Los extraterrestres que nos protegen serían arcturianos

Desde hace varios años en internet, se comenzó a hablar bastante sobre los arcturianos, una civilización proveniente de la estrella Arcturus, un astro localizado a más de 36 años Luz, en la constelación de Bootes. Algunas personas que afirman haber sido contactados por estos seres intergalácticos, han sido Edgar Cayce y Norma Milanovich, quienes escribieron libros al respecto.

La descripción que estos escritores han realizado de los Arcturianos, es muy similar a una persona como nosotros, con dos piernas, cabeza, dos brazos, dedos, dos ojos grandes, con rostros angelicales, cuerpos delgados y de un color azul verde pálido. Sólo que son de estatura baja, con cerca de 1 metro de altos. Entre ellos casi no se denotan diferencias en sus rasgos físicos y según ellos, les ha servido para fomentar la igualdad y la eliminación de envidias.

Cuentan con una tecnología miles de años más avanzada que la nuestra, expone el reconocido escritor estadounidense Edgar Cayce. Detalló que las naves espaciales de esta raza humana extraterrestre funcionan gracias a un mecanismo que transforma y utiliza la energía del sol central de la galaxia y lo mejor de todo, no necesitan computadoras, sino sólo el poder del cosmos y de su propia alma. En esas súper naves guardan toda la información específica de todo lo que existe en los diferentes planetas.

Emplean una técnica de proyección astral, con la que pueden volver a su planeta de origen cuando están viajando en el universo, pero no regresan físicamente, sino en cuerpo astral, mientras su cuerpo material se rejuvenece y viaja a la velocidad de la luz hacia algún astro distante. Pero por si fuera poco, no solamente pueden transportarse a la velocidad de la luz en el infinito espacio, sino también viajan por el tiempo.

Súper poderes psíquicos

Norma Milanovich asevera en sus libros, que los Arcturianos poseen habilidades psíquicas que superan la ciencia ficción. Por ejemplo, pueden mover objetos sin importar su tamaño, tan sólo con el poder de su pensamiento. Un oído mágico formidable, capaz de escuchar a miles de kilómetros de distancia y a través de las dimensiones y una telepatía altamente desarrollada, entre otras facultades. Su alimentación, forma de llevar la sexualidad y modo de vida, les permite vivir cientos de años con su cuerpo físico.

Los escritores y supuestos contactados, coinciden que todo esto lo deben al desarrollo avanzado de la espiritualidad. Pueden cambiar de cuerpo físico cuando se cansan de él a voluntad. No sufren de ninguna enfermedad, ni si quiera un pequeño resfriado.

Nuestros ángeles de la guarda

No son propiamente el ángel de la guarda individual de cada persona, sino guardianes de la raza humana, según Millanovich. Los contactados dicen con toda seguridad, que gracias a los Arcturianos, la Tierra nunca ha sido invadida por alienígenas peligrosos, porque les temen a las súper naves de estos seres. Afirma además, que nuestro planeta está custodiado por naves de gran tamaño.

Según Edgar Cayce, esto viene sucediendo así desde la creación misma de la humanidad en el globo terráqueo. En sus escritos se encuentran datos sobre algunas bases que mantienen en puntos específicos de los continentes, al igual que en territorio lunar. Son lugares que se hallan entre la tercera y la cuarta dimensión, como por ejemplo dentro de misteriosas montañas.

Esas naves igualmente, estarían equipadas con armamentos increíbles, altamente destructivos, como un arma de vaporización instantánea que desaparece lo que sea. Y algo aún más sorprendente, es que también tienen el poder de reconstruir lo que han vaporizado incluso si lo hicieron hace mucho en el tiempo.

Algunas escuelas espiritualistas creen que estos seres arcturianos son seres ascendidos y hermanos mayores, a quienes les interesa ayudarnos en todo sentido para nuestra evolución espiritual y física. Según esta teoría, el planeta Tierra y todos los seres que en él moran, pronto pasarían a niveles distintos en la cuarta y quinta dimensión, porque se aproxima un cambio cual ninguno en el sistema solar.

Imagen: wikipedia.org