El ensayo es una mezcla de varios tipos de escritos, interesante y sugestivo. Como hemos visto, el ensayo se presta para todas las materias: ciencia, periodismo, literatura y, ahora, filosofía. ¿Qué tienen en común estos tipos de ensayo? Podría decirse que varias cosas: un tono personal (subjetivo), un enfoque argumentativo y un propósito persuasivo.
¿Y el ensayo filosófico? Muchos podrían decir que es el “ensayo por excelencia”, ya que el género ensayístico nace con los antiguos y clásicos filósofos griegos y romanos como una combinación de la oratoria y la epístola, es decir, como una fusión de discurso persuasivo y comunicación intimistas, familiar.
Pero, aunque hoy el ensayo no se reduce al servicio de la filosofía, sin duda es fiel al ejercicio filosófico mismo, entendido como la práctica del discernimiento, es decir, como la puesta en acción de la inteligencia que reflexiona, medita, discurre.
Tratamiento trascendente del tema
El asunto de que trate el ensayo filosófico es secundario, es decir, cualquier tema es válido. Lo que da carácter a este tipo de ensayo es la manera como se enfoca o se trata dicho tema. El tratamiento filosófico de un contenido supone una perspectiva trascendente, esto es, que abarque lo esencial, lo que está más allá de las apariencias. Con ello, el ensayista accede a los grandes problemas que preocupan al ser humano: la vida, la muerte, el amor, la justicia, el poder, Dios, la verdad, la convivencia, etc.
Argumentación lógica
Aunque pueda parecer una obviedad, el ensayo filosófico fundamenta su discurso en una cuidadosa lógica argumentativa. El pensamiento filosófico opera casi como un lenguaje matemático. El orden y la relación entre las ideas deben ser sumamente claros y coherentes. El ensayista opta por una estrategia argumentativa según la exigencia del tema y, también, según su propia forma de pensamiento: inductiva, deductiva, dialéctica, etc.
Expresa el pensamiento del autor
Este tipo de ensayo permite conocer cómo piensa el autor, cómo lo organiza, en qué cree o de qué está convencido. Es una manera de exponer las ideas que importan, la visión del mundo, la comprensión de las cosas. El que filosofa, piensa y viceversa.
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