocas heridas y sin signos de haber sido consumidos, pero en el caso colombiano no parecen haber sido “succionados”.

La teoría del chupacabras ha tomado fuerza a medida que las muertes aumentan y nadie es capaz de determinar al culpable. Por ahora, las autoridades presumen que se trata de un grupo de perros salvajes, pero el hecho de que los animales no sean consumidos hace que muchos duden de ello. Entretanto, los campesinos viven con angustia de que en poco tiempo sea el turno de sus animales.

Si en verdad se trata del chupacabras, es de esperar que las muertes sigan por algún tiempo y luego la mítica criatura se mude a otro territorio tal y como lo ha hecho infinidad de veces en el pasado.

Imágenes: 1: elespectador.com, 2: hsbnoticias.com