El virus, al igual que su antecesor y que el dengue (que vino antes de todos) se transmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti, una variedad nativa de África que ha aprovechado los transportes humanos para expandirse por prácticamente todo el mundo tropical.

Es de esperarse entonces que el Zika se mantenga en las regiones en las que se reproduce el zancudo. Recientes evidencias parecen indicar que se transmite también de forma sexual, y aunque por ahora parece no ocurrir mucho esto bien podría convertirlo en una nueva epidemia incontrolada… en los países y lugares donde no hay mosquitos, claro.

Sin embargo, resulta preocupante el reciente anuncio de las autoridades sanitarias de Utah (Estados Unidos) de que un caso de infección con el virus habría aparecido sin que mediara ningún tipo de actividad sexual y, por supuesto, en una región en la que el mosquito Aedes no existe.

La infección

Todo comenzó cuando una persona de edad arribó a Utah luego de un viaje por una región en la que el Zika abundaba. Tras algunas complicaciones médicas, la persona murió y en su autopsia se reveló que tenía niveles altísimos del virus en la sangre. Aunque el Zika no fue la causa directa de la muerte (que ocurrió hacia finales de junio), el caso sí tomó importancia en la región pues era la primera muerte relacionada con el virus que ocurría en este estado norteamericano.

El asunto verdaderamente preocupante vino después. Una de las personas encargadas del cuidado del paciente original resultó también infectada con el virus pese a no haber viajado y no haber mantenido ningún tipo de relaciones sexuales. El asunto abre la puerta a la preocupante posibilidad de que el virus haya mutado y se esté adaptando a transmitirse en regiones en las que no existe el zancudo.

El nombre de los pacientes se encuentra reservado pues, de acuerdo con la legislación norteamericana, revelarlo podría causarles perjuicio y convertirse en una demanda contra los médicos. Sin embargo, su caso ha tomado relevancia nacional porque indica un peligro hasta ahora no conocido.

El Zika, afortunadamente, no resulta letal en la mayor parte de las ocasiones. Sus efectos secundarios son considerables, y resulta fundamental tener la capacidad de prevenir una epidemia en caso de que se convierta en un virus que puede transmitirse por el aire, por el contacto físico o por otro medio. De ahí que lo sucedido en Estados Unidos sea una advertencia sobre los posibles peligros del futuro.

Imagen: vanguardia.com.mx