Clonación
Cuando se clonó a Dolly, la célebre oveja, en 1996, muchos pensaron que habíamos llegado a una nueva era y que el mundo de ahora en adelante no volvería a ser el mismo, pues esta tecnología pronto invadiría todas las esferas de la vida cotidiana.
Como con muchas otras cosas, estas predicciones no se cumplieron: la clonación de individuos adultos siguió siendo una técnica importante en la agricultura – donde lo ha sido por miles de años – y permaneció bien lejos de los sectores que, se esperaba, cambiaría para siempre. Por ahora, es demasiado costosa y puede ser sustituida por otros métodos.
Pero hay una cosa que no podemos hacer sin la clonación y es traer animales muertos de vuelta a la vida.
Perros y Mamuts
El candidato perfecto para esto es el Mamut: aquel icónico elefante peludo de las grandes estepas de la tundra ártica que desapareció al tiempo que el hombre se expandía por la Tierra. Como los dinosaurios, el mamut es el símbolo por excelencia de este periodo de tiempo prehistórico… y de hecho está organizándose proyectos para resucitarlo en su antiguo hábitat.
Pero un nuevo animal acaba de entrar a la lista de posibles criaturas a resucitar: un antiguo perro siberiano.
Woo Suk Hwan, un científico coreano reconocido por sus polémicas declaraciones sobre la clonación de especies extintas, ha recuperado trozos de tejido de un cachorro encontrado en las planicies de Rusia que se encuentra en perfecto estado. Se trata de un antiguo animal que, se presume, habría convivido con seres humanos seguramente en un estado de protodomesticación.
Hasta ahora, se consideraba que la domesticación de los perros había comenzado por animales semejantes al lobo que poco a poco se adaptaron a la compañía humana y comenzaron a cazar en alianza con sus nuevos compañeros. Sin embargo, el cachorro de Rusia proviene de 10.500 a.C. aproximadamente y muestra pocas semejanzas con sus supuestos antepasados lobos: esto indicaría o que para entonces el perro llevaba ya mucho tiempo domesticado – haciendo que perdiese sus características de lobo – o proviene de una especie diferente.
La intención de Woo es clonar al animal para poder evaluar bien su comportamiento y su desempeño cerebral – pues se considera que la inteligencia de los perros ha aumentado en los últimos tiempos – pero no cabe duda de que también lo tienta el hecho de reconstruir un ser que hace tiempo había dejado de existir. El asunto ha generado bastante polémica y mientras que algunos defienden completamente las intenciones del científico – pues tenemos derecho, afirman, a estudiar y conocer seres del pasado – otros consideran que se ha sobrepasado y está jugando a ser dios. Y aunque es innegable que resucitar un animal resulta novedoso, en su tiempo también lo fueron otras cosas que hoy damos por sentado.
Personalmente, me resulta difícil tomar una postura. Hay algo que hace a todos sentirnos incómodos cuando se trata de resucitar lo que ya ha desaparecido… pero si fueron nuestros antepasados la causa de su desaparición, ¿es en verdad tan malo traerlo a la vida? Incluso en un caso como el del cachorro de Siberia: ¿es tan grave querer saber un poco más sobre él?
Sigue sonando fuerte. Unos dirán que sí, otros que no: a ustedes, lectores, les dejo esa decisión.
Fuente de imágenes: 1: siberiantimes.com, 2: phys.org