Tal vez lo mejor, previo a exponer algunos de los muchos chistes que se encuentran en línea sobre escritores, sea revisar de forma breve la propia definición de estos profesionales de las Letras, a fin de poder entender cada uno de estos jocosos relatos, en su contexto preciso.
¿Qué es un escritor?
En este sentido, lo primero será entonces decir que los Escritores son aquellos hombres o mujeres, que ejercen la Escritura como oficio de vida, es decir, que dedican su vida y trabajo a la elaboración de textos escritos, que pueden responder a distintos formatos literarios, como por ejemplo la Poesía, el Teatro, los cuentos, las novelas, entre otras, y cuya influencia cultural y social puede ser de gran importancia.
En tal sentido, el escritor también puede ser concebido como un artista y un creador, el cual estructura y da vida a sus obras a través del texto escrito, es decir, que su materia prima creativa serían las palabras y las imágenes literarias.
Chistes sobre escritores
Sin embargo, en materia de escritores no todo es tan serio o académico, como probablemente se crea en ocasiones, pues la decisión y la propia vida de escritor es también una experiencia que puede dar pie a situaciones risibles, y que pueden convertirse a su vez en el núcleo de relatos más breves o lúdicos, como los chistes. A continuación, algunos de ellos:
Sobre el Gabo Dice un hombre: − “Gabriel García Márquez es el mejor escritor que jamás he leído”.
Y su amigo le responde: −Sí, a mí también me encanta, ¿cuál es el libro que más te gustó?
Y el hombre señala: −dije “que nunca he leído”.
Dice un hombre: − “Gabriel García Márquez es el mejor escritor que jamás he leído”.
Y su amigo le responde: −Sí, a mí también me encanta, ¿cuál es el libro que más te gustó?
Y el hombre señala: −dije “que nunca he leído”.
En este chiste, en donde se le hace homenaje al nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, se establece un juego de palabras, pues casi siempre en referencia a los artistas, entre ellos los escritores, con la frase “el mejor escritor jamás leído”… en este caso, se toma el sentido literalmente, lo que convierte en algo jocoso la confesión final en donde el hombre acepta que en realidad no ha leído al autor.
Sobre los lectores Entra un hombre a la librería, y le pregunta al librero: − ¿Tiene algo de Hemingway?
El librero le responde: −Sí, “El viejo y el mar”.
Entonces el hombre le dice: − Deme por favor sólo el libro de El viejo.
Entra un hombre a la librería, y le pregunta al librero: − ¿Tiene algo de Hemingway?
El librero le responde: −Sí, “El viejo y el mar”.
Entonces el hombre le dice: − Deme por favor sólo el libro de El viejo.
Otra de las situaciones jocosas que pueden darse en torno a los autores y escritores, tiene como escenario las librerías, lugares en donde acuden algunos lectores, o aspirantes a serlos, que en ocasiones no tienen muy claro el nombre del autor o de la obra que buscan. De esta manera, estas imprecisiones bibliográficas dan pie a algunos chistes y anécdotas más jocosas, manejadas en este caso por los libreros.
Sobre el milagro de publicar Un escritor muere, y al llegar al Cielo, es recibido por Dios, quien decide mostrarle el castigo eterno para aquellos escritores que no han sido buenas personas. De esta manera, Dios lleva al hombre al infierno, en donde ve a cientos de escritores, atados eternamente a sus máquinas de escribir, y que son obligados a digitar eternamente en teclas afiladas, que hacen que sus dedos sangren.
Terminada la visión, Dios conduce el alma del escritor al Cielo, en donde se encuentra con una visión similar, cientos de escritores, encadenados a sus máquinas, y obligados a oprimir teclas cortantes. Desorientado, el escritor se atreve a preguntar:
– Pero, Dios, no entiendo la diferencia entre el infierno y el cielo al que van los escritores.
Así que Dios le responde:
-La diferencia, Hijo mío, es que los escritores del Cielo, publican.
Un escritor muere, y al llegar al Cielo, es recibido por Dios, quien decide mostrarle el castigo eterno para aquellos escritores que no han sido buenas personas. De esta manera, Dios lleva al hombre al infierno, en donde ve a cientos de escritores, atados eternamente a sus máquinas de escribir, y que son obligados a digitar eternamente en teclas afiladas, que hacen que sus dedos sangren.
Terminada la visión, Dios conduce el alma del escritor al Cielo, en donde se encuentra con una visión similar, cientos de escritores, encadenados a sus máquinas, y obligados a oprimir teclas cortantes. Desorientado, el escritor se atreve a preguntar:
– Pero, Dios, no entiendo la diferencia entre el infierno y el cielo al que van los escritores.
Así que Dios le responde:
-La diferencia, Hijo mío, es que los escritores del Cielo, publican.
De esta manera, el chiste refleja una realidad no muy exagerada sobre la escritura. Por consiguiente, esta será interpretada como una pulsión que condena al escritor a producir escritura, más allá de su realidad, o de si este ejercicio le beneficia. Sin embargo, la diferencia entre que esto sea una condena infernal, o un suplicio con pedazos de cielo, radica en la posibilidad de publicar que tiene el escritor.
Sobre las ganancias de los escritores Un escritor le pregunta a su amigo: − ¿Leíste mi último libro?
A lo que el amigo contesta: − ¡Claro, hasta compré uno!
Y el escritor emocionado le agradece: ¡Fuiste tú! ¡Gracias!
Un escritor le pregunta a su amigo: − ¿Leíste mi último libro?
A lo que el amigo contesta: − ¡Claro, hasta compré uno!
Y el escritor emocionado le agradece: ¡Fuiste tú! ¡Gracias!
También puede suceder que en ocasiones se piense que una vez el escritor logra publicar, ya está destinado a que su libro se convierta en un Bets Seller. Sin embargo, nada puede estar más lejos de la realidad, puesto que una vez publicado y puesto en las librerías, todavía falta que el libro se venda, para que produzca ganancias, lo cual pocas veces sucede si el escritor no es famoso, o no cuenta con un gran aparato publicitario. Este chiste es un reflejo de la situación por la que pasan muchos escritores principiantes.
Sobre los falsos expertos literarios Pregunta el entrevistador al postulante: − Veo en su hoja de vida que tiene una maestría en Literatura española…
Con petulancia, el postulante afirma: −Es así…
Por lo que el entrevistador lo reta: − Supongo entonces que puede citar a Bécquer…
Así que con gran talento el postulante señala: −Nos vemos mañana a las 8:00 am, Bécquer.
El entrevistador aplaude: ¡Bravo! ¡Contratado!
Pregunta el entrevistador al postulante: − Veo en su hoja de vida que tiene una maestría en Literatura española…
Con petulancia, el postulante afirma: −Es así…
Por lo que el entrevistador lo reta: − Supongo entonces que puede citar a Bécquer…
Así que con gran talento el postulante señala: −Nos vemos mañana a las 8:00 am, Bécquer.
El entrevistador aplaude: ¡Bravo! ¡Contratado!
Finalmente, otra situación que puede convertirse en chiste, además de la literalidad del relato, es la existencia de ciertos escritores o intelectuales que son más pose, que real experiencia, y que al ser un poco investigados, o retados en su conocimiento, pueden generar a su vez ciertas situaciones jocosas.
Imagen: pixabay.com