Es probable, que antes de abordar la explicación sobre la Arbitrariedad del Signo Lingüístico, lo mejor sea pasar revista sobre la propia definición de esta entidad psíquica, a fin de poder entender esta característica dentro de su contexto adecuado.
Definición de Signo Lingüístico
Por consiguiente, se puede comenzar por decir que la Lingüística –tal como puede verse en el Curso de Lingüística General de Ferdinand de Saussure- concibe al Signo Lingüístico como una entidad psíquica, en la cual establecen unión una imagen mental y una acústica. No obstante, cada una de estas imágenes recibe también un nombre, tal como se ve a continuación:
- Significado: este sería el nombre que se usaría para referirse a la imagen mental que un hablante tiene sobre un determinado concepto u objeto de su referente. Así mismo, se encuentra ligado a un significante específico.
- Significante: por su parte, el Significante se referirá a la imagen acústica que se encuentra relacionada con un Significado determinado. Al hablar de imagen acústica, la Lingüística quiere referirse específicamente a la huella auditiva que se encuentra relacionada con un concepto.
Al revisar cada uno de los conceptos de Significado y Significante, puede parecer en momentos que estas dos entidades psíquicas se oponen, o incluso no guardan relación entre sí. Sin embargo, la Lingüística ha señalado la propiedad que tienen de necesitarse y requerirse de forma constante. Así mimos, esta disciplina científica ha sido enfática en advertir que estas entidades deben relacionarse en todo momento, pues esto asegurará la existencia del propio Signo lingüístico, el cual vería rota su unidad, de ocurrir una separación entre el Significado y el Significante que lo conforman, de ahí entonces que el Signo Lingüístico sea comprendido igualmente como una entidad dicotómica.
Cómo se unen el Significado y el Significante
No obstante, quizás la forma más eficiente de explicar la unión que existe entre un Significado y un Significante, y que constituye el Signo Lingüístico, sea a través de un ejemplo concreto de cómo esta se plantea, tal como se ve a continuación:
Como puede verse, el Significado referirá entonces a la idea que un individuo o hablante tiene por ejemplo sobre una casa, a la cual puede concebir como una estructura de cuatro paredes y un techo, mientras que el Significante refiere a la imagen acústica, que hace que este concepto se relacione con la forma o la huella auditiva [kasa. Según explica la Lingüística, en el momento en que el hablante está en presencia de una forma lingüística específica, en su mente se activa la huella acústica con la cual se relaciona dicha forma, al tiempo que esta imagen acústica enciende también el concepto que se encuentra unido a dicha huella, constituyendo entonces el Signo Lingüístico.
Carácter arbitrario del Signo Lingüístico
No obstante, el carácter dicotómico del Signo no es la única característica de esta entidad, la cual es descrita por la Lingüística también como una entidad arbitraria. Para entender esto, habría que detenerse entonces ante la unión de un Significado específico y su Significante y reflexionar sobre el origen en base a la cual se ha establecido dicha unión. En este sentido, tal como refiere el Curso de Lingüística General de Ferdinand de Saussure, la mayoría de los hablantes podrían concebir como natural la relación que puede haber por ejemplo con el concepto de casa y la forma [kasa. Sin embargo, si se piensa bien, en realidad tal naturalidad no existe, pues en realidad no existe nada que motive que ese Significado (concepto) esté unido a ese Significante (huella acústica).
Un ejemplo de esta unión inmotivada puede ser perfectamente visible, si se toma el Significado casa, es decir, el concepto de cuatro paredes y un techo, y se pasa revista sobre las distintas formas que existen en las diversas lenguas para referirse a él: casa (español), house (inglés), haus (alemán), maison (francés). En consecuencia, un Significado está unido a significantes distintos, según la Lengua que se conciba, sin que exista modificación alguna al concepto. Por ende, el Significado casa está unido en el español al significante [kasa pero bien podría estar unido a cualquier otro, sin que esto cambiara las cosas.
En consecuencia, al determinarse que la relación que existe entre un Significado y un Significante no es natural, es decir, una no se origina como consecuencia de la otra, como podría suceder por ejemplo en el caso del fuego y el humo, en donde el humo es producido por el fuego en una relación natural de consecuencia. Así mismo, tampoco se puede decir que la unión de un Significado y un Significante sean motivados, es decir, que una genera a la otra. Por ende, al no ser ni natural ni motivada, la Lingüística clasifica al Signo Lingüístico como una entidad de carácter arbitrario. Claro, esto no significa que sea elegido al azar por un hablante específico, sino que la relación entre ese Significado y ese Significante se ha dado en el tiempo, gracias a un proceso histórico de convenciones sociales, en donde ha tenido mucha más prioridad el uso.
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