Este animalito es la base de la cadena alimenticia de los mares antárticos
Krill
Cuando pensamos en un animal amenazado generalmente nos imaginamos cosas como el panda o el tigre, o aves de bellos y extravagantes colores. Casi nadie piensa en un gusano, un hongo, o un artrópodo.
Y sin embargo, muchas veces son los organismos más pequeños, invisibles a los ojos del observador, los que sostienen sobre sí toda la estructura de un ecosistema. Las prolíficas sabanas africanas no serían nada sin las briznas de pasto que crecen con cada temporada de lluvia, y sin embargo cuando las vemos pensamos en leones, jirafas o elefantes, nunca en el humilde pasto que los hace posibles.
Así mismo, es el krill, un pequeño crustáceo rojizo, el que se encuentra en la base de la cadena alimenticia de los mares antárticos y que se caracteriza porque en épocas de abundancia su población explota. El krill se alimenta de plancton y genera grandes nubes de pequeños animales que son luego engullidos por peces, focas, ballenas, pingüinos, entre otros.
Y por esta razón la disminución en los tamaños de los bancos de krill es una amenaza para toda la vida oceánica en esta parte del mundo.
Números a la baja
Durante los últimos 40 años las poblaciones de krill han disminuido de manera dramática en las zonas cercanas a la Antártida, en donde en el pasado eran más abundantes: estamos hablando de un descenso que ronda el 70-80%. Las causas aún se desconocen, y pueden ir desde el calentamiento de los océanos (que han aumentado su temperatura en más de 1°C) hasta el incremento en la población de ballenas, cuyos números han ido creciendo desde que su caza se prohibiera en los 70’s y 80’s.
El descenso en las poblaciones de krill de la Antártida
A esto hay que sumarle que cada año los barcos pesqueros extraen 300.000 toneladas del crustáceo para la fabricación de alimento para peces y suplementos de aceite “Omega 3”. Sin embargo, hay que aclarar que esta es una cantidad pequeña comparada con los 60 millones de toneladas que, se calcula, caza la fauna marítima cada año.
Causas e impactos
El krill tiene un ciclo de vida muy particular: las hembras liberan sus huevos en verano, y los huevos descienden en el agua hasta el punto en el que la temperatura es ideal para su desarrollo. A partir de este momento eclosionan y tienen 10 días para volver a la superficie donde se alimentarán de plancton por varios meses, guardando reservas para el invierno.
Cuando llegue el hielo los pequeños crustáceos buscarán refugio en el, comiendo las algas que crecen en sus bordes y protegidos durante el invierno por las reservas de grasa que acumularon los meses anteriores.
Y aquí es donde aparecen los problemas: el calentamiento global podría estar disminuyendo las poblaciones de plancton y los refugios helados de krill, y al hacerlo estar presionando a la baja sus poblaciones.
Los investigadores que han analizado el proceso, principalmente Andrea Piñones y Alexey Fedorov, alertan sobre las consecuencias eventuales del descenso de las poblaciones de krill y la necesidad de entender más a fondo los ecosistemas antárticos para evitar que ocurra una catástrofe.
Fuentes:
- https://www.scientificamerican.com/article/krill-are-disappearing-from-antarctic-waters/
- https://www.dailymail.co.uk/news/article-3552089/The-huge-drop-numbers-krill-having-massive-impact-life-penguins.html
Imágenes: 1: oleoteka.com, 2: swfsc.noaa.gov