Anguila eléctrica
Curiosamente, si bien existen anguilas eléctricas, el animal comúnmente llamado de esta manera – un pez del amazonas alargado – se llama en verdad temblador (Electrophorus electricus) y no es una anguila. Sin embargo, sí parece una y, más importante, puede generar descargas eléctricas capaces de matar un caballo. Utiliza la electricidad para defenderse de los depredadores, pero también (y principalmente) para cazar, aturdiendo a peces pequeños a los que después se puede comer.
En cualquier caso, este animal presenta músculos especializados capaces de generar potentes descargas eléctricas, y si bien siempre ha sido un caso de estudio de los biólogos, recientemente entró a un campo de estudio diferente: el de los ingenieros.
Electricidad
El advenimiento de los carros eléctricos (que, se proyecta, serán más baratos que sus contrapartes a gasolina entre 2025 y 2035), el desarrollo en las tecnologías de baterías, el abaratamiento de la energía solar, entre otros, indican que en los próximos años la electricidad tomará un lugar más y más preponderante en la sociedad humana. En vista de los peligros de las emisiones de carbono, esto es algo bastante positivo.
Sin embargo, presenta sus limitaciones. El metal no es muy compatible que digamos con la carne, y para funciones médicas o biológicas la electricidad es un peligro más que un apoyo. Imaginar intervenciones que usen electricidad para curar, o para crear dispositivos que palien enfermedades, implica reinventar completamente la tecnología.
Y esto es precisamente lo que están haciendo unos científicos de la Universidad de Michigan.
El electrodo “blando”
Basándose en el funcionamiento de los tejidos eléctricos del temblador, estos investigadores construyeron un sistema basado en “gotitas” de hidrogel sobre un sustrato plástico que imita el funcionamiento de los electrolitos.
El sistema puede conseguir hasta 110 voltios, y al contrario que la batería es blando y potencialmente biocompatible. Esto significa que no usa materiales que puedan deshacerse en el torrente sanguíneo causando problemas, y que su flexibilidad le permite ubicarse en tejidos que están en constante movimiento.
Como todos los descubrimientos, pasarán años antes de que este mecanismo pueda usarse en algo práctico y masivo, pero desde ya perfila el futuro de tecnologías “blandas” asociadas, por ejemplo, con órganos artificiales, o con robots “químicos” diferentes a los robots electrónicos a los que estamos acostumbrados.
Bibliografía: - https://www.elespectador.com/noticias/ciencia/la-anguila-electrica-inspira-una-nueva-fuente-de-energia-biocompatible-articulo-728568
Imagen: elespectador.com